Capítulo 4: El gran lobo feroz.

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Algunos de ellos sin dudarlo regresaron a los bosques felices de su decisión, pero otros, cuyas parejas eran humanas aceptaron y aprendieron a convivir con los hombres, al menos hasta que descubrieron su naturaleza y les masacraron por miedo, el lobo feroz nació de una de estas familias, vio cómo su familia fue quemada viva en su enorme casona, escucho a lo lejos los gritos de terror, el dolor de su manada, aquel lobo se vio traicionado por una cazadora que solo buscaba destruirle, él fue el único sobreviviente a aquella masacre pues su hermana y tío intentando tomar venganza murieron a manos de aquellos cazadores que les llevaron a la locura, aquel solitario y dolido lobo entonces se convirtió en el gran lobo feroz.

Pero entonces había dejado de ser temido y con el temor de ser cazado el huyo, los otros lobos le dieron la espalda por ser una criatura tan diferente a ellos, y los hombres no le temían, el realmente se encontraba solo, entonces aquello paso.

Maléfica se levantó de la muerte, al parecer a alguien se le ocurrió traer de entre los muertos a todos los villanos ya caídos para encerrarlos en una isla, pero la gran emperatriz del mal lucho con fuerza, ella junto a sus seguidores combatieron a aquellos que deseaban desterrarlos y el lobo feroz con gusto se unió a su causa.

O al menos al principio por qué en cuanto se percató que aquello era una guerra perdida el huyo, dejo las filas de Maléfica al comprender el gran error que cometía, al darse cuenta que su odio le estaba destruyendo como aquellos otros villanos, se ocultó nuevamente en el bosque y no salió de su forma lobo en mucho tiempo, no hasta que la vio.

Una pequeña niña perdida en el bosque con una enorme capa carmesí.

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Le había enseñado todo lo que podía, todo lo necesario para vivir entre la gente sin parecer un salvaje, Evie realmente se sintió orgullosa cuando Lowell comenzaba a comer adecuadamente con los cubiertos sin derramar ni una sola gota fuera de su plato, bueno casi.

Fueron semanas.

Semanas de largas lecciones en las cuales intentaba enseñar a ese niño modales, semanas de escuchar a Mal refunfuñar antes de acompañarla, semas de negarle a Carlos las visitas a su amigo, semanas, largas semas que al fin rendían frutos.

Aquel día en específico tanto Evie como Mal habían llegado a la conclusión de que era hora de dejar que Lowell interactuara con la naturaleza, siendo un lobo después de todo estar encerrado por tanto tiempo debía ser una tortura, la misma Mal tuvo que admitir que no se sentiría gusto si estuviera en una blanca habitación durante días, como si fuera participe de algún experimento.

Por lo que en esos momentos las dos chicas, junto a Ben quien había insistido en estar presente, pues sería la primera vez de Lowell en un entorno completamente libre se habían reunido en los jardines de la clínica, los cuales colindaban junto a un pequeño bosque, en cuanto aquel pequeño chico poso sus pies descalzos sobre la fina hierba, porque aún se negaba a utilizar zapatos y sus sentidos se vieron abrumados por el aroma de la madera y hojas algo en él se encendió.

Lowell corrió de inmediato nada más sus pies pudieron hacerlo, lejos de la puerta, empujo a los guardias que aun cautelosos le seguían, escucho a alguien llamarle pero le ignoro en su euforia, el salto gustoso dejándose caer en cuatro patas para adentrarse en la espesura del bosque.

- ¡Lowell espera! – grito asustada Evie dispuesta a correr por el chico, ella realmente no se esperaba esa reacción, no quería pensar en todo el tiempo desperdiciado por un pequeño capricho.

- Evie no – le detuvo Mal de inmediato cruzándose de brazos sin expresión alguna, pero de igual manera ansiosa por el comportamiento del lobo.

LOBO CARMESÍ (JAYLOS)Where stories live. Discover now