The Last Of Us: Mi Historia

Capítulo 19: Ruinas

Nos quedamos estáticos un momento, todos presas del asombro, no solo por la huésped sino por la flecha.

Kaira apunto con la escopeta la nueva huésped.

– ¡Baja el arco, pon las armas en el suelo, todas y manos en el cuello!–

Nuestra huésped, ahora prisionera, tenía una pistola normal, un arco con 4 flechas y una navaja.

Me quito la flecha del brazo y me dirijo a amarrar a la prisionera.

–Gracias Dave– dice Jenny con asombro mientras recapacita en todo lo que paso.

Kaira se movió por la derecha y yo por la izquierda y muevo a la prisionera hasta un lugar en donde la podamos vigilar.

–Como que solo sobrevivieron personas con el mismo color de pelo, eh?– Cuestiono dentro de mí.

En el momento nos sentamos, Kaira con la pistola en la mano por si acaso, Jenny sentada leyendo algo y yo con el botiquín atendiendo la herida.

Remangue primero la chaqueta que tenía, desmonte la improvisada armadura (lo cual dio asombro a la prisionera) y aplique las cosas obvias, antiséptico, vendas, lo de siempre.

–Dinos, ¿Qué haces tú, entrando en una casa claramente sellada, con gente adentro y disparando tan pronto entras?–

–Eh... Este es mi lugar–

–Y por qué golpeaste tan fuerte la puerta–

–Todo estaba lleno de chasqueadores, era entrar o entrar–

–Y por qué tan pronto entras disparas una flecha que hubiera podido matar a alguien–

– ¿Te gustarían huéspedes sorpresa en tu casa?–

– ¿Cómo te llamas?–

–Haley–

–Interesante, ¿Eres parte de algún grupo?–

–No, obviamente no–

– ¿Por qué?–

–Andar en grupo es peligroso–

–Pero andar solo también lo es–

–Riesgos–

– ¿Con quién estabas viviendo aquí?–

–Sola–

–Estamos en medio de la nada, y tú vives aquí sola, ¿A qué se debe eso?–

– ¿Para qué quieren saber?–

–Mira, por ahora solo tú te dedicas a responder– Digo mientras termino de colocar todo y volver la manga.

–Estábamos caminando con el grupo pero un puñado de chasqueadores se acercaron demasiado rápido, solamente atine a salir corriendo y entrar en esta casa–

–Nos es difícil confiar en gente nueva, pero si te portas bien nada malo pasara–

– ¿Ustedes son cazadores?–

–No, Luciérnagas–

–Por lo menos eso es mejor–

– ¿Me prometes que no pensaras en hacer ninguna tontería?– Digo mientras me acerco a ella.

–Está bien–

Ella voltea para que yo pudiera cortar las cuerdas.

–Listo, ya estas suelta, ahora relájate y come algo si quieres–