capítulo dos

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Baje las escaleras con cuidado de no tropezar debido al gran desastre que se encontraba en estas. Un llanto sonoro resonaba en toda la casa y gritos desesperados, junto con el sonido de cosas cayendo al suelo y siendo rotas. Me frote un poco mas los ojos tratando de quitar poco a poco el sueño que tenia. De repente una lampara fue lanzada a mi lado y golpeo mi hombro, ya que no fui lo suficiente rápida para esquivarla.

  —Seria bueno si lanzaras las cosas  a un objetivo que no sea yo. O, que no las lances. Como quieras, con tal de que no me afecte— musite con una voz tranquila, con el fin de tranquilizar a la persona que estaba al frente de mi

  —¡El dijo que me amaba!— un plato fue tirado hacia mi cara, pero lo esquive; aunque obtuve un rasguño en mi mejilla izquierda —Estaba a brazado a mi en la cama. Lo llamo una mujer, y la muy perra esa le dijo que lo amaba, y que lo esperaba en casa. Y que crees ¡el le respondió que la quería, y que no esperaba por hacerle el amor!— cayó al suelo. Se llevo las manos a la cara y comenzó a llorar aun mas fuerte.

Me acerque lentamente y me agache junto a ella. Agarre su mano y empece a sobarla, tratando de calmarla. Ella subió la cara y me miro con los ojos llenos de lagrimas; se lanzo a mis brazos. Deje su mano y acaricie su cabeza. De repente me soltó, y me miro con una rabia tan profunda que me escandalizo.

  —¿Que ocurre?— Me pare poco a poco —¿Estas bien?  

— No. No estoy bien— Se acerco a mi— ¡Todo es tu culpa! ¡Todo es tu maldita culpa! eres la causante de todo lo que me pasa. Desde que llegaste, no he dejado de sufrir. Eres una maldición que me mando el cielo por haber hecho tantas cosas malas.

Mi cara se volteo de un momento a otro. Mi mejilla derecha comenzó a arder y me coloque la mano en esta. Comencé a alejarme, ya sabia lo que podía venir. Corrí hacia la puerta mientras madrina me perseguía de seguro para golpearme y dejarme inconsciente. Al llegar a la salida, la tire de un portazo y la cerré con llave por la parte de afuera, mientras ella seguía maldiciéndome a gritos.

Me desplace en la puerta y subí la mirada hacia el cielo, que estaba gris. Me levante con el fin de entrar por la puerta trasera a cambiarme de ropa, cuando oí cierto ruido cerca de los arbustos de jardín. Me asome a ellos y encontré algo que definitivamente, no esperaba ver.

  —Dios mio. ¿Se puede saber porque haces eso en mi maldita casa? —solté asqueada —¡No puedes vomitar en el jardín de otra gente! Que puto asco—dije tapándome la nariz por el espantoso olor que llenaba mis fosas nasales

  —¿Donde querías que vomitara entonces?— rió irónicamente —No me culpes. Es tu culpa por tener un buen lugar donde vomitar justo cuando yo estaba con ganas

El chico (que estaba arrodillado) se levanto, se palmeo las rodillas y se limpio la boca con las mangas del jersey que tenia puesto. Me di el gusto de observarlo mas detalladamente: Jersey grande, cuello extremadamente pálido, jeans negros y peli- verde. Mi memoria comenzó a rebobinar, y al final me di cuenta de que conocía a la persona que acababa de vomitar en mi patio.

  —Suga—susurre su nombre. De alguna u otra forma, me aliviaba poder ver ese rostro en el que había estado pensando toda la noche. El se volteo.

  —Tu... —entrecerró los ojos. Su nariz estaba arrugada, y, al menos para mi, se veía increíblemente adorable—La de ayer en la noche. Lo siento por haberte hecho caer, ¿estas bien ?—soltó rápidamente con el ceño fruncido.

  —Bueno, yo... —no pude terminar de hablar porque una sonora risa me interrumpió.

  —Que idiota—me di cuenta. Se estaba burlando de mi—Bonita pijama—subí las cejas. Mi pijama era con los hombros libres y en su centro tenia impreso a Kaneki, del anime Tokyo Ghoul.

  —Muérete—estaba a punto de marcharme cuando su mano toco mi hombro. Sus dedos recorrieron desde el comienzo de mi cuello hasta mi clavícula. Un escalofrió recorrió mi cuerpo, sus dedos estaban fríos. Cuando aparto su mano, esta estaba llena de sangre.

Baje la mirada hacia mi hombro, y estaba horriblemente lleno de sangre. Había un moratón muy grande que llenaba este. Subí la mirada horrorizada. Me pase la mano por la mejilla izquierda y la baje. Suspire con una mezcla de alivio y fastidio cuando vi que no tenia mucha sangre en esta.

  —Bueno, me largo— se volteo, y se fue. Me quede parada en el medio de el jardín, con una mirada confundida y un vomito que limpiar. Maldito, no me ayudo a limpiar.

                                                                        ********

Salí de la universidad hecha una furia por dentro. Caminaba lento, pero mis pasos eran pesados. El sol quemaba mi cara y yo lo maldecía mil y una veces. Recorrí la mirada para ver a mi alrededor y, con pasos, firmes, me acerque a una plaza que estaba, por alguna razón, desierta. Deje mi mochila y me violín a fuera, me quite los zapatos y me adentre en la fuente que estaba al frente de mi. Me senté y comencé a jugar con el agua que estaba raramente limpia.

  —¿Que rayos estas haciendo linda chica del violín?—subí mi cara, y al frente mio, a una muy poca distancia, se encontraba el chico de cabello naranja; con una sonrisa de oreja a oreja.

  —Estoy sentada en una fuente, ciego—le puse la palma de mi mano (que estaba mojada) en la cara y lo aleje de mi. El comenzó a pasarse los brazos por la cara; según yo, para secarla.

  —Ya me di cuenta—sonrió burlón—¿Puedo?—dijo señalando con la cabeza el lugar a mi lado. Me encogí de hombros. El se quito los zapatos y la chaqueta de cuero que tenia puesta, subió por el muro de la fuente y se sentó a mi lado. Mi mirada estaba perdida en una hoja que cayo de un árbol.

  —Hey. No me digas así—musite

  —¿Así como?—dijo con un tono interrogante

  — Linda chica del violín. Es bobo—patalee un poco el agua con mis pies

  —Pues dime tu nombre, entonces—negué con la cabeza— Hm. Tendré que recurrir a otro método entonces —y antes de que me diera cuenta, estaba hundida en el no muy profunda agua.

Trataba de agarra sus brazos para que me soltara, pero de me hacia imposible. Hasta que logre que me soltara, me abalance yo sobre el esta vez para ahogarlo. Salían burbujas de su boca mientras yo me reía sonoramente.

  —¡Hey jóvenes, esta es un fuente  publica , no pueden hacer eso!—solté a Jimin y me pare rápidamente , agarre mis cosas y cirro; con el cabeza de calabaza persiguiéndome.

Corrimos una gran cantidad de calles con el oficial siguiéndonos hasta que nos dejo. Jimin para un poco para descansar, pero yo me adelante unos pasos hasta llegar a uno de esos baños públicos de mujeres, a los cuales nunca había entrado.

  —Oye, zanahorio— el subió la mirada con el ceño fruncido—Me llamo Hee-Sook.


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Adivinen quien tiene zika y no puede mover casi los dedos?. Sin embargo, hice el mayor esfuerzo por escribir algo, espero que les guste este capitulo. Gracias a las que leen, significa mucho. Recuerden votar y comentar 💗



Whalien 52; suga btsWhere stories live. Discover now