Capítulo 30: Magnolia.

211 21 3
                                    


II M A D H O U S E II

Capítulo 30.

Magnolia.

"Bueno, no te ves bien." Suspiró Camille rodando los ojos al escuchar mi típica respuesta a "¿estás bien?"

No contesté, tan sólo me senté en la ventana y miré el exterior. "Podríamos haber muerto ahí fuera. Tate nos salvó... y yo simplemente dejé que se fuese."

Camille apretó sus labios y me dió una palmadita en la espalda suavemente. "Él quería dejar este mundo, Magnolia. Pero de nuevo, ¿quién no? Donde quiera que esté, puedo decirte que es más feliz que aquí."

"No, fui una ignorante. Él me necesitaba y yo no me di cuenta y sólo le usé para que me escuchase... soy una capulla." Escupí.

"No eres una capulla." Protestó Camille. "Eres una heroína. Hey, yo te respeto. Me salvaste la vida en ese accidente de coche, eres fuerte Magnolia. Has ido hasta el infierno y has vuelto, varias veces. Mi mayor problema es quedarme sin cigarillos."

"No, no lo creo. Tu tienes un montón de dolor acumulado que no estás sacando fuera. Cuando me vaya, tienes que encontrar a alguien a quien querer y que te quiera. No me refiero a un chico que conozcas en un pub y con el que tengas muy buen sexo... un amor real, verdadero e incondicional."

Camille sonrió. "Lo haré."

Yo también sonreí y le di un fuerte abrazo. "Mantente a salvo." Murmuré mientras veía a Harry entrar a la habitación con nuestra pequeña bolsa de cosas. La mayoría cosas que mi tía y mi abuela mehan dado.

"Adiós." Sonrió. "Cuídate, Maggie."

"Tú también." Sonreí y me despedí con la mano mientras Harry y yo salíamos de la habitación y después de la casa segura.

Él no sabía por qué nos estabamos marchando, simplemente Gail le convenció, quién sabía lo que estaba pasando, para ir a visitar a mi madre y a Timothy.

Llevaba un bonito vestido que me había dado Gail, hace años. Todavía me valía, la oscuridad del asilo nunca me dejó crecer.

Mi casa no había cambiado mucho, había humo saliendo de la chimenea, un coche aparcado en la entrada. Llamé al timbre y esperé.

Harry me agarró la mano y la apretó para darme ánimo. "¡Maggie!" Timothy gritó mientras empujaba la puerta y salataba a mis brazos.

"Sí, soy yo" Sonreí, llorando en silencio.

Sentí algo en él, como un brillo. Él también era especial, sólo rezaba porque no acabara en un lugar como Hellingly.

"¿Doctor Styles? ¿Por qué estás aquí?" Preguntó mi hermano.

"Llámame Harry." Sonrió mientras mi madre salió a la entrada sacándose las manos.

"¿Magnolia? ¿Qué estás haciendo aquí... llevando ese vestido?" Preguntó.

"Mamá." Dije. "Me liberaron de Hellingly."

"¿Cuándo?"

"Hace dos semanas." Contesté.

Mi madre y mi hermano me miraron con una mezcla de shock y confusión. "¿Dos semanas? ¿Por qué estás aquí ahora?" Preguntó Timothy.

Miré a mi madre. "Ella sabe por qué." Espeté. "He estado viviendo con la abuela y la tía Gail."

Harry agarró mis dedos con los suyos y mi madre jadeó. "¡No me digas que estás saliendo con este hombre, Mabnolia!"


"Lo estoy. No me importa la edad que tengo, ni la edad que tiene. Quiero a Harry y he venido a decir adiós."

M A D H O U S E  {Español}Where stories live. Discover now