A excepción de que esa vez, por supuesto, no encontró nada.

Oh, cierto, recordó. Ya no somos amigos. Le doy asco. Ya no me quiere.

Y con ese pensamiento, lloró aún más que antes.

Se quitó los auriculares, dándose cuenta de que eso de Tchaikovsky y Saint Saëns, fantasía que había tenido tantas veces, nunca se cumpliría.

Es que soy tan idiota, se regañó mentalmente. No sé cómo es siquiera posible que exista una persona tan estúpida como yo.

Después de lamentarse y llorar por media hora más, aproximadamente, tomó el libro que había estado leyendo hacía días y que había dejado, They ship us, y terminó de leerlo.

Y entonces supo lo que era llorar de verdad.

"No me dejes, Daniel". "Nunca".


[N/A: en la versión libro-no-fanfic, Daniel es Zayn y Nathan es Niall, acorde con como lo subí aquí en wattpad.

Sí, hay una versión Libro-no-fanfic, pero hablaré de eso después]


Lloró como si el cielo se estuviera partiendo a la mitad y como si él mismo estuviera partiéndose con este, como si estuviera lloviendo dentro de sí, como si nunca fuera a estar completo de nuevo –porque, en realidad, así se sentía sin Zayn.

Era sábado por la noche; ¡se suponía que debía estar haciendo algo divertido, disfrutando de su vida, riéndose, pasándola en grande con sus amigos!

Y, en cambio, se encontraba allí, en su habitación, llorando, lamentándose por ser idiota y sensible y gay –aunque más que todo gay, porque sabía que eso era lo que había alejado a su mejor amigo.

Harry había intentado contactarlo; lo llamó, pero Niall ni siquiera contestó. No quería hablar con nadie, no quería hacer nada, no quería pensar; sólo quería que todo el dolor se fuera y que su mejor amigo volviera y le dijera que no le tenía asco, que aún lo amaba y que aún era su mundo.

Que volviera, que lo abrazara, que reparara todos los pedazos que estaban rotos dentro de él.

Que lo reparara, porque todo él se sentía roto.

Pero... sabía que no pasaría.

Sabía que ya nada sería como antes, que no lo quería, que nunca podrían ser los mejores amigos que fueron cuando eran apenas unos niños.

Y antes de darse cuenta, se durmió.


El domingo por la mañana maldijo apenas se levantó. Iría su familia a su casa y, más que eso, Zayn.

Bueno, eso había prometido... pero, siendo honesto, esperaba que no fuera.

No quería verlo de nuevo.

No quería recordar todo lo que lo quería porque, oh, cierto, no era recíproco.

Se bañó, sonrió frente al espejo, fingiendo ser feliz, intentando convencerse a sí mismo de que lo era y, cuando le pareció que la mueca era al menos aceptable, bajó. Ayudó a preparar todo, recibió invitados, charló en Alemán y Holandés, dependiendo de la persona y, cuando llegó Andrieske, la madre de Alieke, le dijo que podía hacerse cargo de la pequeña, por lo que asumió el cuidado de esta por el resto de la reunión.

More than just friends  ~Ziall Horlik~ AU #Wattys2016Donde viven las historias. Descúbrelo ahora