Capitulo 57 - La ley lógica de la vida

Start from the beginning
                                    

Yo solo lo quería a él.

- ¿Estoy fingiendo bien? - pregunté en susurro con una disimulada risita. Lo había tomado desprevenido, y miró hacia mí con el entrecejo fruncido. - Ser tu novia. - aclaré. Su rostro se vio mucho más entendido. Estiró sus labios hasta mi oreja antes de susurrar.

- Lo haces de maravilla. - sonrió de oreja a oreja, y yo aparté el rostro de él. Eché un bostezo al aire y lo tapé con mi mano, sin embargo él lo notó. - ¿Tienes sueño? - preguntó con un trueno de música de fondo. Yo asentí; la verdad era que el Rally de aquella tarde me había agotado; correr por toda la propiedad Bieber había sido divertido, pero me había desplomado las piernas. - Ven, debes de dormir.

Nos levantamos del sillón, y ni Nathalie ni Bruno se percataron de eso. La mayoría ya se estaba acostando, como las gemelas o los niños pequeños que ya estaban completamente dormidos.
Caminamos hacia una de las habitaciones de huéspedes donde me quedaría, para mi pesar-alborota miento-de-hormonas-recuerdos-tristes, la misma habitación donde Justin y yo estuvimos a punto de besarnos. Justin se despidió de mí con un "dulces sueños", y yo fui hacia el baño para asearme. No me importó que mi cabello siguiera mojado, me fui a acostar a la cama, quedándome completamente dormida con los ruidos de la lluvia de fondo.





...




Un sonido tan estridente y escandaloso como un choque me despertó de un gran brinco y un fuertísimo grito. Cuando me senté en la cama, me encontré con una obscuridad tal que espantaba. El sonido de la lluvia caer a chorros del cielo, acompañado con la electrostática de los rayos y los escandalosos truenos adornaron el tétrico y espeluznante lugar.

La ventana con la persiana abierta dejó entrar a la habitación la luz de la Luna, y gracias a ella es que pude ver con claridad toda. El miedo se fue, sin embargo la exaltación por aquel momento de desubicación seguía latente en mi pecho. Respiré profundamente.

- ¡Ely! - la puerta se abrió estampándose contra la pared, y sobresaltándome a mí. Justin apareció en mi puerta, con una pijama que no incluía camisa, y el rostro más pálido que la cal. Abrí los ojos grandes, mirándolo sorprendida. - ¿Estas bien? Escuché un grito. - me ruborizó, mas por vergüenza que por otra cosa. Mi grito lo había despertado... que inmadura niñita que le teme a una simple lluvia.

- Lo siento es que... me asusté, no pasó nada. - Justin bajó la guardia entonces, y se quedó callado. Muy callado.

No pude evitar no mirarlo.

Justin se quedó de pie en el umbral de la puerta, callado. Su piel resaltaba con la luz de la Luna, tanto que hasta parecía como si tuviera un olor a tierra mojada. Se veía tan, tan angelical y divino, caído del cielo.

- ¿Podemos hablar? - preguntó de repente, haciendo que mi corazón se quisiera salir del pecho. Aunque temerosa, asentí titubeante. Justin entró a la habitación aun obscura ignorando la luz de la luna, y se sentó al borde de la cama, mirándome. Yo hice lo mismo, sentándome en posición de flor de loto en medio de ésta misma, mirándolo.

Nos quedamos callados, mientras que el silencio ganaba espacio y recorrido en la habitación de 4 paredes. Quería que el hablara, pero al sentir que no lo haría sufría un pequeño ataque de tentación para iniciar yo la conversación. ¿Por qué no hablaba? ¿Por qué no decía palabra alguna? Que complicado es estar enamorado. Tan complicado como las matemáticas, tan complejo como el boceto de una nueva escultura abstracta.

- Yo... - comencé a hablar, siendo débil y dando el primer paso, - ¿D-e que querías hablar? - me acobardé, y volví el tema para él. Mis ojos se desviaron hacia su cuerpo, un perfecto y escultural cuerpo que me quitaba el aliento. Cerré los ojos; debía dejar de pensar demasiado. O mejor simplemente, debía dejar de pensar en mis deseos carnales.

Una Escritora Sin Amor | JBWhere stories live. Discover now