Su voz. Era su voz. Era su maldita y jodida voz. La única voz que podría hacerme sonreír en este momento y también la única que había provocado el dolor que siento ahora mismo. Me quede inmóvil, con el teléfono aun pegado a mi oreja izquierda, sin saber qué hacer en realidad.

"¿_____?" insistió ante mi silencio.

Sin decir nada. Simplemente finalice la llamada. No quería escucharlo. No ahora.

Con un tembleque inusual en mi cuerpo, apague el celular y lo deje sobre la mesa de luz. Me quede totalmente inmóvil por segundos y finalmente, obligue a mi cuerpo y mente a conciliar el sueño.

No lo logré.

Pase las siguientes tres horas matándome lentamente con pensamientos masoquistas y preguntas sin respuesta. Girando de un lado al otro sobre mi cama, caminando de un lado al otro de la habitación, preparando la ropa que usaría al día siguiente e incluso haciendo algún que otro paso de baile.

4.30.. 5.30.. 6.30..

El despertador comienza a realizar esa insoportable melodía que en este momento me irrita el doble que de costumbre. De mala gana, salgo de la cama y me visto con lo que hace unas horas había escogido. Un jean negro, un buzo de Mickey Mouse blanco, zapatillas adidas blancas y negras y por ultimo, un gorrito de lana negro con la inscripción "Bad Hair Day" haciendo honor a mi estado actual.

Luego de cepillarme los dientes y aplicar una pizca de maquillaje, no mas que un poco de base y rimmel, fui en busca de mi desayuno.

Me sentía desganada, lenta, ausente. La sensibilidad elevada al máximo al igual que mi irritación. Definitivamente sentía la falta de sueño y el corazón dañado.

-Buenos..- saludo Amy entrando a la cocina.- Amm.. ¿Dias?.- continuo al verme.- ¿Estas bien?.

-Solo una mala noche.- sonreí de lado y señale la cafetera.- ¿Café?.-

Amy asintió con una amplia sonrisa y acerco una taza hacia mí. Primero serví un poco en la suya y luego, repetí la acción con mi taza. Ambas nos sentamos en el desayunador y comenzamos a beber nuestro elixir de cada mañana.

-¿Qué sucede _____?.- pregunto Amy.- No te ves muy.. animada.-

Y realmente no lo estaba. Moría de ganas por decirle a Amy todo lo que estaba pasándome en este momento, pero si lo hacía, tenía que profundizar también en la vida de Zayn y no estaba lista para que mi mejor amiga lo supiera, no aun.

-Estoy bien.- sonreí.- Solo estoy cansada.-

Mi respuesta, extrañamente, pareció convencer con facilidad a Amy. Normalmente ella insistía hasta que finalmente le dijera lo que me sucedía, pero esta vez, solo lo dejo pasar. Quizás, porque realmente creyó en mi palabra, o tal vez fue una mentira muy bien dicha o incluso, a ella no le interesa en verdad como me siento. No lo sé pero agradezco que la conversación no continuara.

Al cabo de unos minutos, ambas salimos del edificio en busca de transporte. En el caso de Amy, sus nuevas grandes amigas y compañeras de baile "avanzado" esperaban apoyadas sobre su mercedes descapotable color rojo brillante en la puerta del edificio. Eran perfectos clones de Amy. Bellas, ostentosas, ricas. Perfectas.

Afortunadamente, antes de salir definitivamente, Amy me ofreció un aventón el cual, rechace sin dudarlo. No encajaba en ese grupo de "perfectas" y "avanzadas". Sin embargo, al poner un pie en la calle, mi mirada automáticamente se centra en un audi negro estacionado sobre la calle frente a mi edificio.

Podía sentir su mirada del otro lado del vidrio templado. Estaba aquí.

No quería verlo, no quería hablar con él. No después de que me llamara por otro nombre. El nombre de la chica que según Bella "lo volvía loco".

Bad Boy. [Sin editar]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora