Capitulo 4: Las Luciérnagas

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–Jum, No sé qué hacer, tengo dos opciones, llevarme el cargamento hasta el lugar de acuerdo o utilizarlas para mi beneficio, ya que me pueden ayudar mucho, serian alrededor de 1 mes en comida– Estaba pensando detenidamente–

–Jum, mejor miro primero que dice la carta, quizás tenga información valiosa– La carta decía así:

"Hola Jhon, estoy feliz que todo este tiempo las cosas hayan salido bien, nunca pensé que mudarnos hasta aquí nos fuera tan productivo, estoy feliz que Mike y tu estén conmigo, son los mejores hermanos que alguien pudiera pedir, no estoy muy de acuerdo con el trabajo que vas a hacer, ya sabes que es muy peligroso, esa zona está muy llena de infectados, me es difícil dormir de pensar que algo les puede pasar, tengo miedo, no quiero que te vayas, son la única familia que me queda, como sabes nuestros papás murieron por nuestras bobadas, los metimos en problemas y ellos sufrieron, si te vas, me sentiría culpable que algo te pasara, pero ha sido decisión de los superiores que fueras con Mike, no los juzgo, necesitamos comida, pero si pudiera rogaría que ellos no te hubieran elegido, ya es tarde, en el momento que leas esta carta ya estarás recolectando la comida, con amor y cariño.

Melissa"

–Es devastador– Pensé –no entiendo que fue lo que paso–

Lo único que pasaba por mi cabeza era frustración, tristeza, miedo. Me di cuenta que no podía dejar así, mi decisión fue clara, iría a dejar la comida, por memoria a la vida de Jhon y Mike.

Con una pala que había en el lugar, empecé a cavar, por lo menos una tumba digna se merecía él...

Ya pasada una hora había terminado el hueco, llevé el cuerpo hasta la tumba y volví a colocar la tierra y en honor a él, la pistola que tenía la puse de lapida.

–Nos veremos algún día– Pensé

Después de un momento, ya con los ánimos equilibrados, me di a la tarea de registrar el lugar. El sol de la tarde iluminaba el espejo, con una claridad increíble, pero con poca luz, ya el sol se escondía y me quedaban 2 horas para que oscureciera.

Encontré varias cosas, entre ellas una carta de un superviviente, la ojee un momento, la carta decía que todo lo que tenía estaba en el armario.

Cuando abrí la puerta una nube ocre salió, gracias a las clases de biología sabía que eran esporas, algo nada conveniente.

–Uh– Solté un sonido llevándome la mano a la cara, aguanté la respiración y saqué las cosas que tenían, algunas latas de comida y unos cartuchos de escopeta más, por más felicidad en el hallazgo en mi cabeza me inundaba la tristeza, un grupo de personas que me habían acogido se fueron sin explicación de causa y ya dos personas habían muerto en frente mío.

–Bueno, despéjate– Pensé –La tristeza es algo que no debo tener ahora, no es buena, tengo que tener en cuenta que en este mundo perderé muchas veces muchas personas.

Exactamente en el momento de tranquilidad sucedió algo terrible.

Solo se pudieron escuchar unos ruidos de metales cayendo, se había desplomado una parte entera de la gasolinera.

Estaba perdido.

Según la carta ese lugar estaba infestado, no duraría mucho con suerte, de inmediato se vislumbraron las hongosas crestas, eran incontables.

–Corre– fue lo único que pensé, pero en el momento llego uno por detrás. –Creo que este es mi fin–

Corrí, debajo de las piernas de algunos infectados logré pasar por un tramo que estaba despejado, de la misma emoción y adrenalina, golpeaba en las cabezas de los infectados, no eran golpes contundente pero lo hacía, mi corazón tenía una mezcla de susto y desesperación, logre llegar a donde estaba el carro, cogí las llaves y arranque la camioneta, en un segundo todo fue silencio, nada en el momento me distraía, hasta que un ruido rompió la tranquilidad, el vidrio no resistiría otro golpe así, afortunadamente mi papá me había enseñado a manejar cuando tenía 12, algo que la ley no consienta mucho ¿Pero eso importaba?

The Last Of Us: Mi HistoriaWhere stories live. Discover now