Capítulo 1 "La caída"

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" Si me pusieran a describir mi situación diría en estos momentos "Ah, pues no es perfecta. Tengo muchos
problemas. Entre ellos mi negocio. Otro de mis problemas
radica en que mi corazón dice una cosa y mi cabeza otra... ¿La Razón? Tengo que decidir entre la lealtad a mi madre...a mi padre o mi corazón... pero ¿Cómo compiten ambos en mi persona?

Tengo que comenzar por el principio porque sino, no
comprenderán. Ya han pasado dos meses... dos meses
desde que todo comenzó: y comenzó precisamente el peor día del mundo... ¿Cuál es ese? San Valentín por supuesto.

Aunque para muchos es una fecha agraciada donde todas
las declaraciones de amor por venir, viniendo, llegando o
finalizando tienen un significado particular y la mayoría de las veces, felices pero para mi fue el día precisamente que las cosas comenzaron a tornarse en mi
contra.

Primero las presentaciones: mi nombre es Tomoyo Daidouji. Tengo veinticinco años. A pesar de lo que unos llamarían una corta edad, tengo un negocio que es mi orgullo; lo construí precisamente con el dinero que me prestó mi abuelo.

Mi abuelito fue una persona íntegra, orgullosa y con un carácter muy fuerte, pero decidido y le gustaba trabajar pese a que siempre vino de una
familia de recursos infinitos. Mi abuelo falleció hace dos años, justo a los cinco meses de haber abierto mi negocio.

Mi abuelo me brindó el apoyo que no obtuve de mis padres. ¿Quiénes son mis padres? Tal ves han escuchado de ellos. Tetsu Daidouji y Sonomi Daidouji dueños de varias empresas en todo Japón incluyendo la fabrica de juguetes mas grande de Asia. ¿Ahora los recuerdan?

Bien mis padres siempre han gozado de una vida holgada
que les permite una casa en los Hamptons de Estados
Unidos, una Villa en Italia y un chalet en la Riviera Francesa además de tres yates y un avión privado. La suerte siempre ha sonreído a mis padres hasta el
momento que decidí emanciparme. ¿A que vino esta
decisión? Más bien fue el consejo de mi abuelito

"Querida Tomoyo: la vida del individuo está enmarcada
en el camino que tomamos. Pero aquel camino debe de
ser embarcado solo para saber quien eres en realidad"
por ello y sus palabras es que soy quien soy hoy en día.

Siempre me ha gustado la cocina... mucho. Y tomar
negocios al mismo tiempo que pastelería les hizo a mis
padres mucha gracia en su principio. Pensaban que tomar
negocios era seguir sus pasos; pastelería era como una especie de hobbie que llevaba a la par para des-estresar.

¡Que equivocados estaban!
Por eso ni les escribiré aquí lo que pasó cuando fui a mis padres casi graduándome de la escuela de Negocios de Harvard para informarles que abriría una pastelería.

Tampoco les diré que voy a cenar a su casa dos veces
por semana en los últimos dos años... y mucho menos les
diré que mi vida con mis padres no es una normal que digamos: a los veintitrés me mudé a un precioso departamento a pocos minutos de mi negocio.

Y es precisamente en mi negocio, dos meses atrás, donde se inicia esta historia. Un negocio llamado
singularmente "Dulces Tentaciones...por Tomoyo
Daidouji"

La puerta del negocio se abre con ímpetu y vuelve a cerrarse mientras el tránsito tanto de personas como de vehículos en el exterior es intenso. Y no solamente afuera ocurre la acción: el negocio cubierto de toldos de rayas rojo y blanco (haciendo alusión al bastón dulce que es una tradición americana que está presente en navidad) cubre la parte superior de la puerta de cristal que da entrada al negocio y al igual de los enormes ventanales en donde hay unas vitrinas con algunas de las especialidades de aquella ya famosa repostería.

El nombre sobresale en los ventanales al igual que la puerta
que en inglés y en letra de caligrafía también en japonés
dan una impresión fresca y americana que tanto gusto
les ha traído a muchos críticos del arte culinario.

Dulces TentacionesWhere stories live. Discover now