ix. editado, releer.

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capítulo nueve | calebnervios

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capítulo nueve | caleb
nervios

          Samantha.

          Tenia puesto unos pantalones flojos color gris, una camiseta blanca con lineas negras en vertical, una sudadera grande color negro, no llevaba ni una pizca de maquillaje y aún así se veía hermosa. Su mirada estaba puesta en mi al igual que la mía, nadie decía nada, todos nos observaban a mi y a ella algunos comprendían y otras no. 

          — Samantha, Caleb ¿ Ocurre algo? —preguntó algo confundido Magnus.

         — Eh... No, no ocurre nada Magnus es solo que el alfa Caleb me... Había salvado hace unos años y bueno me sorprende un poco verlo aquí —yo solo asentí dándole la razón.

          — Si, yo la salve hace algunos años. Ella estaba siendo atacada cerca de la frontera de mi territorio y yo le dí una mano en su pelea. Es algo sorprendente verla... Aquí.

          — Oh en ese caso creo que no hace falta presentarlos, ¿Sam podrías acompañarlos a sus habitaciones?

          — S-Si yo eh... Acompáñenme —el tatuado llamado Nick se le acerco a decirle algo y mentiría si dijera que no quiero tomarla de su cintura, besarla y decirle que no se acerque porque ella es mía pero me contengo. Ella le sonríe ¿SONRÍE?

          Samantha comienza a caminar no sin antes echarme una última mirada a mi y a mi hermana y... Darle una sonrisa a esta última. Subimos las escaleras y la seguimos hasta un pasillo repleto de puertas, ella se detiene y nos mira.

          — Bien. Tú la chica em...

          — Cora —le responde mi hermana y Samantha le sonríe tiernamente.

          — Ven esta será tu habitación durante los próximos dos meses —abre una puerta blanca y Nick mete sus maletas en ella— Cualquier cosa que necesites Nick está en la siguiente puerta a tu derecha —¡¿QUE?! el hijo de... Su madre de Nick le regala una media sonrisa a mi hermana junto con guiño y la tonta se sonroja.

          — Disculpa pero ¿Podría mi hermana estar en una habitación cercana a la mía?   

          — ¿Acaso no confía en mi alfa Caleb? —pregunta el tattoo boy con una mirada retadora.

          — No es eso. Es solo que me sentiría mas a gusto teniendo cerca a mi hermana.

          — En ese caso no se preocupe, usted estará en esta habitación al frente de la joven Cora —tomo mis maletas y me encamino a la puerta que Samantha abre frente a mi, ella me mira y luego frunce el ceño al ver algo tras de mi o mejor dicho alguien— Disculpa pero aún no te asigno tu habitación.

          — Claro que sí, soy luna de Caleb así que esta es mi habitación también —los ojos de Samantha se ponen amarillos de un momento a otro. Megan al ver el problema actuó. Diosa gracias por traer a Megan en mi vida.

          — Que esté obligado a casarse contigo no quiere decir que el deba compartir habitación con tu presencia —sus ojos vuelven a la normalidad y muerde su labio para aguantar su risa, uff ya estoy duro. Pero lo que me conmueve es que haya sentido celos de Savannah, ella siente algo por mi lo que hace que Isaac salte de alegría.

          — En ese caso, tendrá que esperar a que le asigne su habitación —luego dirigió su mirad a mi— Lo mismo que a su hermana. Si necesita algo Nick esta en la habitación continua a la de Cora.

          Entré en mi habitación y era pequeña pero acogedora. Tenia lo justo; una cama para dos personas con mesas de luz a sus costados, tenia un estante y dos lamparas arriba de la cama. Había una pequeña cómoda frente a la cama y una ventana con cortinas blancas a su derecha que daba al gran bosque que nos rodeaba.

          Aún no puedo creer que la vi ¡Y que ademas sintió celos! No puede negarlo sus ojos cambiaron, cuando miro con enfado a Savannah y apuesto mi manada a que estaba pensando en asesinarme en ese momento y en cuanto Megan habló a Savannah e indirectamente a Samantha sus ojos volvieron ese hermoso color verde que sueño desde hace cinco años.

          No a cambiado nada, sigue igual de hermosa con su mirada penetrante, sus curvas definidas y labios rosados carnosos... De solo pensar en probarlos, ya me he vuelto a poner duro ¡Mierda! Necesito una buena ducha de agua fría o mis pantalones van a explotar. Pero no puedo dejar de pensar en ella y como mordió su labio, ¿Como se sentirán en mi pene? ¡Bueno ya! Debo concentrarme por mas hermosa que sea quiero saber el porque de su rechazo.

◇◇◇

          Definitivamente la ducha es el mejor lugar para relajarse y bajar la erección de un hombre. 

          Me debo acercar a Samantha no importa como pero debo hacerlo. Mi padre me enseño a nunca rendirme, sin importar cuan jodida este la situación un Romanov no baja los brasos tan fácilmente. Luchare hasta el final.

          Cuando tenia veinte años y entrenaba para convertirme en el luchador experimentado que soy mi padre siempre me decía que si me rendía jamas seria fuerte, que no importaba cuan duro fueran los golpes o humillaciones que recibiera, que si caía me levantara y siguiera caminado, si caía cien veces me levantara ciento un veces. Puede que suene exagerado pero tiene razón. Se que ella no me dejara fácil el contacto, por favor me trato de usted en cada oración que me decía. Ella debe tratarme de tú, no tiene porque decir mi titulo antes de mi nombre.

          Unos golpes en la puerta interrumpen mi charla interna y por su olor se perfectamente de quien se trata, una sonrisa maliciosa aparece en mi rostro. Tomo una toalla que envuelvo en mi cadera y salgo del cuarto de baño para dirigirme a abrir la puerta de la habitación.

          — ¿Qué ocurre Samantha? —ésta observa embobada todo mi cuerpo mojado y su mirada se detiene en el borde de mi toalla justo donde se encuentre mi V. Diosa su mirada lujuriosa hace que el pequeño/no tan pequeño Caleb se despierte y la toalla blanca no ayuda a disimular— Samantha mis ojos están aquí arriba—está algo, que digo algo, está sonrojada, me mira a los ojos— Pareces un semáforo en rojo.

          — Mierda —murmura para tomar compostura—. Vine a avisarle que la cena estará servida en diez minutos —asiento lentamente mientras observo detallada mente su rostro.

          — ¿Puedo preguntarte algo?

          — Técnicamente lo esta haciendo. Pero adelante.

          — Bien, primero deja de tratarme de usted —digo—, tú perfectamente sabes que tienes derecho tutearme y... ¿Por qué?

          — Primero si quieres que te tutee bien y segundo ¿Por qué, qué? 

          — ¿Por que me rechazaste?

          — Tú me seguiste para rechazarme Caleb —murmuró sonriendo, pero no era sincera era... triste. Una sonrisa triste.

          — Yo no... —no pude seguir porque ella me interrumpió.

          — No vengas con es mierda de que no me secuiste para ello Caleb, porque no voy a creerte. Alfa —me apuntó—, rogue —se apuntó a ella—. Tú no querías y no quieres una Luna rogue. La cena estará en diez minutos, debes bajar.

MI ROGUE [1] © [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora