Capitulo 23 - Solo se vive una vez

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Odiaba las salidas con amigos.

Eso lo decidí al momento en que Diego tomó una botella de vidrio de alguna cerveza vacía, y la colocó sobre aquella tabla de madera Lisa.

¿La Botella del Beso? ¡Por Favor! Ese juego era totalmente inmaduro, para algún grupo de octavo grado. Ya estábamos grandesitos como para andar jugando a ver a quien le toca la boquilla para tomar la iniciativa.

No.

No, no, no.

- ¡Si! - gritó Lucille tomando uno de los troncos y arrastrándolo por la arena un poco alejada del fuego.

Pusieron los troncos de un lado creando un circulo alrededor de la tabla con La botella ya encima, y se fueron sentando uno por uno.

Las reglas fueron simples: al que le toque la boquilla, tiene que tomar la iniciativa. Diego y Ursulla no jugaban (sería incomodo ver a tu novio(a) besarse con otra(o) frente a tus narices) por lo que ellos dos serían los mediadores. Los besos durarían 5 segundos en exclusiva.

Joder.

Me senté junto a Pauly, y del otro lado se encontraba Sarah. Tomé mis manos; me encontraba un poco nerviosa... Definitivamente odiaba esa clase de situaciones. Y ahora estaba empezando a odiar solo un poco a Cova.

- ¿Listos? - preguntó Diego tomando del centro de la Botella. Gale tan solo frunció el ceño y miró por sobre su hombro, y Pauly suspiró.

Me gustaba el olor al mar. Ese olor a tierra mojada con sal que provocaba que mi olfato se conectara directamente con los recuerdos.

Recordé gracias a ese olor a playa el primer beso de Pauly. O al menos, lo que nos había dicho que había sido su primer beso. ¿Que podría ocurrir si, de pura fe del destino, ese beso volvía a tomar riendas esa noche? Osea, ¿que pasaba si a Gale le tocaba besar a Pauly? Probablemente lagrimas, gritos, silencios incómodos o hasta reniego. Eso sería fácilmente lo mas probable, ¿No?

- ¿Y si es de verdad o reto? - Preguntó Frank, un tanto incomodo. - Besar a alguna de ustedes es como besar a una hermana. - Hizo mala cara. Diego rió a risotadas y Lucille tan solo alzó las cejas.

- ¿Que retos podrían haber aquí? - preguntó John, incredulo. - ¿Corre desnudo hasta el agua? Creo que esa situación sería mas incomoda que eso. - Lucille se rió.

- Somos amigos. Es solo un pequeño... ¿Intercambio? No significará nada si no significa nada para ti la persona. - Frank tragó gordo, y la chica tan solo se re-acomodo en su asiento.

- Mucha Charla. - habló Diego antes de girar a la botella. Casi como un prefacio, la boquilla le tocó a Frank, y la parte de atrás a Lucille. Esa sería una larga noche.








...








Y en esa Vuelta, la boquilla se paró en Justin. Todos miraron inmediatamente; la que tenía la base era Sarah. Justin besaría a Sarah... Oh, Dios, Mio.

Al ver a Justin levantarse de su asiento para acercarse a la escandalosa chica, sentí cierto retortijón en el estomago. Cinco segundos, me repetí. Cinco segundos.

Pero en ese conteo interno, me sentí tonta: no debo de contar, ni de enojarme, ni de querer cerrar los ojos. No hay razón para hacerlo, si Justin no significaba nada para mi. No lo hacía, ¿Cierto?

Justin se acercó a Sarah, la cual tan solo sonrió levemente para tratar de aligerar el ambiente. Los restantes aguantamos el aire en nuestros pulmones, mientras que Justin tomaba el rostro de la pelirroja y juntaba sus labios.

Uno... No era una sensación bonita.
Dos... ¡Dios! ¡Que lentos son cinco segundos!
Tres... ¿Ese retortijón de panza es normal?
Cuatro... Dios, ¿Y si les gustó el beso?
Cinco... ¡Que a
lguien los separe!

Y sus labios se separaron al momento en que Ursula contó los cinco segundos.

Helena y Guilly hicieron un gran alboroto, mientras que Lucille (la escandalosa por excelencia) reía a carcajadas. Yo tan solo me limité a observar el fuego detrás de nosotros, el cual nos seguía calentando y brindando la luz necesaria.

- ¡Siguiente, siguiente! - dijo Diego calmando a la multitud.

Sarah regresó a sentarse a mi lado, y Justin fue a sentarse justo al suyo. Noté en ella cierto... ¡¿Cierto qué?! No lo sabía, pero se le veía un poco avergonzada. Su color pálido y blanco había sido sustituido por una ligera capa de rubor en su rostro. Sarah estaba ruborizada por el beso de Justin.

Me Jode.

- ¡Ya! ¡Todos! - gritó Ursulla desde su asiento en el tronco junto a su novio.

Y entonces, todo pasó muy rapido. La botella giraba, los susurros eran audibles para todos. Y giraba, y giraba. ¿Y si esta vez si le tocaba a Pauly y Gale? ¿Que ocurriría? Y seguía girando. ¿Como reaccionaría Pauly? Giró. ¿Que pensaría Gale? Y continuó en una vuelta. Hasta que se detuvo, y mi corazón y respiro con ella. La boquilla de la botella me señalaba a mi. Y la base, señalaba a Gale.

Tenía que besar a Gale.

Había sopesado todas las posibilidades. Me había preguntado todas las preguntas y visualizando todos los planos. Había visto en mi cabeza que ocurriría si veía a Pauly y Gale besarse gracias a ese juego inmaduro. También pensé en ¿Que tal si le toca besarse con Helena, la mejor amiga de Pauly? ¿O Lucille? ¿Cualquier otra? Pero no había pasado mi mente la posibilidad que ahora se tornaba en un hecho: yo, besándome con Gale.

Todos los resultados caóticos de todas las posibilidades anteriores se vieron eclipsadas por este pensamiento que ahora atormentaba mi cabeza. Si, sería mil veces peor si me tocaba a mi besarse con el chico por el simple hecho de que Pauly me considera altamente responsable de su primer corazón roto. Como escuché a alguien decir por ahí: si algo puede salir mal, saldrá mal. Pero en mi caso, ese beso podría ser altamente tóxico para todos, diciéndolo en un modo figurado.

- ¡Ely! ¡Gale! ¡Les toca! - Habló el molesto de Guilly. Cerré y abrí los ojos fuertemente, mientras notaba en Gale alguna clase de espejo. Estaba casi cien por ciento segura de que la clase de cara que el tenía, y el mío, era prácticamente el mismo, sin variar la gran cosa. Cien por ciento segura.

Temerosa, la miré de reojo. Su rostro mostraba la misma expresión que tendría alguien que no quiere creer lo que está escuchando. Ni ella, ni el ni yo queríamos creerlo. Me sentí la peor persona del universo.

Gale se puso de pie, yo hice lo mismo. Caminé cabizbaja hacia el, y el hacia mi, hasta el punto en que nos topamos frente a frente. No lo pienses Ely, me dije. Solo hazlo. Toma el aire, y cuenta hasta cinco.

Y así lo hice. Yo tenía que tomar la iniciativa, ya que tenía boquilla.

De un segundo a otro mis labios buscaron los de Gale. 


De un segundo a otro Gale y yo nos estábamos besando. 

Una Escritora Sin Amor | JBDär berättelser lever. Upptäck nu