Mi esclavo, Mi perdición [Eunhae +18]

Eterna Promesa

-Cariño! ¿dónde has estado toda la fiesta?- preguntó Siwon zarandeando a su esposo, había estado en su búsqueda durante todo el día, tanto que ni siquiera había podido felicitar a su hermano

El de cabello cobrizo bajó la mirada >un gesto poco visto en él< -no eh querido estropear las cosas y eh desaparecido, es lo mejor para todos- se disculpó, acariciando con amor la mejilla del moreno de intensa mirada

Esa mano en su mejilla fue recogida con sutileza por las del contrario, lo jaló y lo mantuvo pegado a su cuerpo, el hombre que amaba llevaba una enorme carga en sus hombros y sin embargo era fuerte y tenaz >la combinación perfecta y justa para él<, besó la frente amada y lo miró -¿estás seguro que ése a sido el problema?- preguntó alzando una ceja, conocía como la palma de su mano y las estrellas en el cielo a su esposo

Heechul arrugó la frente sin darse cuenta y delatando que "ese" no era el único motivo –cuando todo suceda, y lo hará- aseguró- sé que Hyukjae estará molesto conmigo, pero no quiero ser llamado hipócrita por estar a su lado justo ahora- suspiró- sólo quiero que goce sus instantes con Donghae

El más alto volvió a depositar un casto beso sobre la frente y susurró a su amante –ten fe en ti mismo- Heechul asintió, abrazándolo con apremio, ocultando su triste rostro, hoy en la mañana había sabido que Hyukjae cegado por el enojo, haría algo terrible, sus labios temblaron y se aferró con más fuerza al cuerpo, pasaría todo el tiempo restante haciéndole el amor a su esposo, y después perdería su amor para siempre

Pero, no se arrepentía, lo que había hecho siempre fue lo mejor >era su misión<, hay que hacer sacrificios, >aunque el sacrificio sea tu felicidad<

Frente a ellos, la madre de Donghae bailaba con el amor de su juventud, y ahora también de su madurez, éste magnífico hombre se había convertido en el amor de su vida, el tipo de amor puro que muchas mujeres y hombres buscan toda la vida

Con sus ojos claros localizó a su pequeño bailando en los brazos del Rey, su futuro esposo, pero... >su pecho se oprimió y dejó de bailar al compás< ,algo iba mal

Junjin extrañado por la repentina pausa se fijó en qué era lo que los ojos de su mujer miraban, y éstos estaban fijos en Donghae -¿qué sucede cielo?- preguntó atrayendo su atención

La mujer negó con la cabeza y lo miró –no lo sé, eh sentido que algo va mal- murmuró – es un presentimiento materno

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En cuanto la siguiente pieza había finalizado, el pelirojo había cogido la mano de Donghae y juntos salieron con urgencia de la multitud, ahora de noche, los pasillos del palacio resultaban inmensos, sin nadie que pasara a su lado, ni guardias que los observaran

Las pisadas hacían eco en los altos techos mientras corrían hacia los aposentos del Rey, Hyukjae sonrió sintiendo en su bolsillo cierta concha marina, bailando a cada paso >oh por los dioses! Cómo deseaba poner el anillo en su amante, y más aún reclamarlo todas las noches del resto de sus vidas<

Guardaba la esperanza de que el peli naranja le dijese que sí, ya que contaba con la aprobación de su madre, era consciente de que si deseaba al pequeño podría hacerlo suyo sin protestas de ningún tipo, ni de su madre, ni del mismo Donghae, pero había querido demostrar su franqueza ante la familia de su esposo >futuro esposo<

Finalmente, llegaron ante la puerta, el pelirojo la abrió y dejó pasar al más bajo, de inmediato lo acorraló contra la pared más cercana, comenzando a olfatear el delicioso almizcle que desprendía el cuerpo en sus brazos, era un olor tan familiar y a la vez tan difícil de describir, era simplemente perfecto, la combinación justa que lo hacía perder el buen juicio sobre sus acciones