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Este era el decimo día consecutivo que caminaba por las calles de Leeds buscando trabajo. Hacia prácticamente un mes que venía asistiendo a distintas entrevistas pero sin ninguna llamada de regreso que concretaran una segunda visita, por lo que decidí los últimos días salir en busca de algo que sea provisorio hasta conseguir algo mejor. Quizás podría esperar un llamado pero era tal mi necesidad que realmente no podía hacerlo.

Necesitaba el dinero extra para mantener mi lugar en la academia de baile de Blair O'Connor, la mejor academia en Londres después de Julliard. Los primeros dos años había sido sencillo costearla ya que el Instituto al que asistía les brindaba becas a los alumnos en modalidades extracurriculares. En mi caso, la danza.

Al graduarme, mi beca fue revocada ya que no estudiaba mas allí y necesitaba a toda costa el dinero para pagar la matrícula y las cuotas mensuales de este año, por lo que era casi una obligacion encontrar cualquier tipo de trabajo que me ayudara en ese aspecto.

Habían pasado unas cuantas horas desde que salí del departamento que compartía con mi mejor amiga Amy. Comenzaba a sentirme realmente derrotada al creer que había perdido otro día más en las calles de Leeds pero mi vista se concentro en un pequeño bar al final de la calle.

Me acerque un poco mas y sobre la puerta colgaba un cartel blanco con letras rojas que decía: "Se busca mesera". Sin pensarlo dos veces corrí hacia allí y me adentre al sombrío bar.

-Disculpe.- dije llamando la atencion de un hombre ubicado detrás de una enorme barra de madera. Este se giro y me miro de arriba abajo mientras pasaba un trapo gris sobre un vaso de vidrio.- Vi que buscaban una mesera.- señale la puerta.- Quisiera tomar el empleo.- el hombre soltó una sonora carcajada y trague en seco ante esa reacción.

-Oh cariño.- sonrio.- No creo que este sea un lugar para ti.-

-Por favor.- suplique.- Realmente necesito el empleo Señor..- dije estirando las letras.

-Soy David, David Folks.- sonrio nuevamente.- ¿Estas segura que quieres trabajar aquí?.- pregunto.

-Si señor.- conteste segura.-

-Esta bien.- asintió.- Oye Jake.- grito a su izquierda y un chico de unos 25 años levanto su mirada.- Hazte cargo de la barra un momento.-

El chico llamado Jake dejo la bandeja que llevaba en sus manos sobre una mesada y se adentro en la barra. En cuanto a David, él dirigió su mirada a mí y me señalo una puerta negra al fondo del bar, lo que supuse que sería su oficina.

Esta habitacion contaba solo con un escritorio bastante mediocre cubierto con papeles y algunos lápices. Detrás de este había una ventana con una cortina un tanto desgastada y para finalizar había algunos cuadros con fotos colgados en las paredes.

Una parte de mi comenzaba a arrepentirse de ingresar a este bar poco confiable, pero eran tal mis ganas de seguir en la academia de baile que utilizaría esta oportunidad de trabajo hasta que surgiera una mejor.

-Bien.- dijo David sentándose frente a mi.- ¿Cómo te llamas cariño?.- pregunto amablemente.

-Soy _____ Evans.- extendí mi mano de forma cordial hacia él.-

-Entonces dime.- dijo luego de estrechar mi mano.- ¿Realmente quieres trabajar aquí? Estoy seguro que podrías encontrar algo mejor.- agrego suavemente.

-Es mi única opción ahora.- suspire.- No me malinterprete, he estado buscando trabajo desde hace varios días y no he conseguido nada. Estoy prácticamente desesperada.

David asintió y comenzó a buscar algo en uno de los cajones. Saco una caja de cigarrillos y luego de colocar uno en su boca extendió la caja en mi dirección. Negué su oferta y cruce mis manos sobre mis rodillas.

-Necesito que sepas algo antes de que inicies.- dijo después de darle una larga pitada a su cigarro.- Este no es un bar común y corriente jovencita. Quizás veas cosas que no te gusten aquí.- apoyo sus ambos codos y entrelazo sus manos sobre el escritorio.-

-¿Entonces el puesto es mío?.- pregunte casi ignorando las palabras de David el cual solto una sonora risa que me hizo sobresaltar.

-Tienes el empleo.- asintió.- Puedes empezar cuando quieras.-

Le dedique una amplia y sincera sonrisa mientras me ponía de pie y estrechaba su mano completamente emocionada. David me dijo cual sería mi paga y debo admitir que el numero me dejo completamente helada.

-¿5000 dólares mensuales?.- pregunte asombrada.- Eso es demasiado.- negué con la cabeza mientras miraba atónita a David.

-Digamos que aquí pagaremos también por tu silencio.- sonrió de lado y alzo ambas cejas.-

Tragué con dificultad el nudo que se formo en mi garganta y sinceramente no me atreví a preguntar más. Sea lo que sea que pase aquí, francamente no me interesaba saberlo, solo seria un trabajo provisorio hasta que consiga algo mejor.

Me despedí de David con otro apretón de manos y gire sobre mis talones. Camine tranquilamente hasta la puerta y una vez que puse un pie fuera de la oficina, David hablo.

-Y _____.- dijo a mis espaldas.- Trata de mantenerte al margen de la gente de aquí, no son buena compañía para alguien como tú. Solo deben ser clientes. ¿De acuerdo?

-De acuerdo.- asentí.

Una vez fuera, camine hacia la salida con lentitud mientras observaba atentamente el lugar donde trabajaría. Era un poco más oscuro que los bares a los que normalmente frecuentaba y las personas de aquí no parecían muy amigables.

Mi atención se centró en un grupo de jóvenes reunidos alrededor de las mesas de billar ubicadas junto a la entrada. Debo admitir que a medida que me acercaba a la salida, la mirada de esos hombres sobre mi me hacían sentir totalmente intimidada.

Apure mi paso mientras sujetaba mi bolso con fuerza y me recordé mentalmente no volver a traerlo. Estaba solo a unos pasos de la salida y contuve los nervios al momento de pasar junto a ese grupo de hombres.

De golpe uno de ellos se pone frente a mí evitándome el paso y me mira de arriba abajo con total descaro para luego mostrarme una reluciente sonrisa. Su cercanía me había puesto nerviosa y cuando mi mirada se conecta con la suya sentí mi cuerpo tensarse.

Sus ojos eran de un intenso color marrón y a simple vista podría decir que parecían negros. Su rostro estaba bien marcado y su mandíbula decorada por una barba no muy crecida. Traía una remera blanca y sobre esta una campera de cuero que lo hacía ver aun más rudo e intimidante.

-¿Te vas tan rápido lindura?.- pregunto con una voz que me erizo la piel.- ¿Qué te sucede cariño? Te deje sin palabras ¿verdad?.- susurro acercándose a mí.

Sentí como mis manos comenzaron a sudar y las palabras no lograban salir de mi boca para pedirle que por favor se alejara de mi. Sus ojos estaban fijos en los míos y podía notar con claridad como mordía su labio inferior mientras me observaba atentamente.

-Déjala en paz Malik.- dijo David detrás de mi.-

-Como tu digas D.- rio levantando las manos. El chico regreso su mirada hacia mi y volvió a mirarme de arriba abajo.- Soy Zayn bebe.- mordió su labio inferior y finalmente me guiño un ojo antes de girar sobre sus talones y reunirse nuevamente con los otros.

David se paro frente a mí sin sacar su mirada del intimidante pero atractivo chico de ojos y sonrisa perfecta. Sentí la mano de David apoyarse sobre mi hombro y luego mirarme con total seriedad.

-Recuerda mantenerte al margen _____. En especial de personas como él.


Bad Boy. [Sin editar]Where stories live. Discover now