Capitulo 33 - El veneno del amor

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Mi abuela miró a mi abuelo, y yo miré a Justin. Eso no... no era una mala noticia. Al contrario, era algo bueno, ¿no? Si era algo bueno, no tenía por qué mantener ese rostro contrariado por la noticia. Quizás era solo el hecho de que su hermana se iba a casar, la sorpresa o una clase de shock instantánea. Fuera cual fuera, nunca sonrió. Se disculpó con todos en la mesa, y en silencio total caminó hacia las escaleras para subir a su habitación. No sé por qué pero sentí como si un yugo hubiera caído sobre mi estómago. Presentía, había algo malo escondido detrás de sus palabras...





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— ¡¿Vienes?! - pregunté exaltada.

— ¡Sí! - respondió con una sonrisa que muy apenas le cabía en el rostro. - Mi vuelo sale mañana, y estaré llegando pasado mañana aproximadamente. Sabes que no soy buena con ese asunto de los cambios de horario. - bufé, y miré hacia la puerta, encontrándome con Justin abriéndola después de un suave "Knock". Sus ojos y su rostro se vieron contrariados al verme un tanto ocupada. ¿Qué estaba haciendo en mi habitación?

— ¿Podemos hablar? - preguntó él, sin atreverse a dar el paso dentro de la habitación. Me tardé un poco en contestar gracias al pequeño shock en el que estaba, sin embargo sin quitarle la vista asentí, mientras que escuchaba la voz de Ronny hablando animadamente sobre todo lo que tenía planeado para cuando llegara por fin a Nove, cientos de cosas que a mí no me parecían importantes en lo más mínimo.

¿Cómo Ronny y yo, siendo hermanas, parecíamos tener solamente la sangre en común? En gustos, desde musicales hasta de comida éramos diferentes; era una lata para mi madre siempre a la hora de comer, ya que siendo las dos pequeñas y lloronas, queríamos de comer siempre algo que nos gustara y, como era extraño que nos gustara la misma comida, siempre una salía llorando de la cocina.

— Ronny... hablamos después.

— ¿Qué? - preguntó ella alzando ambas cejas, sin embargo yo no le di más oportunidad de decir nada más, ya que justo en ese momento cerré mi Notebook y la dejé hablando sola. Inseguro, Justin dio un paso hacia dentro de la habitación. Yo me levanté de la cama con mi computadora en brazos, y la dejé en el escritorio de madera de pino que tenía a unos cuantos metros. Justin entró, y se mantuvo de pie junto a la cama. Yo di media vuelta, topandomelo con la mirada, y procurando ser un poco "amable" con él. Quizás le gustaba Sarah porque ella siempre era muy... Sarah. Siempre estaba bastante sonriente, y era amable y linda con todas las personas. Yo, no. Pero tal vez, necesitaba serlo, o al menos ser un poco más accesible con los demás...

— ¿Pasa algo? - pregunté después de un largo y prolongado silencio que quemaba mis nervios. Justin se notaba nervioso y un tanto inseguro. No sabía hacia dónde mirar, si no era al piso de mármol, era a la ventana; si no miraba hacia la ventana, era al cobertor de mi colchón. El caso es que fueron pocos - casi nulos - los momentos en que se decidió a mirarme, y lo hacía de reojo, jamás regalándome la vista completa. - ¿Justin? - pregunté por segunda vez,

— Mi hermana se va a casar. - dijo, tomando asiento en la cama. Yo hice lo propio, pero del otro lado, quedando entonces hombro con hombro; mantenía una pierna doblada sobre la cama, y la otra a un costado tocando el suelo. Me dediqué a mirar el cobertor de figuras redondas a distintos colores, y Justin miraba hacia la misma nada.


— ¿Eso es malo? ¿O porqué mantienes ese rostro? - pregunté sin mirarlo. El bufó.

— Es bueno, supongo. - habló e inspiró aire casi abrupta mente. - Solo que, supongo que mi tiempo se acabó. - ¿Su tiempo? ¿De qué mierda estaba hablando Justin? ¿Qué tiempo?

Una Escritora Sin Amor | JBDonde viven las historias. Descúbrelo ahora