Mi perdición | Harry Styles | COMPLETA |

Uno

No tenía el mejor humor cuando salí de casa.

El hecho de que empezaba mi último año (¡por fin!) me tenía bastante nerviosa. No ayudaba que me había levantado demasiado tarde porque Louis y Luke —mis hermanos—, me habían retenido durante toda la noche jugando al PlayStation y cuando pude irme a la cama eran pasadas las tres y había olvidado programar mi despertador.

Por más que quisiera, no llegaría a tiempo, y a pesar de que podía irme caminando, era mejor que tomara el autobús.

Estaba positiva, sin embargo, pensaba que hoy sería un día genial. Supongo que es el pensamiento común de todos los adolescentes cuando empiezan el cuarto año. Es la libertad y el sueño de que pronto estarás a unos meses de estar en la universidad. Así que, a pesar de mis circunstancias, no podía evitar portar esa sonrisa, la misma que se borró cuando el humo del cigarrillo invadió mis fosas nasales.

No pude evitar soltar todo el aire de golpe... Harry Styles, mi vecino y el chico más insufrible, molesto e irritable de todo el mundo, movió su cara hacia mí. Sus ojos verdes me atravesaron, su mirada era tan profunda que no pude sostenerla. Su cabello estaba hecho un desastre, como cada vez que lo veía, era como si se acabara de levantar y no se preocupara por su estilo. Vestía una simple camiseta blanca y unos jeans gastados.

Lo ignoré y traté de caminar lo más rápido que pude hacia mi destino: la parada. Por supuesto, el imbécil de mi vecino me pisó los talones. Sabía que quería molestarme, era lo que normalmente hacía, pero hoy no estaba de ánimos para entrar en su juego.

—Buenos días para ti también, cariño —resoplé y él siguió caminando a mi lado.

Trataba de ser mucho más rápida para poder tomar el autobús o, de tener suerte, encontrarme con algún compañero de clase.

—Estás muy callada hoy, hermosa —dijo deteniéndose a mi lado. Dio una calada a su cigarrillo y, en segundos, esparció todo el humo encima de mí. Genial, encima de que llegaba tarde, ahora llegaría con olor a cigarro.

Simplemente genial.

Matenme ahora.

Traté de calmarme y simular que no me importaba, pero ya estaba matando a Harry en mi mente de mil formas. Vi el autobús acercarse y revisé mi reloj, quedaban diez minutos para el toque de la campana, así que haciendo mis cálculos mentales y una marcha rápida de cinco minutos hasta la escuela, podría llegar a tiempo.

—Estás muy tensa, amor. Un día que llegues tarde no afecta —volvió a difuminar el humo en mi cara.

Conté hasta diez para no desatar mi furia, pensando que una vez que entrara al transporte, me libraría de este idiota, tenía que ser paciente y calmarme. Cuando el autobús se paró, me sentía tan aliviada que no pude aguantar la sonrisa que surgió en mi cara; el conductor abrió la puerta. Nos dio una mirada a ambos de arriba hacia abajo. Estaba a punto de subirme, cuando el conductor habló.

—No aceptamos fumadores —nos dijo a ambos. Eso era excelente porque yo no pretendía viajar con ese personaje.

—No estoy con él.

La mano de Harry en mi espalda me sobresaltó e incluso di un ligero salto. ¿Qué estaba tramando?

—Oh, claro que sí, mi amor. No le mientas al pobre conductor, de todas formas no conseguirás que nos suba a ambos, creo que deberíamos caminar.

¿¡De qué habla!? ¿¡Por qué estaba diciendo algo así!? ¿Se había vuelto loco, acaso? Estaba segura de que se me notaba lo molesta que estaba, pero Harry estaba a punto de soltar una carcajada. De todas maneras, ¿por qué seguía yo aquí? Di un paso dentro del autobús, pero Harry me tomó de la cintura.