Veinte

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La risa contagiosa de alguien me despertó, abrí mis ojos suavemente, mi cabeza me daba vueltas y las ganas de vomitar subían por mi garganta. Afortunadamente, no lo hice. El asiento en el que me encontraba, me pareció demasiado incómodo y no podía recordar porqué me encontraba aquí.

— Amor, Harry va a matarte, Harry va a matarte —escuché a quien reconocí como Niall burlándose de alguien y lo divisé parado al lado del auto junto a Zayn. Supongo que fue producto de mi mente que lo llamase ''amor''.

— Ni me lo recuerdes —no quise moverme para seguir escuchando la conversación sin que se dieran cuenta de que me había despertado—. Cuando lo llamé... bueno, tú sabes como es él, así que me dijo de todo un poco y me pidió que la lleve con Liam, no quiere tener nada que ver con ella. En especial, cuando nos tomó el consejo de decirle sobre la apuesta y ella no le creyó, le dolió, ya sabes lo orgulloso que es Harry. Además, no es tan solo eso. Ahora que está en casa de su abuelo, está con las manos atadas.

No podía decir que no estaban hablando de mí porque definitivamente lo hacían y de Harry y de Liam. O sea, ¿era cierto lo de Liam? Aún seguía sin poder creerlo. Mi cabeza volvió a dar vueltas y retuve el impulso de tocarla con mis manos, necesitaba recolectar más información. Por el rabillo del ojo, vi como Niall acariciaba la mano de Zayn en un gesto muy... es decir, eso era muy raro, sin embargo, Zayn no la apartó. Sus ojos parecían preocupados y Niall lo miraba con un brillo no muy común.

— El problema es que no la voy a llevar con Liam. ¡No con ese maldito! Y sé que Harry, a pesar de que diga lo que diga, odia la idea de que se vaya con él —me estremecí sin entenderlo, Niall también pareció hacerlo y le apretó las manos con más fuerzas a Zayn.

— Harry es como un niño —le dijo a Zayn como si intentara calmarlo—. Que cuando se ve amenazado, llora. En su caso no es llorar, es molestarse con todo y con todos. Golpear cosas, gente. No controla su ira pero si Carly está cerca, todo desaparece.

El corazón me palpitaba fuertemente contra el pecho. No podía asimilar muy bien la información. Ni siquiera lo creía, ¿y si ellos sabían que ya estaba despierta y todo esto era parte de una buena treta para que cayera? No, porque no se estarían comportando de esa forma tan natural como lo hacían. O eran buenos actores o no se habían dado cuenta.

— Si, Niall, pero la caga cada vez que está con ella. Sabes lo mal que se pone cada vez que arruina las cosas y jamás le ha dicho porqué supuestamente la odia —dijo haciendo comillas con los dedos—. Ambos sabemos que se muere por ella.

Esperen, ¿qué?

— Solo está resentido por lo que pasó cuando eran niños...

Incapaz de seguir inmóvil por más tiempo, me moví y Niall se dio cuenta, soltó rápidamente la mano de Zayn, me dio una sonrisa nerviosa y abrió la puerta del auto.

— ¡Hasta que despiertas, bella durmiente!

Me toqué la cabeza como si eso alejara el dolor y susurré un suave "estoy mareada", Niall carcajeó, pero Zayn no lo hizo.

— No sabía que te gustaban tanto las rumbas.


Todos nos quedamos en silencio cuando una camioneta frenó frente a nosotros. Zayn apretó las mandíbulas y la sonrisa de Niall se ensanchó realmente como si lo encontrara muy divertido. Harry salió hecho una furia de la camioneta y cerrando la puerta fuertemente.


— Maldita sea, Zayn, maldita sea —me dolía mucho la cabeza y me tapé las orejas con las manos para no escuchar a Harry diciéndole palabras que ni entraban en mi vocabulario a Zayn. Luego de un buen rato y cuando las carcajadas de Niall pararon, Harry se agachó frente a mí—. ¿Estás bien? —preguntó con su voz agria.

— Me duele la cabeza, preferiría que no vuelvas a gritar —volteó su cara y le dio una mirada fulminante a Zayn, colocó sus estúpidas manos tan suaves y tan... maldita sea, yo estaba loca. De verdad que sí.

— No volveré a gritar —dijo suavemente con la voz cargada de ternura—. Ven, te llevaré a casa para que descanses.

— Estoy bien, muy bien, excelentemente bien. No te pre-preocupes p-por mí —dije tartamudeando.

— Ya ni sabes lo que dices —rodó los ojos y se acercó a mí tanto que mi respiración y la suya eran la misma—. Si te besara ahora, no supondría ningún problema. De seguro y no lo recordarías al día siguiente o dentro de unas horas cuando despiertes.

— Harry —la voz de Zayn estaba cargada de advertencia. Harry sonrió y el hoyuelo se le marcó en la mejilla, se veía tan lindo... empecé a reírme.

— ¿Qué te provoca risa?

— Que quieras besarme —me sonrojé y él sonrió. Sus ojos bajaron y me miró con toda la ternura del mundo.

Si pudieras recordar esto mañana y que toda vaya bien, sería un maldito egoísta y te besaría una y otra vez.

Mi corazón latió con fuerza.

— Solo bésame y olvídate de mañana —él sonrió de medio lado. La sonrisa que surcó su rostro se volvió salvaje y susurró suavemente:

 — Sé que estás muy desesperada por probar mis labios de nuevo, bonita.

Abrí mis ojos como platos. ¡Ese maldito bipolar! Harry parecía divertirse con mi expresión, pero debajo de su mirada, había un deje de tristeza. Se levantó y me dio la espalda, Zayn lo miraba mal e incluso también lo hacía Niall.

— Solo eres un maldito miedoso —espeté y salí del auto. Zayn y Niall me miraron sorprendidos y ambos de alejaron de ahí sin decir una palabra, Harry no volteó—. Te conozco lo suficiente para saber eso, tienes miedo de todo y de todos, piensas que si vuelvo a acercarme a ti huiré como la mayoría de las personas huyen porque no pueden estar cerca de ti.

Sabía que era cruel y que le hacía daño, pero esto era lo que sentía. Mi corazón latía fuertemente contra mi pecho.

— Tú no entiendes —su voz ronca sonó profundamente afectada.

— ¿Qué es lo que no entiendo? Entiendo perfectamente bien. De hecho, comienzo a entender porque has fingido que me odiabas durante todo este tiempo —grité tan alto que sentí que me desmayaría, Harry ni se inmutó, seguía dándome la espalda—. Eres tan malditamente egoísta que no dejas que nadie se acerque a ti más de lo que crees seguro porque no quieres que nadie te lastime, pero ¿sabes qué? El único que sigue jodiendo su vida con esa idea eres tú.

Harry volteó, sus ojos cargados de furia, la que solo yo podía despertar, a veces. De esa furia que se leía en sus ojos cuando iba a golpear a alguien o iba a volverse loco. La furia que te hacía retroceder unos pasos debido al miedo, pero yo debí de estar muy loca o muy borracha, porque me acerqué y le coloqué un dedo en el pecho, llena de rabia.

— Tú no tienes el derecho de seguir siendo tan cruel conmigo —le dije y él tomó mi mano. Sus dedos se entrelazaron con los míos y la sensación que sentí, superó mi rabia. Al parecer, la sensación llegó hasta Harry, porque su reacción fue de perplejidad y soltó mi mano rabioso.


Me dio la espalda de nuevo, sus hombros temblaban. Sus manos se cerraban y se abrían al mismo tiempo, como si realmente se debatiera entre algo muy importante.  Volteó de nuevo y me dio la cara. Me miró por un largo rato, en sus ojos se leía la confusión, la molestia, la rabia y como si fuera poco un secreto del que yo era parte y ni siquiera sabía por qué.


A pesar de que los rasgos de Harry se habían tensado hasta el punto de lucir mucho más adulto de lo que era, no me asusté. Sabía que Harry no iba a hacerme daño, no después de todo lo que había escuchado hoy aún más porque nunca lo había hecho antes intencionalmente.

— Tú no tienes una puta idea, ¿verdad? —me preguntó. Sus dientes apretados.

— ¿De qué? —levanté mi barbilla a la altura de sus ojos. Al menos, mi dignidad no la iba a perder.

— Eres una maldita malcriada que solo piensa en ella.

— Y tú eres insoportable.

— Maldita cínica.

— ¡Estúpido!

Se movió rápidamente y me tomó del brazo, pegándome a mí. Sus ojos cargados de furia, de impotencia. Como si quisiera que entendiera algo del que no podía ser participe, yo no podía seguir su ritmo. Era mucho más rápido que yo.

— ¿Podrías dejar de ser tan estúpido por una maldita vez en la vida y decirme que mierda es lo que te pasa conmigo? —Harry suspiró. Se quedó mirándome fijamente como si pudiera leerme con sus estúpidos y hermosos ojos verdes.

— Estoy jodido y no quiero meterte mi mierda, Carly, es lo que pasa —dijo, admitiendo por primera vez algo tan grande que incluso él se encontró sorprendido.

Yo era estúpida muchas veces y creo que los tragos que me había dado, me tenían más tonta de la cuenta, pero yo no quería seguir fingiendo que odiaba a Harry. No quería que me siguiera haciendo daño, que nos siguiéramos haciendo daño el uno al otro porque ninguno lo merecía. Bueno... tal vez Harry, un poco.

— No, estamos jodidos, Harry, ambos. Y yo también estoy llena de mierda.



Creo que fue la primera vez que vi a Harry dedicándome una sonrisa sincera, con sus hoyuelos marcados, la sonrisa más linda que jamás vi nunca y entonces bajó su cara y colocó sus labios sobre los míos. Aún me tenía el brazo apretado contra sí, sus labios moviéndose sobre los míos en una batalla interna y yo abrí mi boca. Su lengua exploró cada una de mis cavidades, llevando el calor a lugares dónde pensé que no podría.

Su mano se soltó de mi brazo y la colocó en mi espalda, la otra en mi nuca, profundizando más el beso. Exigiendo más, queriendo más de lo que yo estaba ofreciéndole en ese momento. Las sensaciones que mi cuerpo experimentaban era indescriptibles. Y maldita sea, ¡eso era un beso! Nadie podía negármelo. Ni siquiera lo que había visto en novelas se comparaba, esto... esto superaba la ficción. 

Del tipo de beso del que jamás podré hablar con mi mejor amiga o con mis padres porque los escandalizaría, un beso que ambos habíamos esperado desde más tiempo del que pretenderíamos reconocer y que por primera vez ya habíamos dejado todo atrás para darnos la oportunidad.

— ¿Y ahora qué? —le pregunté, roja como un tomate cuando sus labios dejaron los míos, a duras penas, como si jamás quisiera separarse. La sonrisa juguetona en los labios de Harry me hizo retroceder, si se burlaba, lo golpearía en las bolas.

— Ahora te llevaré a casa y... —se rascó la nuca nervioso—. Después veremos.


Me volteé y observé las miradas de Zayn y Niall en nosotros. Ambos sonreían como si ya esperaran esto y me encontré a mí misma sonriendo también, mis manos temblando, mi cara como un tomate y mi corazón... observé a Harry que se quedaba mirándome, bueno, mi corazón estaba que iba a salirse.


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Holaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa! Robé wifi porque pensé que tal vez este capítulo las dejaría con los pelos de punta, justo como me ha dejado a mí al escribirlo.
Solo les digo: No se confíen mucho EN NADA... que aún faltan muchos secretos por descubrir.
Las/os amo. ♥
Espero poder seguir subiendo más seguido.


Editado. 9 de Agosto, 2020.

Mi perdición | Harry Styles | COMPLETA |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora