— Lo será princesa, sólo tenga paciencia. No deje que lo que este pasando haga que su vida sea un infierno, le aseguro que vamos a saber quién le quiere hacer daño para que usted vuelva a su vida, pero ahora tiene que poner de su parte.

— Paciencia.... Eso es lo que menos tengo..... Solo quiero volver a mi vida, solo eso quiero, estar con mis padre olvidarme de todo esto, que sea solo una horrible pesadilla.

No volvimos a pronunciar ninguna palabra en todo el camino, llegamos al aeropuerto. Bajamos. Noto que ella está con dolor por estar en el autobús. Nos dirigimos a comprar lo boletos, lo cual le pido a ella que me espere en la sala de espera sentada. Con la personas que lo hago es una gran amiga de mi jefe así que no hay problema, ella conoce el protocolo y no va decir nada si llegan a preguntar por nosotros. Ella me entrega los boletos y los pasaportes. En una parte me alegro que el jefe tenga tantos contactos. 

.......

En el castillo Mariano estaba abrazando a Emilia ya que no paraba de llorar por la partida de su hija. Mariano estaba igual, pero tenía que hacerse fuerte para que su esposa no se derrumbara más de lo que está.

— Calma amor, ya veraz que pronto tendremos a nuestra hija con nosotros, solo tenemos que tener paciencia.

— Eso espero mi amor..... Solo quiero que nuestra hija este bien.

— Permiso — una de las sirvienta se acercó a ellos.  — el joven Simón acaba de llegar.

Ellos asistieron mientras la joven se retiraba y entraba Simón viendo todo para saber cómo estaba en el castillo. Se sentó frente a ellos y los miró con tristeza aunque todo era actuado, pero tenía que guardar las apariencias.

— Tíos me acabo de enterar lo que pasó, ¿como esta Lali?

— Buen hijo, gracias a Dios nuestra hija no pasó nada. 

— Me siento tan culpable de que casi matan a mi prima en mi fiesta, no entiendo lo que pasó.

— Simón, ¿Cómo ibas a saber lo que pasaría? — dijo Emilia intentando sonreír. — lo bueno que todos estamos bien y no pasó nada. Además hiciste bien en ayudar a las personas.

— Hice lo que pude, ¿puedo verla? Quiera decirle que estoy para ella.

— Lali ya no esta más en el castillo. Tomamos la decisión de mandarla a otro lugar para que este fuera de peligro, no quise decirte nada Simón, pero creo que tienes que saber, me han llegado anónimos e intentos de asesinato en contra de mi hija, como ya lograste ver intentaron matarla en tu fiesta, también aquí. No sabemos de quién se trata así que lo mejor que Emilia y yo creímos conveniente era de que Lali esté en algún lugar que nadie sabe para así buscar a esa persona y detenerla.

— No puede ser tío. ¿No crees que ella estaría mejor estando aquí con su familia, que Dios sabe dónde?

— Aunque nos duele, Simón. Tu tío tiene razón. Lali estará mejor lejos de aquí.

— ¿Puedo saber dónde está? Así también yo puedo hacer algo para ayudarla.

— No hijo. Lo mejor es que nadie sepa su paradero, ni Emilia ni yo sabemos. Es mejor así.

— Entiendo, me hubiera gustado aunque sea despedirme, pero sé que es por su bien.

— Lo sabemos cariño. Tú y Lali son muy unidos, casi como si fueran hermano y eso es lo que me alegra. Que mi hija te tenga.

— Ya verás Simón, que nuestra hija volverá con nosotros. No voy a descansar hasta dar con esa persona que esta haciendo tanto daño a mi familia.

Protegiendo a la Princesa Where stories live. Discover now