capítulo 20

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Zack intentó, una vez más, forzar el agarré que le ataba a la silla, pero era inútil. Apenas podía girar la muñeca que le apretaba casi contándole la circulación, cosa que a Kati no le importaba en absoluto.

Ésta, continuó haciendo incisiones en los brazos de Zack, cortos pero profundos, seguiría así hasta que se desangrara aunque le llevará tres días hacerlo. Se acercó a su cara con el cuchillo y rápidamente Zack la apartó.

-No huyas, total, no puedes- dijo Kati riendo.

-Pedazo de hija de puta, bicho asqueroso, una cucaracha es más bonito que tú- se desahogo Zack después de llevar dos horas en esa silla.

Permaneció en silencio largo rato, intentó durante media hora sacarla de sus casillas, pero nada le hacía reacciona; Puede que Kati estuviera tocada durante su estancia con el grupo, ese pueblo le hizo cambiar por completo, llegando a un punto de locura y serenidad que se combinaban a la perfección.

-Deberías ser más simpático y halagarme, soy yo la del cuchillo-

-La puta del cuchillo, Rod tenía que tener más cuernos que mi prima la coja- continuó Zack.

-Pues no se, no la conozco, pero no le metas en esto- bajó la voz Kati.

Te pille se dijo a si mismo Zack.

-Pues ya te digo yo que por la puerta no cabe, pobrecito, encima que se sacrifica por ti-

-¡Cállate!- gritó Kati asestándole un puñetazo.- Oh, estamos jugando, he tardado en entenderlo-

-¿Jugando? A ver, una zorra eres- continuó Zack.

-Demasiado valiente, demasiado- dijo Kati girándose con el cuchillo a la altura del cuello de Zack para terminar degollándolo.

-¡Todos al frente a luchar, ya llegan los mordedores!- se oyó en la calle seguido de numerosos disparos.

Esto hizo a Kati detenerse, a escasos milímetros del cuello de Zack. El ruido en el pueblo estaba prácticamente prohibido y esos tiros no podían ser de ellos, ya que les gustan más mancharse de sangre, utilizando armas más bastas de cuerpo a cuerpo como bates, lanzas y hoces.

Se asomó a la ventana y lo que veía le dejó confusa, la caballería había llegado, los militares trataron de dialogar con el líder del pueblo y ofrecerles ayuda, pero no la necesitaban y respondieron atravesándole una lanza por la boca, a uno de los novatos. Claro que, ellos tenían armas, pero no era una notable ventaja comparada con que estaban en un número muy inferior de personas.

-Te diría que no te fueras, pero no puedes- dijo Kati repasándose el cráneo que llevaba pintado en la cara.

-¿Te vas? Estábamos en lo mejor- le tentó Zack.

-Sólo un momento, tranquilo que en diez minutos estarás más que muerto. Me lo llevo que hace frío- dijo antes de salir poniéndose la camisa de él.

Al instante, Zack borró la falsa risa que sostenía aparentando agrado, para dejar muescas de dolor que le producían todos esos cortes. Se intentó levantar con la silla, era de madera, y lo primero que pensó fue estamparla para que se rompiera pero, al tercer golpe se dio por vencido. Era irrompible, kati no era tonta, resignado se asomó a la ventana para averiguar que pasaba.

Una batalla entre vivos se producía en plena calle, pero esta soledad humana no duró mucho ya que los tiros de los militares atraían una manada de podridos, caminaban aletargados en grupos y la mayoría ya estaban por las calles.

Tenía que salir de allí aunque fuera con la silla, intentó una vez más romperla pero nada, caminó con cuidado por el pasillo despacio para no tropezar. Afortunadamente muy despacio y aquello le salvó de un buen mordisco, Kati tenía en las habitaciones, que terminaban el pasillo podridos atados con cadenas.
Nadie podía salir de allí amenos que ella dejé las puertas cerradas.

¿Supervivientes? (Zombie) [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora