Capitulo 49 - Lo mejor que me ha pasado eres tú.

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Su hermana estaba en la habitación de al lado, lo cual permitía que yo fuera primera testigo de los gritos entre ella y Justin.

Cuando la chica entró a la casa, no era "ella misma" o, en otras palabras, estaba en un estado muy poco "estable". Jennelle, la pequeña hermana de Justin con apenas 19 años (¿O 18? ¿17? Algo así) llegó a la casa borracha a plenas dos de la tarde.

Troné los dedos de mi mano derecha contra la palma de mi mano izquierda, y así en sentido contrario. Movía mi pie insaciablemente, mientras que miraba a todas las paredes intentando sentirme mejor conmigo misma, y procurando convencerme de que nada de eso era mi culpa, menos el tener que escuchar todo lo que se decían; tampoco eran cosas que yo no me pudiese llegar a imaginar: Justin la regañaba recriminándole cosas como "No es tu estilo llegar así a la casa", y ella le contestaba con cosas como "Tu no me conoces". Yo decidí quedarme al margen y esperar a Justin en la habitación de huéspedes, la cual estaba justo junto a la habitación donde Justin había decidido darle un sermón a su hermana.

Admito que, cuando noté que era la hermana de Justin y no alguien mas me relajé; alguien como, tal vez Alice.

Fruncí el ceño, e inclinando mi cabeza hacia la derecha sobre mi hombro, me pregunté que pasaría si Alice apareciese de la nada en la casa de Justin. A juzgar por lo que Justin me había contado hasta ese momento, todo estaba bastante claro: Lo dejaría todo por ella.

¡Que chica tan tonta! Había engañado a Justin, un chico maravilloso, atento, bueno, que estoy segura, no quería nada mas aparte de la felicidad de la chica. ¿Por qué habría decidido tal estupidéz como "engañarlo" si ya tenía al chico con el paquete completo? Supongo que, cuando se es bonita como Alice - según Justin era "La chica mas hermosa que sus ojos pudieron alguna vez distinguir de entre la multitud" - te puedes dar el lujo de elegir y aparte de todo darte a desear. Y Alice era muy deseada por Justin; mucho.

El sonido de una puerta abriéndose me sacó de la gama de mis pensamientos; escuché unas pisadas acercándose, lo se porque conforme los segundos inmaculados pasaban, las pisadas se hacían mas graves. Justin entró por la puerta con el semblante echo añicos. Yo me quedé inmóvil, sentada junto a la ventana. Me miró detenidamente, y sin decir palabra alguna se sentó en el borde de la cama, con sus brazos recargados en sus rodillas, dándome la espalda. Refunfuño un par de veces, respiró profundamente, y llevó sus manos a su cara.

- ¿Estás bien? - pregunté temerosa, y una vez que lo dije me di cuenta que tambien "estupidamente". Era obvio que no estaba bien... tonta Elizabeth.

- Perdón. - dijo el aclarando su cabeza. - ¿Quieres hacer algo? Hay que salir, se que quieres conocer Londres. - Supe a donde quería llegar.

Me levanté del pequeño sofá en el que estaba sentada, y fui a sentarme al lado de Justin. Lo que el necesitaba era apoyo, no olvido. Tomé su gran mano con ambas de mis manos, acariciándola con la derecha el dorso y con la izquierda entrelacé nuestras manos. El miró nuestras manos juntas, y después subió hasta mis ojos, observándome con detenimiento.

- No lo oprimas... tienes que desahogarte. - solté su mano y la llevé a su espalda; el solamente bajó la mirada a nuestros pies.

- No puedo. - dijo con apenas un delgado nudo de voz. - No puedo si es que veo a Jenn así, y todo se va a la mierda. Últimamente todo en mi vida ha sido mierda, todo lo que me rodea es una puta farsa. - cerró los ojos con fuerza y apartó su rostro lejos de mi, casi con coraje, con odio, aunque no sentí que fueran hacia mi persona.

- Justin... lo malo toma la importancia que desees en tu vida, creo que...

- ¡¿Tu crees que yo quiero que lo malo sea importante?! - se puso de pie rapidamente, dejandome petrificada en la cama. Esta era una faseta de Justin que no conocía, una tan enojada, tan rencorosa, tan lastimada, herida. Este era un Justin que jamás me había tocado ver, mas que aquella vez que se enojó cuando lo culpé de que mi hermana pensaba que él y yo eramos algo mas... Vaya. Recordar ese día fue mas fructífero de lo que pensé: Ese día fue el primer día que vi a Justin con otros ojos, dejando entrar la posibilidad de "¿Que pasaría si Justin y yo...? - ¡No quiero esto en mi vida Ely! ¡No es por gusto!

Una Escritora Sin Amor | JBWhere stories live. Discover now