Capitulo 25 - El tema Gale

199 18 0
                                    

Ese nudo en la garganta tan famoso en las películas románticas se estancó en la mía, impidiéndome el respiro.

Miré hacia lo lejos como Justin se alejaba, y caminaba directo hacia la ciudad. Lo supuse; no esperaría nada para poder ir hacia Sarah y pedirle una cita... El tiempo para Justin valía oro, y eso que era un poco impuntual.

Miré hacia mi cuaderno: Y ya no pude seguir escribiendo. No pude por que el nudo que parecía estar en mi garganta había subido hasta mi cerebro, creando una maraña de pensamientos y sentimientos que ni siquiera podía llegar a ver con claridad ya que estaban todos unos sobre otros.

Miré hacia el mar. La belleza se había ido.




...




Justin entró por la puerta, y yo contuve el aire después de lo que quería que fuera una tranquila y rica comida lejos de cualquier clase de drama.

Se acercó hacia el comedor sonriente y fresco: Sarah le había dado el sí. Era obvio, ¿No? Si Sarah lo hubiera rechazado, debería de estar cabizbajo y con el alma pendiendo de un hilo. Pero parecía estar como un venado corriendo por una pradera.

- Hola Nina. - sonrió y le plantó un beso en la mejilla a mi abuelo, la cual rió tontamente. Después fue y le dio a mi abuelo un abrazo junto a unas palmeadas de espalda. - Hola Ulises. - y luego, me miró y sonrió. - Hola Ely. - dijo animado. Yo me limité a sonreír (por supuesto falsamente) y a respingar levemente la nariz.

Los cuatro comenzamos a comer totalmente callados, cosa rara, ya que los italianos hablaban hasta por los codos. Regularmente mis abuelos acaparaban las conversaciones cuando estábamos solamente Justin y yo en la mesa. Comentaban cosas entre sí en voz abierta, y luego nos preguntaban sobre el tema. Algunas veces comentaban sobre nosotros mismos, por lo que lo único que se hacía era poder sonreír y decir "gracias" a los halagos.

Después de que los cuatro termináramos de comer por completo, a Justin le tocaba lavar, y a mi secar. Mis abuelos se disculparon con nosotros por irse, pero tenían un compromiso, así que salieron de la casa con un "ciao" y un beso en cada mejilla para los dos.

Al ver a mis abuelos salir por la puerta, caminé hacia mi habitación ignorando por completo a Justin, el cual parecía dirigirse hacia la cocina.

Cerré la puerta, y me quedé recargada en ella, deseando estar en Boston. Como extrañaba la hostilidad e indiferencia de Boston en ese momento... El hecho de que absolutamente todos me parecieran demasiado poco interesantes, o demasiado poco cultos. Pero aquí en Italia, teniendo a Justin por un lado, era complicado decir lo mismo...

Salté sobre la cama, y tomé mi computadora ya encendida. Abrí la aplicación de "One Note", y comencé a escribir expresando por primera vez muchas de las cosas que ni siquiera mi cabeza se atrevía a aceptar en pensamientos

"Me gusta Justin. No se lo que sea, pero hay algo en el que me parece intrigante. Su forma de ser, su físico, su educación, su cultura... Parece una clase de príncipe azul urbano. Bueno, mi versión de uno, si es que existen."

La voz de Justin interrumpió mis pensamientos; tenía que ir a secar los platos.




...





Pasaron Cuatro días exactamente desde que mi corazón se pareció a alguna clase de avión que falla a menos de un kilometro recorrido: primero, me sentía planeando libremente por un cielo despejado, y en menos de diez minutos ya estaba cayendo a gran velocidad, y sin paracaídas.

Era Viernes, y Justin, Diego y Guilly se habían puesto de acuerdo para una salida a un bar muy famoso entre la gente joven, ubicado en Fonseca, un pequeño pueblo al este de Nove (Si, aunque Nove fuera pequeño, tenias opciones de Viaje: Conelly, Cova, Fonseca...). Por supuesto que a mi, no me agradó la idea.

Resultó que justo cuando Justin estaba a punto de hablarle a la Pelirroja, Lucille y Frank llegaron a interrumpir y con la idea de ir hacia ese pueblo que estaba a solo treinta minutos de viaje por carretera abierta. Si lo vez desde un punto de vista, no es nada.

- No lo se... - le contesté a Ronny. - No me agrada la Idea.

- Tomate unos tragos, veras que te relajas. - sonrió la chica a través de la pantalla. - ¿Sabes? Tal vez te alcance en Nove en algunos días... - Sonrió de oreja a oreja mientras que se metía otra uva a la boca y la reventaba con sus dientes.

- ¿Enserio? - alcé ambas cejas. - ¿Y a que se debe?

- Ya casi llegan mis vacaciones Ely... iría solamente una semana. - Chasqueó la lengua. - Pero en verdad me da mucha curiosidad conocer a todas esas personas que tú dices. Y... volver a ver a Gale. - tragué gordo. Gale... Dios.

Supe que a Pauly no le había resultado agradable mi beso con él, la noche en que mi tía Dinn, su esposo, Omar y ella llegaron a cenar a la casa. No me habló en toda la noche, y me evitaba con la mirada; sin embargo, la única vez que me miró detenidamente fue con un "usa el cuchillo que tienes en la mano, y córtate las venas". En ese momento preferí mirar hacia el espagueti que mi abuela había preparado con mucho esmero, mientras escuchaba comentarios entre mi abuelo y mi tío Julian (padre de Omar y Pauly, esposo de mi tía Dinn) sobre como la florería estaba a unos cuantos días de ser re inaugurada.

Aunque yo pensara que el resto en la mesa eran indiferentes a lo ocurrido entre mi "queridísima" prima y yo, pareció que me equivocaba, como de costumbre.

Al terminar y quedar solo Justin y yo, me preguntó sobre lo ocurrido.

- ¿Por qué estaban tan calladas tu y Pauly Hoy? - preguntó, mientras que una nota mental decía: Aprende a Disimular mas, Ely...

- ¿Lo estuvimos? - alcé ambas cejas, intentando disimular. Sin embargo, disimulé sin frutos...

- No me mientas. - frunció el ceño con deje de reproche. - ¿Que ocurrió? ¿Algo malo? - Rodeé los ojos... ¡¿Por qué?! ¡Dios! ¡¿Por qué se tenía que meter en cosas que no eran de su incumbencia?!

- No pasó nada.

Enojada, tomé un par de platos de cerámica y los llevé hasta el lavabo. El sonido de los platos chocar con el fregadero me causó escalofríos.

- Ahora que lo pienso, Pauly está enojada desde el viaje a Cova... - dijo él perspicazmente. Mi-er-da. - ¿Que sucedió? - preguntó de nuevo con preocupación. Cerré los ojos con fuerza e inspiré profundamente... Lo que menos deseaba era tener que dar explicaciones.

- Nada de tu incumbencia. Algo del pasado. - Justin frunció el ceño mientras que se recargaba junto al fregadero y cruzaba los brazos sobre su pecho. Yo me dispuse entonces a tallar los platos sucios con una esponja rosada, quitando así toda la mugre de comida.

- Me preocupa, enserio. No he visto sonreír a Pauly, y eso es extraño en ella. - Comentó mas para sí que para mí. En ese instante me di cuenta de que yo también extrañaba su aturdidora y molesta risa. - ¿Segura que está bien?

De repente, me encontré con una Ely que no sabía que contestar. ¿Y si le contaba? ¿Qué habría de malo con eso? Nada, solamente...

- Es sobre Gale. - Suspiré mientras intentaba no prestarle atención al tema y lograr restarle importancia. Sin embargo, creo que lo único que había hecho era aumentar a nivel desmedido su

interés eh intriga.

-¡¿Gale?! - preguntó casi frenético. Obviamente el ignoraba el hecho de que esa vez que lo encontramos tirado en la playa no había sido la primera que lo veíamos en la vida... Tampoco era de esperarse. Eran demasiadas coincidencias en una sola noche.

Y por fin, pude concluir mi frase: ¿Que habría de malo con que supiera del "Tema Gale"? Nada, solamente que Sabría mas de mi. Y no acostumbraba a que alguien supiera lo que había detrás de mi rostro. 

Una Escritora Sin Amor | JBDonde viven las historias. Descúbrelo ahora