Capitulo 2 ¿Quien Es Ryan y qué hace en la biblioteca?

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momento me quedé dormida.
***
La luz del sol comenzó a entrar, abrí mis ojos lentamente, me levanté, tomé una ducha; esa vez me vestí primero con la ropa que usaría y después bajé a desayunar. Al entrar al comedor, me topé con una gran sorpresa: mis padres estaban allí
—claro, observaban sus hojas y sus laptops; estaban trabajando como siempre. Me acerqué y tomé asiento; parecían no haber notado mi presencia.
¿Cuándo regresaron? —pregunté, intentando llamar su atención.
Esta mañana —dijo mi padre, mientras continuaba revisando el contenido en su laptop.
Lupe me preparó un jugo y unos waffles e inmediatamente se retiró.
¿Cómo estuvo el viaje? —continué preguntando, para tratar de sacar algún tema de conversación.
Igual que siempre —respondió mi madre. Levantó su mirada, dejó su laptop a un lado. ¿Aún sigues vistiéndote así?
—preguntó fríamente.
Observé mi ropa; traía puestos unos Converse negros, unos jeans un tanto holgados y un suéter negro, largo —sí, no tiene nada de malo que me vista así.
Aun así, no me gusta que te vistas así —miró a mi padre; dile algo, Fabián.
Mi padre siguió observando unas hojas y luego de asentir dijo: ¿Acaso no tienes dinero en la tarjeta, para ir de compras? Porque si es así, más tarde te deposito.
No, no es eso —le respondí. Es solo que a mí me gusta esta ropa; no me apetece cambiar por otro estilo.
Eres muy joven y bonita; deberías aprovechar y ponerte algo más… bonito —dijo mi madre.
A mí me gusta mi manera de vestir y no quiero cambiarla
—no quería seguir discutiendo con ella en ese momento.
Pero pareces una… ¡una indigente!
Alejé mi plato y me levanté del asiento. ¡No puede creerlo mamá! —dije, muy consternada; tú apoyas a ese tipo de personas, y ahora me dices esto, como si fuera algo horrible.
Tú sí cuentas con los recursos suficientes para vestirte de otra manera —se levantó y se acercó a mí; solo quiero lo mejor para ti, ¿de acuerdo? Y si esta es la forma en que te gusta vestirte, no me quedará otra opción que tratar de aceptarla, después de todo, eres una gran hija y una estudiante sobresaliente —me dio un corto abrazo y me miró seria. Ahora se está haciendo tarde y, mientras se alejaba, recalcó: Solo piénsalo, no te vendría nada mal un cambio.
Ese es mi estilo —le repetí; esto es lo que me gusta, no cambiaré por nada ni nadie.
Se podría decir que esa fue la primera “conversación estable” con mi madre desde hacía mucho tiempo.
Sonreí y subí a mi habitación; cogí el libro con el que me quedé dormida la noche anterior, lo guardé en mi mochila, me la coloqué sobre mis hombros, cogí mi celular y me puse mis gafas; bajé y me despedí, pero antes de salir, mi madre llamó mi atención: no lo entiendo, ¿te está fallando la vista? ¿por qué usas esas gafas?
Porque me gusta —respondí, mientras salía de casa. Luke, el chofer, me llevó al instituto.
Al llegar, me senté en el pasto y comencé a leer hasta que sonó el timbre y salí corriendo hacia el salón, como de costumbre. Me senté en el lugar de siempre y minutos después, llegó Melanie con Erick detrás de ella; tomó asiento a mi lado y pude notar una gran sonrisa en su rostro.
Detrás de ellos llegó el maestro.
¿Qué te pasa? —le pregunté en voz baja.
Nada, solo estoy feliz —mantuvo su mirada fija en ese chico rubio, hasta que decidió mirarme; pero mejor dime, ¿qué te pasa a ti? ¿por qué entraste con una sonrisa?
Olvidé mencionar que tenía una sonrisa, no igual que la de ella, pero también era notoria.
Mis padres llegaron de su viaje, y se puede decir que tuve una especie de “conversación” con ellos.
Me alegro tanto por ti —dijo Melanie.
Aunque mi mamá quiere que me haga un cambio.
¡¿Un cambio?! —preguntó casi gritando, por lo que algunos voltearon.
¿Hay algo que quiera compartir con la clase, señorita Ramírez? —preguntó el maestro. Melanie negó, y el maestro se dispuso a comenzar con la clase.
¿Cómo que un cambio? —preguntó susurrando.
No le gusta mi manera de vestir y cree que necesito un cambio; me dijo que lo pensara.
Y… ¿vas a hacerte un cambio?
¡Claro que no! Me gusta mi estilo, me gusta como soy… ¿Acaso tú también crees que lo necesito?
Un cambio no te vendría nada mal.
Luego de que la clase terminó, fuimos a la siguiente; la maestra nos puso un examen sorpresa, que no consideré tan difícil, ya que tenía mucha relación con lo que habíamos visto a lo largo del semestre.
Dejé de contestar cuando sentí que alguien tocó mi hombro; me giré un poco, encontrándome con el chico de ojos azules más popular del instituto, Ryan.
¿Podrías pasarme la tres? —preguntó en susurro.
¿Cree que por ser el más popular le pasaré las respuestas? ¡Pues no! Debería de ponerse a estudiar, yo no voy por la vida diciendo: ¡Hey! Playboy, pásame la cinco; pues, no suena bien ¿verdad? Era la primera vez que me dirigía la palabra, y ya sentía que lo odiaba.
Se preguntarán si acaso Ryan me molesta; pues no, nunca me ha molestado, ni siquiera nota mi existencia; bueno, hasta ese momento, ¡pero porque quería que le pasara la respuesta!
Bufé y se la pasé, ignorando por completo que segundos antes, yo había pensado en no pasarle la respuesta… ¡Ah! ¡Y ni siquiera me agradeció!
Conforme terminábamos el examen, cada uno de nosotros iba saliendo. Tendríamos libre la siguiente clase, así que decidí ir a la biblioteca; mientras el resto pierden su tiempo haciendo bromas, fajando, metiéndose en problemas y molestando a los demás, yo prefiero aprovechar ese tiempo leyendo un libro.
Llegué a la biblioteca y cogí un libro; después terminaría de leer el de Morgan Rice. En ese momento quería leer otras cosas, como Entre dos Universos, de Andrea Tomé1.
Me quité las gafas —que no necesitaba— y comencé a leer; luego de unos minutos escuché cómo alguien entraba a la biblioteca; en la biblioteca solo nos encontrábamos dos chicos, una chica más y yo. Seguí concentrada en el libro.
¡Qué aburrido! —exclamó uno de los chicos que estaban leyendo.
¡Shhhh! ¡Cállate! —escuché decir a otro.
¡Yo me callo cuando quiera, bola de nerds!
Esa voz era de Ryan. Esto comienza a fastidiarme, digo ¿qué hace aquí si solo viene a gritar? Luego de unos segundos, por fin se quedó callado, pero después sentí cómo se aproximaba a mí para arrebatarme el libro de manera brusca.
¡Oye! —me levanté, consíguete uno ¡aquí hay muchos! Comenzó a reír, ojeando el libro. Después lo apartó de su vista y me miró. Su rostro se tornó serio.
¿Me devolverías el libro? —le pregunté.
Sin apartar su vista, me lo entregó.
Gracias —dije con pocas ganas, y volví a tomar asiento para proseguir con mi lectura, ignorándolo totalmente.
Tomó asiento frente a mí, volvió a quitarme el libro, pero esta vez no lo hizo de forma brusca sino como queriendo que le prestara atención.
Pero, ¿por qué rayos quiere mi atención, si ya tiene la de todas? ¿Acaso quiere que lo admire o qué? Yo no pienso admirar a ningún popular, y mucho menos a su líder, Ryan.
…a todo, ¿qué hace Ryan en la biblioteca?

You Are My Nerd [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora