xi. editado, releer

27.8K 1.8K 51
                                    

capítulo once | calebrogues

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

capítulo once | caleb
rogues

          Despierto por el sonido de la puerta cerrarse, abro los ojos rápidamente rogando por que Samantha siga durmiendo en mi cama y sorprendentemente aun esta ahí, tranquila y acurrucada en las blancas sabanas lo que me lleva a pensar...

          ¿Quién mierda entro en mi habitación?

          Samantha empieza a moverse y poco a poco abre sus hermosos ojos verdes con motitas doradas; al principio se muestra confundida al no reconocer la habitación pero luego, al verme, sus ojos se abren como platos e instantáneamente mira hacia su cuerpo y cierra sus ojos por unos segundos al darse cuenta que lleva la ropa puesta.

          — ¿Que hago aquí? —pregunto con un débil susurro, al parecer anoche forzó la voz en el ataque que recibió.

          — Llegaste moribunda ayer en la noche... Estabas herida y muy débil te traje a mi cuarto y te cure, luego de eso te quedaste dormida —relato, ella asiente agradecida y suspira, luego procede a quitarse las sábanas de encima.

          — Em... Gracias por... Ayudarme —murmura.

          — ¿No eres de dar las gracias muy seguido no es así? —pregunto. Ella busca evitar mi mirada pero finalmente acaba conectando nuestros ojos.

          — Yo... Si.

          — ¿Debo sentirme afortunado?

          — Quizá... No... Bueno si... Un poco, si —esta muy nerviosa, la pongo nerviosa— Bueno yo... me voy —se paro de la cama y antes de que diera un paso hacía la puerta la tome del braso y tire de ella hacia mi, logrando que caiga sobre mi para luego dar una vuelta sobre la cama quedando yo sobre ella.

          Nuestros cuerpos estaban más que juntos, nuestras narices se rozaban y nuestras respiraciones se mezclaron mientras nos mirábamos a los ojos. Me acerque lentamente a su cuello, sin separar la mirada y olí su exquisito aroma a menta y chocolate que tanto me encanta. Comencé a dar pequeños besos y hacer chupones por todo su cuello, mandíbula y pecho haciéndola gemir un poco fuerte a decir verdad, no podía dejar que alguien interrumpiera este momento tan fantástico que estoy teniendo con ella por algún idiota sin vida social. Lentamente me fui alejando de su hermoso cuello hasta quedar frente a frente con ella.

          Tome su pequeña cintura mientras la acercaba -si es que era posible- más a mi cuerpo, luego miré sus rosados, carnosos y apetecibles labios, tan perfectos y míos que no pude resistirme y mordí los míos con fuerza causando que estos sangraran un poco. Miré esos ojos verdes que me tienen perdido desde que los vi hace cinco años, pase una de mis manos por su suave y angelical rostro para situarla detrás de su cuello, en su nuca, y elevarlo un poco.

          Sé que estoy siendo brusco y apresurado. Sé que no debería comportarme de esta forma pero me es imposible controlarme, es más fuerte que yo, el instinto salvaje y animal que no pueder ser controlado se apodera de mi persona. Deja atrás al hombre adulto y precavido, que piensa todos y cada uno de sus movimientos antes de actuar, dejando paso al lobo hambriento y descontrolado que actua por medio del instinto irracional de la colección de mates.

MI ROGUE [1] © [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora