Capítulo 29. Ahora o nunca

3K 161 17
                                    

Dedicado a omaireth2000


P.O.V. Elena

Hace tres horas llegamos al nuevo hotel, donde pasaremos la noche hoy. Hace hora y media que anocheció; al menos teníamos la ventaja de movilizarnos durante el día.

Habían pasado ya tres días desde que Xiomara escapó y de que Sebastián me mantuviera prácticamente como su prisionera. Ha puesto el doble de guarda espaldas de los que había antes para que no pueda escapar y en caso de que nos encuentre la vampiresa. Además que no se aleja de mí por mucho tiempo.

Me sentía tan inútil como cuando era humana. Al estar moviéndonos de un lugar a otro, por seguridad según Sebastián, se me dificulta aún más las cosas para idear un plan para escaparme. Pero no significaba que me daría por vencida.

Solté un suspiro, como si fuese necesario o sirviera de algo. Al menos logré convencer a Sebastián para que pidiera una habitación con dos camas.

Recordé aquella vez, cuando tenía quince años, en una pijamada con Camille, escogimos una película de vampiros donde los presentaban que dormían en ataúdes. No me imagino lo incómodos que deben ser como para que en el siglo que estamos vayamos a dormir en ellos.

No sé si de verdad convencí a Sebas o sólo aceptó para probarme si intentaré escapar de él o no. Lo importante es que pude ver a mis padres. En cuanto a Cam solo he podido hablar con ella por mensajes.

~

Luego de quedarme profundamente dormida esa madrugada, al despertar Sebas no estaba a mi lado, tomé mi celular para enviarle un mensaje a mi amiga y a Nany informándoles de un viaje inesperado por motivos de trabajo, para que no se preocuparan por mi repentina desaparición y sabiendo de que era con "mi novio-jefe" no cuestionaron nada al respecto.

La única forma para salir del hotel, fue decirle a Sebastián que ya les había hablado a mis padres diciéndoles que ya estaba de regreso en la ciudad. Él no tuvo otra opción que ceder.

Así que, por la mañana, luego de empacar nuestras cosas en una maleta de viaje y desayunar con pintas de sangre de hospital, fuimos a mi casa y por un momento me sentí libre nuevamente al llegar a casa.

No pasaron desapercibidos algunos vampiros diurnos que estaban en la residencia por seguridad y al cuidado de mis padres. Debo admitir que en esa parte Sebas se ha portado muy bien conmigo y con las personas que más me importan. Pero no por eso olvidé lo que me hizo.

El sólo hecho de recordarlo, hacía que ese sentimiento de odio creciera un poco más en mi pecho.
Al darme cuenta de sus intenciones de abrir mi puerta, me adelanté y bajé tan rápido, a mi velocidad sin tener en cuenta que hay personas en las casas de al frente que pudieron verme.

Miré a Sebastián algo apenada por lo inmadura que acababa de ser. Él sólo me miró con desaprobación por mi actitud y un destello rojo apareció en sus ojos, pero desapareció tan rápido en cuanto escuchamos la voz de Nany. Ambos nos giramos y caminamos a paso lento hacia la entrada de la casa.

Mi madre nos recibió con un caluroso abrazo a los dos.

—hola, cariño. Sebastián, pasen por favor —nos indicó Nany.

Amor MasoquistaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora