Lealtad

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Los pies de Donghae corrieron veloces por la arena, levantándola tas cada paso firme, sus ojos estaban concentrados en el filo brillante del arma que se alzaba en el aire

Se empujó más a sí mismo, los latidos de su corazón latían enloquecidos y su respiración fue retenida en sus pulmones

Las gotas de sudor caían por su frente bajo los rayos de sol -¡No!- Gritó falto de aire, con ambos brazos extendidos, posicionándose en frente de Hyukjae, protegiéndolo con su propio cuerpo

Hangeng detuvo el arma en el aire sorprendido momentáneamente por la presencia del peli naranja

Jae parpadeó rápidamente, quitando la molesta arena de sus ojos, permitiéndole así, ver lo que sucedía a su alrededor, observó la mano titubeante de su contrincante, y calculó sus posibilidades

Con velocidad, jaló la mano de Donghae, intercambiando posiciones con él, dejándolo tras de sí, y en un movimiento final, apretó su espada y la clavó de lleno en la pierna de Hangeng que aulló y gritó en agonía, dando pasos torpes hacia atrás, con la espada sobresaliendo por ambos lados de su muslo

Alzó un pie al aire y pateó el pecho del moreno, tirándolo a la arena, manchándola con sangre

Hangeng se retorcía en el suelo, tocando su pierna, llorando y gritando maldiciones

El Coliseo estalló enardecido

Hyukjae cayó de rodillas, alzando una nube seca de polvo

-¡Hyukjae!- lo llamó desesperado el peli naranja, corriendo hacia él –Hyukjae! Contéstame! ¿Te ha cortado? -murmuró el menor, arrodillado junto al cuerpo del príncipe

El peli rojo, alzó su temblante mano derecha mostrando su palma al aire, y ahí justo en el medio, una línea roja recorría desde su dedo índice a la muñeca

Escuchó una exclamación ahogada salir de la garganta del menor, y apretó su mano en un puño con fuerza, haciendo que la sangre chorreara de la herida

De pronto, había un silencio sepulcral en el Coliseo, todas las miradas concentradas en la escena, hasta que una voz sonó haciendo eco en el recinto

-¡Grecia de Lee Hyukjae!- el grito causó que la multitud de espectadores aclamara al nuevo Rey de Grecia, coreando su nombre acompañado de poderosas pisadas

El peli naranja giró la cabeza, buscando ayuda con la mirada, la subió a las gradas y halló a Heechul susurrándole algo al oído a Kyuhyun, que parecía haber sido el que había dado la batalla por terminada, y la victoria a Hyukjae, al escuchar un quejido débil regresó su atención al peli rojo que se dejó caer en el suelo, sin fuerzas

Tocó suavemente su cabeza, acariciando su cabello, la espada de Hangeng lo había tocado, lo había herido, todo estaba perdido- una lágrima calló por su mejilla- recordó al desgraciado y lo buscó con la mirada, >esto aún no terminaba< era un duelo a muerte y Hangeng seguía vivo, se limpió las lágrimas con fuerza y tomó el mango de la espada dispuesto a matarlo él mismo, pero una mano se cerró en su muñeca, deteniéndolo

-no- fueron las palabras que le dedicó Hyukjae con voz grave y baja, que no lo hiciera, que no matara a Hangeng, apretó los dientes y se obligó a obedecer soltando la espada

Alzó la cabeza y vió en la reja a Siwon, que venía corriendo hacia ellos un poco aturdido

-Necesitamos llevarlo al palacio, la espada estaba...-habló con palabras atropelladas y torpes, ayudando a colocar el cuerpo sin fuerza de Hyukjae sobre un hombro de Siwon, y cargando la otra mitad de su peso en el suyo propio

Mi esclavo, Mi perdición [Eunhae +18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora