MI ROGUE [1] © [Editando]

i. editado, releer

capítulo uno | caleb
sueños

          El viento frío choca contra las ventanas de mi despacho, el día hoy es uno muy frio, lo único que se oía eran las ramas golpear contra la casa. Al igual que cada día, me encuentro sentado en mi escritorio con la mirada baja en los papeles que reposan en este, viendo las cuentas de los gastos de la manada, lo normal. Soy alfa de la manada Sangre Negra, llevo viviendo ciento cuarenta y dos años y la mitad de ellos buscando a mi mate y compañera.

          Algunos tras haber conocido a su lobo a los dieciséis años de edad comienzan a ver a su mate en sueños. Claro no pueden ver su rostro, pero si su cuerpo. Yo la he visto, pero al igual que todos, no veo su rostro.

          — Buenos días, señor —saludó cortesmente mi beta Stefan.

          — Buenos días Stefan. ¿Noticias?

          — Nada nuevo, lo de siempre — responde este con la mirada en los papeles de mi escritorio— Alianzas, fiestas... ¿Y tu? ¿Alguna novedad?

          — La verdad, no.

          — ¿Y bien?¿Cuando traerás a la luna a la manada? —pregunta divertido, desde que tengo 30 años siempre hace la misma pregunta, y la respuesta es la misma.

          — Cuando la encuentre.

          — ¿Y cuando ocurrirá eso?

          Bufe cansado de esta situación:— Cuando llegue el momento de hallarla.

          — ¿Cuantas manadas revisaste ya? —pregunto. Aprecio que se preocupe, pero es un tema que comienza a incomodarme.

          — No lo se, debo llevar treinta. ¿A que se debe la pregunta?

          — Por nada...ahora que lo pienso no entraste jamás a buscarla en territorio rogue. —sentencia con aires pensativos. Se que es verdad, no lo niego. Pero no lo considero una opción, los rogues son lobos que perdieron todo.

          Es muy poco probable que mi mate sea una rogue, no voy a crearme falsas esperanzas.

          — Stefan, los rogues son lobos que lo perdieron todo... No hay probabilidades de que mi compañera se encuentre exiliada —sentencie—. Son lobos sin nada en la vida, perdieron todas sus oportunidades y la diosa no da dos.

          Claro esta que la mayoria de los rogues ya encontraron a su pareja, pero esta los rechazó o... Murió.

          — Quizá haya... Algún... Refugio de... —lo miro interrogante esperando a que siga hablando— no lo se... Tal vez rogues. A lo que voy es, que no es revisado esos sitios y puede que nuestra luna sea un rogue.