—  ¡NI LOCA!. ¡MI PELO SE QUEDA ASÍ! ¡ME ESCUCHARON!

— Te dije. — escucho decir a Peter haciendo que mi enojo se incremente.

Agustín asiente mientras mira de reojo a Peter.

— Sí que tiene carácter princesa.

Frunciendo el ceño me cruzo de brazos. Hablan como si yo no estuviera presente y eso es inaceptable.

— Miren ustedes dos. yo estoy presente, así que no hablen como si yo no existiera. Estoy cansada de que quieran que haga todo, he aceptado venir a un lugar que no conozco, ponerme esta ropa horrible..... He aguantado que me quieran matar,  pero con mi pelo no se metan ya no voy aceptar otra cosa más. ¿Escucharon? — todo lo dije triste apreté mis labios para aguantar las ganas de llorar.

— No te pongas así princesa. Agustín solo quiso dar una sugerencia, no se preocupe que ya no tendrá que hacer más cambio.

— Peter ya no le tienes que decir princesa ni nada que tenga que ver con su origen, tienes que llamarla por el nombre de Milagro y tratarla normal. — dice Agustín haciendo que gane mi odio. — princesa lo mismo para usted no se puede comportar como siempre lo hace aquí nadie sabe de usted es de la realeza, dejé de gritar cuando una persona le quiere hacer una sugerencia, lo que dije no es para hacerle sentir mal, lo hice con el simple hecho que usted pase desapercibida de ahora en adelante. Sé su caso y no es muy fácil que se pueda decir.

Preferí  guardar silencio y miré por la ventana y el trayecto con una tristeza enorme. Tanto Peter y su amigo creen que para mí es fácil adaptarme en esta nueva vida, ni siquiera conozco dónde estoy y que pasará ahora. Ellos no están en mi zapatos, ellos no saben lo difícil que es para mí ahora estar alejada de mis padre.  Mis ojos se empiezan a cerrar a causa del sueño.

Empiezo a sentir como me mueven con delicadeza mientras escucho decir mi nombre. Abro los ojos y Peter está frente de mí. Me incorporo y me doy cuenta que ya el auto no se mueve, el lugar es extraño.  

— Vamos salga ya llegamos.

— ¿Qué es este lugar? — pregunto mientras salgo del carro.

Caminamos hacia una casa que parece que se caerá, o tal vez soy yo que la ve así no se. Pero es una casa muy pequeña y está al lado de varias otras, ni siquiera parece una recidenciales de los lugares caros.

— Aquí es dónde viviremos de ahora en adelante. — me dijo lo más obvió y yo abrí mis ojos a más no poder.

— ¿Es en serio? pero es un lugar espantoso no quiero entrar a esa casa.— los miro seria a los dos.

— Te gustará, por dentro es más bonito que por fuera.

Insegura los sigo mientras escucho la risa de Agus y Peter lo queda viendo mal al igual que yo. Porque no le veo la gracia al estar en un lugar así. Nos acercamos a la puerta y Peter abrió y hizo que yo pasará primero, entré y quedé con los ojos muy abierto al verla por dentro, giro y los miro a los dos molestas.

— Vete olvidando que me quedaré en este lugar es espantoso no tiene mucho espacio ni nada. ¡La sala está prácticamente cerca de la cocina!

— Vamos no es tan malo. No es tan grande, pero es acogedora. — lo esta haciendo a propósito quiero quitarle esa estúpida sonrisa del rostro ya que se que le divierte hacerme esto.

— Vos estas loco. Es horrible este lugar, no puedo creer que vivas en este lugar creí que ganaba más como guardaespaldas para tener un lugar mejor que esto.

— Lo hace y este no es su casa — dice Agustín ganándose una mirada de odio por parte de Peter. — ¿Qué?

Lo miro sorprendida mientras me pongo frente a él y le pegó con mi debo en el pecho.

Protegiendo a la Princesa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora