Capítulo 1: Miradas

8.1K 493 162
                                    


"¡Hahhh!"

Agotada y sudada, suspiré simplemente dejándome caer al suelo, sentándome allí en medio de la sala de práctica. A esas horas de la noche ya todos los demás trainees se encontraban durmiendo o quién sabe. Hace apenas dos o tres años me uní a esta companía y vine desde japón, por supuesto, apenas pudiendo comunicarme con mis compañeras de entrenamiento en un principio, sólo lo básico, lo que aprendí en el entrenamiento que tuve allá, pero por supuesto, no siempre era suficiente. Habían momentos en que decían algo, yo suponía que era gracioso al ver a todos riendo por lo que sólo me reía. Quizás más por el hecho de que me sentía torpe. Las jergas no se me daban muy bien, entendía perfectamente a los adultos o gente desconocida, pero cuando escuchaba esas palabras que jamás me enseñaron no lograba entenderlo ni por asociación. Aún así, con el poco tiempo que llevaba aquí habían ya algunos que se admiraban de mis habilidades en el baile, por lo que me senti orgullosa, y por supuesto, si quiero mantener esos alagos y ser digna de ellos, debía esforzarme más y más cada día.

Habían días en que extrañaba a mi hermana, y a mis padres por supuesto, pero Mina y Sana estaban conmigo y ya no me sentía tan sola. Con el tiempo comenzamos a ser más como hermanas, siempre unidas, apoyándonos una a la otra. Sin embargo.. estos últimos días había algo en mi cabeza, no lograba concentrarme y todos lo notaron, ellas por supuesto, estaban preocupadas por el hecho de que me equivocara tanto en los pasos de los bailes. Incluso frente al coreógrafo constantemente me pasaba, y era desesperante, ¿por qué esa imagen se repetía una y otra vez en mi cabeza? Quizás ya debería dejar de evadir las preguntas y buscar respuestas, pero no sabía qué era lo correcto.

"Bien chicos, por el momento ya pueden descansar"

Indicó el instructor de baile, casi de un solo trago bebí toda la botella de agua. Me senté en una esquina, de pronto Mina y Sana tuvieron que ir al baño, yo estaba cansada, la noche anterior había estado hasta muy tarde bailando, porque claro, a veces ni siquiera notaba el pasar del tiempo haciendo lo que más me apasionaba. Por lo cual sólo me quedé allí tendida en un costado de la sala de práctica. Habían unas cuantas chicas en la sala, no le tomé mucha importancia, pero de un momento para otro alguien se paró frente a mi, obstruyendo el paso y mi visión.

- Eres Hirai Momo ¿no? ¡Eres increíble bailando!

Exclamó animosa una chica desconocida que ahora se había sentado junto a mi, yo sólo asentí y le agradecí un poco desganada por lo agotada que estaba. Momento, yo he visto a esta chica antes, pero suele ser muy seria cuando ensaya ¿no? Su mirada esta vez es distinta, se ve cálida, jovial, incluso dulce..

- ¿Y tú eres?

- Oh, perdón, me llamo Kim Dahyun˜

Me sonrió con un gran ánimo, me sentí grosera al actuar tan fría con ella por lo que me enderecé y le sonreí igualmente

- Un gusto, que lindos ojos tienes

Le dije con calma, su rostro enrojeció ligeramente antes de agradecerme, y luego sacó su celular

- ¿Podrías darme tu número? Me gustaría saber más de ti, ya sabes, debemos ser amigas entre todas, después de todo en algún momento estaremos quizás en el mismo grupo y debutemos si la suerte está de nuestro lado˜ Por cierto, hablas muy bien en Coreano, tu pronunciación es linda

Rió un poco al decir aquello, por supuesto, aún no sabía cómo era el acento de Seoul, por lo que hablaba con mi acento natal, de seguro le causaba gracia pero no quiso ser descortés

- Claro

Le respondí con simpleza y le dicté mi número. Por la noche como de costumbre me dispuse a ensayar, esta vez no estaba con todas las energías por haber dormido menos por lo que de seguro no rendiría para tanto. Estaba sola en la gran sala de entrenamiento, cuando escucho unos pasos y la veo allí, parada en la entrada con una dulce sonrisa juguetona. Se veía menor que yo, su presencia me resultó agradable. Al ver que me detuvo se disculpó rápidamente dispuesta a marcharse

- No es necesario, por favor quédate, en serio, me agrada mucho estar acompañada

Le dije sonriendo, y entonces pensé, que vergüenza, estaba completamente sudada, incluso con marcas de sudor en la ropa. Aunque no es como que no nos veamos así todo el tiempo, no sé porqué ahora me preocupaba eso.

PromesaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora