-Drif – Nyrn lo miró de soslayo – la verdad, tengo muchas cosas que hacer, así que, celebrar no es mi prioridad, al menos no en este momento.

-¡Oh, vamos! – Elgrim arribó y tomó su lugar emocionado – hermano, necesitamos hacer algo, ¡esto debe ser recordado!

Nyrn masajeó el puente de su nariz, sonriendo con cansancio – primero, lo primero – dijo con lentitud, reprendiendo al dios de cabello azul zafiro y ojos ocre.

Gralk llegó a su lugar y agarró una fruta – no tengo nada que decir – dijo después de morder una manzana – solo que, me disculpo por haber dicho que tu sacerdote no tenía nada que ofrecer – admitió.

El rubio levantó una ceja, observando con desdén al pelinegro, mientras este mantenía su mirada violeta hacia otro lado, sintiéndose avergonzado por haber dicho semejante tontería al principio.

Un joven de cabello castaño y ojos naranjas tomó su lugar, guardando silencio.

-¿Tu no dices nada, Videk? – Nyrn le sonrió con cinismo – ¿Aún crees que la chica de tu familia, puede ofrecer algo mejor que mi pequeño Skoll?

-¡Cállate! – dijo haciendo un mohín de enfado y cruzándose de brazos.

De los últimos dos portales, salieron un par de jóvenes, notoriamente más jóvenes que los otros, uno, de cabello purpura y ojos rosas, el otro, de cabello dorado y ojos castaños.

-Lamento la tardanza – dijo el ojirrosa, yendo directamente a su lugar.

-No te preocupes, Yuol – Nyrn negó.

-¡Hermano Nyrn! – Keroh llegó corriendo lanzándose contra su hermano mayor – ¡felicidades! – dijo con emoción, colgado de su cuello – y ¡un placer conocerte en persona!

-Ah... Sí, gracias... – el ojiverde asintió y con suavidad lo alejó de su cuello, era extraño sentir esa clase de interacción con uno de sus hermanos y más, si lo acababa de conocer – ve a tu lugar que tengo que explicar muchas cosas...

El rubio menor, corrió a saludar a todos los demás, sin importar que las otras deidades también parecieran un poco cohibidas con su comportamiento; finalmente, llegó a su lugar y se puso a comer con rapidez.

-¿Podemos empezar? – Raky estaba ansioso.

-Sí, empezaré – Nyrn asintió y fue a su lugar, todos parecían estar en una mesa redonda – pero, si voy a explicar, me gustaría que no me interrumpieran y dejaran para el final sus preguntas.

-De acuerdo – dijeron todos a la vez.

-En la luna llena que pasó – inició el rubio – por ser primavera, decidí intentar sembrar mi semilla en el cuerpo de Skoll, a pesar de que sabía que era imposible por ser un varón – especificó – pero, aunque al al día siguiente, el parecía haber enfermado con suma rapidez, igual que las hembras lo habían hecho con anterioridad, aunque con una diferencia de muchos días, la verdad fue que la semilla empezó a germinar ese mismo día...

-¿Cómo...? – Meryl no pudo contener la pregunta, estaba ansioso por saber.

El ojiverde levantó una ceja, pero no lo reconvino – poco antes de introducirla, Skoll bañó con su semen mi semilla y luego, esta desapareció en su vientre.

-¿Semen? – Lasden arrugó la nariz – ¿es esa cosa de los varones humanos?

-Sí – Nyrn entornó los ojos, debía haber imaginado que, aunque lo pidió, de todos modos lo interrumpirían – bien, cuando pude hablar con Skoll, llegamos a una conclusión...

-¿Toman decisiones y conclusiones juntos? – Serif se sorprendió de ello.

-Quedamos en que no interrumpiríamos – señaló Drif con seriedad.

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