-¿Qué me ves?- así le decía a los chicos que me miraban cuando tenia 11 años, pero el no me contesto, siguió mirándome.
De repente recibí una sonrisa de su parte, luche para no devolverla pero eso era algo imposible. Digo con sus ojos mirándome con ese brillo y dándome una sonrisa con sus blancos dientes es difícil resistirse, así que sin poder resistir mas, le sonreí.
-¿Salimos?-no le conteste, cerré el libro poniéndole el separador que tenia en las manos y quitándome mis lentes.
Me levante de la cama de un salto, intentando no caerme en el intento y salí disparada al baño. Me tome una ducha rápida sin mirar a Shawn, deje que el agua fría recorriera mis músculos y los relajara, aunque mas parecía congelarlos para no sentir dolor.
Salí y me envolví con una toalla. Al salir, comprobé que Shawn no se encontraba en el cuarto.
Pero escuche el sonido de la regadera, me apresure a ponerme algo de ropa, ni siquiera vi lo que era.
Mientras me abrochaba los vans, Shawn salió del baño, con una toalla enredada en la cadera.
No pude apartar los ojos de el, veía cada uno de sus músculos y era tan maravilloso. Se podía ver su esfuerzo en el gimnasio, y valla que se le apreciaba.
Empezó a caminar y yo seguía embobada con su cuerpo, la pequeña visitante que yacía en mi cuerpo pateo con fuerza.
Pero de repente a Shawn se le atoro la toalla en la esquina del pequeño mueble y se le cayo completamente. Abrí mis ojos como platos para después no poder parar de reír. El estaba avergonzado, levanto rápidamente la toalla.
- No te rías, ¡perdoname!- no podía dejar de reír, era tan graciosa su reacción, no podía contenerme. No le podría mandar la señal a mis neuronas de que pararan.
El seguía rojo como tomate de siembra y yo solo me recosté en la cama pataleando de que me dolía el estomago.
- No es chistoso-dijo riendo-
-Si no fuera chistoso no te estuvieras riendo - me solté riendo de nuevo, vi como el se acercaba a mi y me abrazaba.
-No te rías mas, fue...-comenzó a reír nerviosamente.
Deje de reirme, el me sostenía en sus brazos, estaba a lado de mi y yo podía sentir su respiración. Sus ojos miraban los míos profundamente, luego bajo su miraba a mis labios.
Podía escuchar los latidos de su corazón y el mío sincronizados, no dejaba de verlo, hace mucho que no admiraba el rostro de Shawn.
Recordaba en cada parte donde tenia un lunar, cada uno. Recordaba sus labios, sus cejas delgadas, sus grandes manos, sus dedos recorriendo mi cuerpo y no podía seguir.
Sacudí mi cabeza como si con eso, las ideas se fueran de mi mente.
- ¿Qué pasa?-pregunto el aun mirándome como yo lo hacia.
-Nada, ya vámonos.-me levante de la cama, tome mi celular y me lo metí a la bolsa. Abrí la puerta, pero sentía que nadie me seguía.
- Quieres que vaya,¿así?Digo si no te preocupa que todas las mujeres se me queden viendo.- voltee a verlo, se me había olvidado el hecho de que solo tenia una toalla alrededor de su cintura trabajada.
-Te esperare abajo.- solté una risa leve y cerré la puerta.
Iba bajando las escaleras cuando me grito.
-¡Sigo enamorado de ti!-hizo eco en las paredes sin pintar, pare en seco y sonreí como estupida.
