Capítulo 2. "Fase uno: recuperar a Justin"

2.4K 247 42
                                    

Hace cinco días, seis horas y diecisiete minutos que no veo a mi Justin, y desde ese entonces he llorado como una desquiciada. Y no estoy bromeando. Leoni Powell arruinó mi hermosa y perfecta relación con mi chico, pero no puedo echarle toda la culpa a él. Justin no me quiso escuchar, o mejor dicho, no quiso meterse en la cabeza que lo amo sólo a él y que los otros tontos chicos que están detrás de mí no me interesan en lo absoluto. Dios, es tan terco y necio. Va a hacer muy difícil hablar con él ya que me ha estado evitando en los últimos días.

Lo odio por eso.

Él debería estar buscándome en la escuela a escondidas y yo debería estar en la parte trasera de su moto escuchando a mi hermoso Elvis Presley. Oh, esto es tan triste. ¿Por qué mi vida no puede ser tan perfecta como me la imagino todos los días? O sea, tengo todo lo que quiero, mis padres me miman mucho, soy una buena estudiante y tengo excelentes calificaciones, me considero muy buena bailarina y seré la próxima actriz de Hollywood. Hija de Elvis Presley y Marilyn Monroe. Aún con todo lo que tengo, Justin es fundamental en mi vida y lo necesito a mi lado.

Esto no quita el hecho de que ame a mis padres legítimos, pero ya saben, ellos son mis ídolos y me encanta la idea de que podría ser su hija perdida. Sí, sueño en grande.

Creo que esa es una de las razones por las cuales Justin se enamoró de mí. Le encanta que le cuente mis historias, es muy atento cuando lo hago y a veces le añade ciertas cosas que hacen de ellas, las mejores historias. Y es porque él es el protagonista. Muy cursi, ¿verdad? Supongo que no podía faltar ese toque en mí. A pesar de que muchos quieran hacerme creer que les caigo bien, sé que no es así. Tengo muchos defectos e imperfecciones que a muchos no les agrada y hablan mal de mí a mis espaldas, pero realmente no me importa, ellos sólo me envidian y quieren ser como yo (sólo las chicas ya que los chicos se mueren por mí) y hasta podría decirse que soy un tanto “popular”. Da igual, porque sólo necesito la atención de Justin y es el único, a parte de mi adorable papi, que me soporta. Porque ni siquiera mi madre aguanta mis ataques de nervios.

Y ahora mismo tendré otro ataque de nervios si Christine, mi mejor y única verdadera amiga, no cierra su boca y para de decir que no hay manera de que Justin regrese a mí.

—¡Ya cállate! —chillo a punto de golpear su rostro. Ella se asusta por mi repentino grito y las personas que están a nuestro alrededor se nos quedan viendo raro—. Para de hablar un momento, por favor.

—Uh, lo siento —hace una mueca, cohibiéndose en su asiento—. Sólo quería ayudarte.

—Pues no lo estás haciendo bien —gruño despacio, sacudiendo mi cabeza—. Esta situación me tiene de muy mal humor.

—Lo noté —ríe divertida pero deja de hacerlo cuando le doy una severa mirada—. Hasta te están saliendo arrugas.

—¡¿Qué?! —grito histérica.

Esta vez mi grito atrae la atención de todo el mundo, o bueno, sólo de las quince personas que están en el comedor. Pero no le presto atención a las miradas que están sobre mí, en cambio busco desesperadamente un espejo dentro de mi bolso y luego de unos tres minutos sin éxito alguno, por fin lo encuentro.

—Oh, Dios mío —digo aterrada, mirándome al espejo y revisando cuidadosamente mi rostro—. Christie, esto es terrible... ¡Envejeceré antes de tiempo y sólo tengo diecisiete años!

—Cálmate —intenta tranquilizarme—. Sólo estaba bromeando, no tienes nada.

—Estás mintiendo —la acuso mientras guardo el espejo. No puedo seguir mirándome más al espejo porque me echaré a llorar—. Me veo horrible. Y Justin ya no me querrá.

Love me like youDonde viven las historias. Descúbrelo ahora