Capitulo-10 Mi estupida yo.

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Faltaban 9 días para mi ansiado 15 cumpleaños, recuerdo aquella noche a la perfección.
Mis padres fueron a cenar fuera, yo me quedé en la oscuridad de mi habitación preguntándome el hecho de mi existencia.

Estuve horas allí sentada, como si aquel zapato al que miraba fuera a tener las respuestas a todas mis preguntas.

El odio hacia mi misma aumentaba en potencia, todo lo que me rodeaba acababa marchitándose poco a poco.
A pesar de estar rodeada de gente me sentía muy sola.

Pensamientos suicidas nublaron mi mente, y como si algo se apoderara de mi mano, alcancé la cuchilla de la cómoda y en un abrir y cerrar de ojos el suelo se tiñó de rojo, me quedé paralizada, esta vez había sido mas fuerte de lo que esperaba.

Intenté limpiar todo aquello, pero mi muñeca no paraba de sangrar, estaba asustada y tremendamente arrepentida.
Mis padres llegaron, y con la cara hinchada de tanto llorar les mostré mi situación.
Mi madre rompió en llanto.
Tan rápido como se pudo mis padres me subieron al coche y me llevaron al ambulatorio, odio ese sitio, su olor me asquea.

Y allí estaba yo, a las doce y media de la madrugada con un trapo de cocina en la muñeca y con el pelo alborotado.

La enfermera fue amable conmigo.
Con la muñeca vendada, mi madre destrozada y mi cabeza intentando asimilarlo todo me fui a la cama con el fin de no despertarme.

A la mañana siguiente mi madre vino a revisarlo, todavía manchaba la gasa.
Tenia cara de no haber dormido, me miró a los ojos, y un ¿Por que? Salió de su boca.
Yo sin mas, me di la vuelta y me cubrí con la manta, me abrazó y se fue.

Pasé todo el día en la cama, llorando y maldiciendolo todo.

Aquel Lunes fue el peor de muchos, esa mañana Luna me propuso fumarnos una ele antes de entrar a clase, ella es mi mejor amiga.
Yo no quería aguantar todo el percal totalmente en mis cabales así que era una forma de evadirme del mundo.
Pues así lo hicimos, yo fumaba extremadamente rápido, y eso fue lo que me mató. Me dio uno de esos amarillos que te hacen querer morirte.
Como era obvio todo el mundo se dio cuenta de lo que estaba pasando, algunos alcanzaron a ver la estúpida venda, nadie dijo nada.

A raíz de todo eso recaí en un bucle de odio infinito, no quería nada con nadie, pensaba que todo el mundo acababa mal por mi culpa. No quería causar mas daño pero Eric me hizo entrar en razón.

No Soy Una PutaKde žijí příběhy. Začni objevovat