xiv. editado, releer

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capitulo catorce | calebrozes entre mates

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capitulo catorce | caleb
rozes entre mates

          La figura de Samantha aparece en el umbral de la puerta. Sus ojos solo dejan ver la ira en ellos y su mandíbula se encuentra tan apretada que podría llegar a romperse. Tiene la vista fija en Savannah, y de un momento a otro, sus iris verdes cambian y se vuelven negros. Pero completos, no puedo ver la pupilas ya que solo puedo ver negro en ellos, solos un Alfa... O Beta, puede cambiar así sus ojos.

          El el olor del miedo de Savannah llena la habitación, su cuerpo comienza a temblar; aún así no se aleja, sino que gruñe. Gruñe a Samantha, a su luna.

          —Apártate... —el susurro ronco de Samantha hace que miedo aumente y deje de gruñir.

          —¿Porque haría eso? E-eres una simple rogue —su voz es temblorosa y cargada de miedo cosa que hace que Samantha sonría a medias.

          En un rápido movimiento Samantha la toma del cuello y la estrella contra la pared, elevándola varios centímetros del suelo. Savannah clava sus garras en el brazo de Samantha intentado deshacer su agarre pero ella ni se inmuta por el dolor que seguramente le este causando; la mirada de Savannah pasa a ser una de horror, sus claros ojos se fijan en mi y piden ayuda. Sinceramente no quiero ayudarla, Samantha esta haciendo lo que nunca me atreví a hacer.

          Pero incluso aunque no deba hacerlo, tengo que separar a Samantha de ella. Si llega a matarla no hará mas que empeorar la situación; ella será considerada como alguien peligrosa y sin control, y será obligada a dejar este refugio por la seguridad de sus integrantes. En cuanto a mi manada, ellos seguramente no la aceptarán como Luna. Decido acercarme despacio hacia donde ellas se encuentran y pongo cuidadosamente mis manos en la pequeña cintura de Samantha mientras acerco mi boca a su oído.

          —Suéltala, no vale la pena... —mi voz sale suave y ronca, estar cerca de su trasero hace que una erección comience a crecer, cosa que ella nota porque su olor a excitación comienza a entrar en mis fosas nasales. Sus manos lentamente sueltan a Savannah haciendo que ella caiga al suelo y corra lejos de la cocina; sin esperar mas, comienzo a repartir besos desde el lóbulo de su oreja hasta hasta su clavícula. De sus labios se escapa un suave gemido mientras mis manos presionan sus caderas.

          Le doy unos besos mas y la giro, quedando cara a cara ataco su boca y ella tira de mi cabello. Mi camisa vuela y su pequeño short celeste para dormir también; una de sus piernas se enrolla en mi cadera, la sostengo del muslo hasta llegar a su trasero y apretarlo, y acerco su entrepierna a la mía, rozando mi erección con sus ya mojadas bragas. Sus manos van de mi cabello a la V de mi torso acariciando y erizando mi piel a medida que sus manos me tocan.

          Solo hay una forma de que nuestros cuerpos estén mas juntos, pero antes de eso quiero marcarla, no quiero que crea que solo la quiero para esto.

          —Quiero marcarte... —Ella aleja su rostro unos centímetros y me observa, su boca se abre para decir algo pero la interrumpo antes de que diga algo—. Se que aun no quieres que lo haga, lo respeto. No haré nada que tu no quieras...

          Sus ojos que ya han vuelto tener su color normal me observan atentamente, analizandome. Sus manos van a mi cuello y tiran de él para acercar su boca a la mía y besarme. Este no es un beso hambriento o lujurioso; este es un beso lento y lleno de amor. Sus labios acarician los míos muy suavemente, bordeándolos, diosa ojala esto nunca se acabe:—Buenas noches Caleb.

          —Buenas noches.

◇◇◇

          —Creo que Einstein estaba equivocado —miro a Stefan sin comprender ¿De que mierda habla?—. Él dijo: " Solo hay dos cosas infinitas, el universo y la estupidez humana".

          >> Estoy completamente seguro, de que si él te hubiera conocido, hubiera cambiado esa frase a "La estupidez humana y la del Caleb Romannov" , apuesto lo que sea.

          —Solo decidí no acostarme con ella hasta que este marcada, por mi.

          —¿Ahora te haces el virgen santo?

          —¡Te estoy hablando en serio!

          —¡Yo también! ¿Sabes lo que haz hecho? Prácticamente la rechazaste carnalmente.

          —No lo hice. Solo le dije que antes quiero marcarla. Se supone que eres mi mejor amigo, mi Beta, debes apoyarme en mis decisiones, no llevarme la contraria.

          —Soy tu Beta y mejor amigo, y como mejor amigo estoy haciendo que te des cuenta del horrible error que cometiste.

          ¿Cometer un error? No lo creo. En mi opinión hice bien, no quería que ella crea que solo busco sexo, no. Yo quiero todo de ella, quiero que en un mes y tres semanas, cuando tenga que volver a mi manada ella vuelva conmigo, claro que con mi mordida decorando su lindo cuello. Y si es posible, mi cachorro creciendo en su vientre. Solo si es posible.

          Ciertamente mis pensamientos sobre herederos y reclamarla como mía llegan a abrumarme. Nunca los había tenido hasta este momento, y de hecho, me resultan hasta machistas. A pesar de ser lo que todo lobo busca.

          —¿Por que es un error para ti?

          —Caleb, cuando ocurre el primer acto sexual, mejor dicho durante el primer acto sexual se acostumbra a hacer la marca. Ya sabes, la excitación del momento, la exigencia de deseo y el placer por parte del cuerpo hace que la hembra pida ser marcada por su compañero. La marca aumenta la excitación. Quizá ella no te pida que la marques a la primera, pero el deseo, atracción y... Bueno también el cariño crece luego del primer encuentro.

          No podía argumentar sobre un tema que desconocía en su totalidad, aunque ganas no me faltaban. Pero me hubiese gustado que mi adorado padre me explicara sobre esa parte del vínculo. Aunque no puedo culparlo, tengo 147 años y en 147 años no me digne a tomar un puto libro sobre los compañeros ya que como estúpido y orgulloso imbécil creía que mi mate me diría algo como: "Oh amado mío, marcame. Marcame y hazme tuya".

          No creí que me rechazaría y mucho menos que seria rogue. Diosa ni siquiera se me paso por la cabeza el hecho de que podría no ser virgen. Soy un machista en todo el sentido de la palabra; lo único que me falta es que espere que ella me prepare la cena todos los días y que sea mi yegua de cría toda la vida.

          Pero ahora que lo pienso, han pasado cinco años desde que la conocí y tampoco investigue sobre el tema. En lugar de eso mande tropas y tropas de guerreros en su búsqueda, los cuales me traían reportes de como se hallaba y donde, luego me transformaba e iba al lugar pero cuando llegaba ya no había nada. Algunas veces los reportes decían que ella salía de Noruega, no se a donde iba pero lo hacia. Algunas veces la veían en Rusia, otras en Francia y hasta era vista en Austria. Hice eso durante dos años, pero luego desapareció. Se borro del mapa, aún así no perdí la esperanza de hallarla.

          >> ¿Te dignaste a leer un libro si quiera? —Por mi cara creo que debe ser muy obvio el hecho de que no lo hice— ¿Sabes? Iré a buscar un libro para que te pongas al tanto.

MI ROGUE [1] © [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora