*~Capitulo 10~*

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El dolor estaba carcomiéndola y ante cada movimiento una punzada se hacía presente recorriendo como un rayo cada parte de su cuerpo, aquel monstruo había dejado caer sobre su pierna agua hirviendo, recordaba como reía cuando sostenía su boca con la palma de su mano para que sus gritos no escaparan, risa que no dejaba de hacerse presente rebotando de aquí para allá en su mente causándole un dolor de cabeza insoportable. Su falda a cuadros cubría aquel pedazo de piel que estaba rojo y destilaba un ardor infernal, acerco sus dedos temblorosos y subió la prenda viendo apenas un poco de la quemadura, aparto la mirada dolida de ver aquello, lo mejor era ir a un hospital, donde iban a interrogarla y seguro, verían otros golpes y rastros de que era golpeada seguido por aquellas personas, que si sabían que si alguien más se enteraban, pensaba que algo aún peor que aquello le iba a suceder.

Tenía que hacer algo para curarse, pero apenas podía moverse, y era lo que más evitaba.

Levanto la vista hacia el cielo, copos de nieve se hacían presentes ante sus ojos. Tuvo una idea, levanto nuevamente la falda y tapó su boca con los dedos de su mano derecha sosteniendo fuertemente sus mejillas, espero con los ojos cerrados y un copo de nieve cayó en su muslo, quiso gritar y patalear, sentía como si le tiraban de la piel queriendo arrancársela, por suerte había traído su mochila, movió su mano rápidamente y abrió esta, buscó algo que le sirviera para aquella situación y lo encontró, un pañuelo con el cual vendó aquella herida, el tacto con esta fue otro doloroso encuentro que soporto como pudo.

-No aguanto...- Dijo entre dientes, su cuerpo no aguantaba, en poco tiempo su vista se nublo hasta llegar a la oscuridad abismal, cayendo dormida en aquel escondite donde pensaba nadie podía verla ni encontrarla.

Pero se había olvidado de alguien sumamente especial, que conocía ese lugar como la palma de su mano.

*~*~*~*

Abrió los ojos divisando una luz intensa que le impedía ver con claridad, movió su cabeza hacia un lado y encontró la razón de su repentina vuelta a la conciencia. Una enfermera se encontraba levantando del suelo, agujas, suero, bisturís y otros elementos de cirugía que se habían caído causando un sonido sordo. Los volvió a acomodar sobre una bandeja arriba de una mesa con ruedas y los alejo de _____, su mirada se cruzo con la de ella y sonrió.

-Despertaste...- Tomó una gran bocanada de aire y contesto.

-¿Cómo llegué aquí?- La enfermera, pareció perderse en sus pensamientos por un minuto, sus ojos estaban llenos de tristeza cuando la miraba.

-Un chico...- Caminó hacia la puerta y tomó el pomo, estaba por girarlo cuando escucho la voz de _____.

-¿Cómo era? ¿Su nombre?- Volteó a verla y suspiro.

-El me dijo que no te dijera su nombre, pero era un chico alto, cabello casi blanco-

El corazón de ____ saltó chocando con su pecho fuertemente una y otra vez, tragó saliva y habló.

-G-gracias...- Se sentó en la cama ya con menos esfuerzo, buscó algo que le indicara la hora y al fijar su mirada en un reloj su ya calmado corazón empezó a moverse alocado nuevamente.

Eran las tres de la mañana.

Alejó las sabanas de la cama manteniéndose de pie en el piso, casi soltaba un chillido al tener el contacto helado con las plantas de sus pies, su mirada desesperada vagó por cada rincón de la habitación tratando de divisar su uniforme ya que estaba vestida con ropa de hospital.

Ignoraba el dolor que había empezado a sentir de nuevo en su brazo el cual tenía un yeso, y en su muslo vendado, ahora el miedo se había apoderado de su cuerpo otra vez, sentía esa sensación más que nunca, tenía que volver a casa quiera o no. Ignoro aquello al darse cuenta que estaba en un lugar seguro donde podía decir todo lo que había ocultado y aguantado durante años.

Pensó una y otra vez, no sabía qué hacer, quedarse en aquel lugar curando sus heridas o volver el infierno en el que posiblemente nunca salga.

-Señorita ____- Se sobresalto ante la voz de un hombre detrás de ella, giró sobre sus talones y un doctor la miraba asustado- Acuéstese, por la fractura en tu brazo, tienes que descansar- Asintió nerviosa y volvió a la camilla, el doctor se acerco y la envolvió bajo las sabanas.

Frustrada, empezó a imaginarse la reacción de sus padres al no verla en su cama, tenía miedo.

También tendría que pensar en la próxima escusa en el instituto, de seguro faltaría unos cuantos días.

-¿Cómo paso esto señorita?- Dejó volar sus pensamientos al escuchar la voz del doctor.

-Me caí- Observando su diagnostico en una libreta, frunció el ceño.

-Por la fractura, acepto esa respuesta, pero ¿Qué me dice respeto a esa quemadura?- Soltó el aire que llevaba en su interior y contestó lo más tranquila que pudo.

-Me cayó agua hirviendo- Dijo ya molesta de tantas preguntas, sabía que pasaría aquello.

-Noté que tienes cicatrices en distintas partes de tu cuerpo, ¿Alguien te está golpeando?- Hasta sus cabellos parecieron tensarse, tenía razón había rastros de cicatrices por todo su cuerpo, algunas que estaban desapareciendo y otras que quedaran de por vida en su lugar.

-Tiendo a caerme..y golpearme, no pasa nada- El doctor asintió indignado, negó con la cabeza y salió de la habitación.

Era el momento de escapar.

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¿Recuerdas aquel invierno? (Taemin y Tu)Where stories live. Discover now