--¿Estas segura?-preguntó Tom, acariciando mi cabeza como si yo fuera una mascota.
--Si, ya te lo dije.-volví a repetir, el asintió.
--¿No te vas a arrepentir?
--Ya Tom, si terminamos me lo quito y ya, no sé por qué haces tanto drama.-dije.
--Bueno, pero yo también me haré uno.-dijo.
--¿Qué te harás?-le pregunte; él lo analizo unos segundos.
--Ya sé que me haré.-Y se acostó en la camilla de un lado, comenzó a subirse la manga de su suéter, dejando afuera su muñeca.
--¿Estás lista?-me preguntó la chica que me había hacer el tatuaje.
--Si.-dije.
Tomo mi mano. Y abrio mis dedos, para comenzar, mire a Tom, que hablaba con él tatuador, y los dos me miraban por varios segundos.
Para cuando mire mi mano lista, pude ver el pequeño y delicado corazón entre mis dedos y una casi minúscula T a su lado.
Sé que era lo más común, lo más simple, pero solo algunas personas saben apreciar la belleza que existe en la simpleza, un pequeño corazón que no era nada comparado a cuanto lo quería.
Sé qué dirán que es ridiculo esas personas que se tatúan algo con su pareja, por qué después terminan y el tatuaje seguirá ahí, pero era una decisión que ya había tomado, y no había vuelta atrás.
--Ya estás lista.-dijo la mujer, y sonreí, me levante y camine hacia dónde estaba Tom.
Trate de mirar lo que se estaba haciendo, pero no me dejo.
--¿Qué pasa?-pregunté.
--Quiero que sea sorpresa, a ver el tuyo.-dijo, le tendi mi mano y la tomo con la que tenía libre, y analizó el pequeño corazón, se sonrojó y sonrío de manera leve, pero adorable.--Es hermoso.
Tuve que esperar varios minutos fuera, mientras que Tom terminaba, y cuando salió, se miraba la parte interior de su muñeca, con una sonrisa.
--¿Ya puedo verlo?-pregunté.
Extendió su muñeca hacia mi, y pude ver un pequeño dibujo, delicado, y fácil de disimular, lo mire mientras que sentía que todo ardía dentro de mi.
Era yo. No yo como tal, pero era mi ceja, mi ojo, mi nariz, era yo.
--¿Por qué te hiciste eso?-pregunté, tratando de ocultar mi felicidad.
El miró el tatuaje, orgulloso.
--Me lo hice por qué...
Cada vez que me sienta solo, solo mirare mi muñeca, y ahí estarás conmigo, siempre, cada vez que tenga dudas sobre algo, ahí estarás, cuando solo te extrañe, la mirare, y volveré a sentirme lleno.
Suspiré, por qué Tom y yo éramos más novios de hacernos bromas, no novios cursis de jurarnos bajar las estrellas ni nada por el estilo, pero esto había echo que mi corazón se sintiera más ligero de lo normal, como si se fuera a salir volando.
Solo pude besarlo.
