--¿No te importa si me voy?-su voz sonaba quebrada, y eso me rompía más el corazón.
--¿Por qué debería importarme? Todos ya sea al principio o al final, se alejan de mí, ya estoy acostumbrada.-dije, bajando la cabeza para no verlo a los ojos.
--Pero yo no quiero alejarme de ti.-dijo, y vi cómo volvía a tomar asiento frente a mi.
--Estoy sola, Tom.-dije, suspiro, enojado.
--Aquí estoy para ti, siempre, ¿Cómo puedes decir que estás sola?
Mordí mis labios tratándo de que las lágrimas no salieran.
Yo solo estaba colocando una barrera para no quererlo más, para no salir más lastimada.
--Es que tú solo no lo entiendes.-dije.
--Trató, trato, y trato, y tú aún no me haz explicado nada, no me dices por qué eres así conmigo. Y eso me duele.-su labio temblaba, y mierda, me sentía tan culpable.--Yo solo quiero que seas sincera conmigo. Y para que esto funcione, no debes ocultarme nada.
¿Debía decírselo? ¿Debía?
Sus manos tomaron la mias, llamando de nuevo mi atención.
--Está bien, te lo diré todo.-dije. Sus ojos me miraban insistentes.--Ya no puedo seguir haciéndote daño, tú no eres el culpable. Es que, el...
--¿El?-preguntó, frunciendo el ceño.
--Franco.-dije, frunció la cejas.--Jamás te e contando de el, por qué tenía miedo de espantarte, de que pensaras que soy una estupida, pero en fin, el, ese chico, Franco, me persigue, y en el momento en que estoy más feliz con mi vida, aparece de nuevo a querer arrancarme todos los sueños, a arruinar lo que tengo, ya sea serio o no, él se aburre de mi, después de joder mi vida, y se va, y siempre se lleva con él una parte de mi corazón. Siempre. Lo quiero, lo amo, y nunca lo e olvidado, y aún que más lo intente olvidar no puedo, siempre trato de huir de él.--Sus ojos se aguaban cada vez que decía una palabra más.
--Yo... Yo no sabía que...
--No voy a hacerte más daño Tom, no puedo, mi condena es por dentro, aparece en mis sueños, es como mi sombra, cada vez que me alejo de el, los recuerdos me atacan, y no sé cómo defenderme, yo solo te pido algo de tiempo, que yo misma romperé lo que él me hace sentir.
Miro la mesa dejando caer lágrimas que me partían el alma.
--¿Solo quieres que te deje y ya? Sin importar mis sentimientos.
--No me dejes sola, no por favor.-dije, comenzando a llorar también. --Solo quiero que me ayudes a superarlo, como si estuviéramos escribiendo un libro de desamor.
--¿Y siempre seré el segundo? Lo siento, pero yo no puedo seguir así, tú lo eres todo para mí, pero yo no para ti, y el amor no trabaja de esa manera. Yo recibiría una bala por ti, pero ¿Tú lo harías por mí?
--Claro que si... Lo haría mil veces.-dije.
--Si, lo harías, pero, también lo harías por el. No voy a seguir de esta manera.
--Tom, por favor, no me dejes, tengo miedo de seguir si tú no estás.
--No lo haré, por qué tengo fe.-dijo.
--¿En mi?
--No, en nosotros, dicen por ahí que el amor es un campo de batalla, y si el té tiene cautiva, yo iré por ti, sin importar nada.
Tape mi rostro dejando que todas las lágrimas salieran de mi rostro.
--Solo te quiero preguntar algo.-lo mire.--¿Por qué ahora?
