Capitulo 5

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Gruñó.

- Si quieres pasar por delante de mí, pagas. - Puso las palmas sobre el mostrador, donde una tabla de precios había sido pegada con celo, mostrando que debía quince dólares.

Solo efectivo. No tenía efectivo. E incluso si tuviera, no lo habría gastado para pasar unos pocos minutos interrogando a Niall sobre su vida personal. Sentí cómo me enfadaba al pensar en la asignación de asientos y por tener que estar aquí, en primer lugar.

Solo tenía que encontrar a Niall, después podríamos mantener la entrevista fuera.

No había conducido hasta aquí para volver con las manos vacías.

- Si no estoy de vuelta en dos minutos, pagaré los quince dolares. - Dije.

Antes de poder ejercitar un mejor juicio o reunir un poco más de paciencia, hice algo totalmente fuera de sitio y me colé entre las cuerdas. No me detuve ahí. Me apresuré a través del arcade, manteniendo los ojos bien abiertos en busca de Niall. Me dije a mí misma que no me podía creer que estuviera haciendo esto, pero era como una bola de nieve, ganando velocidad y fuerza. Llegados a este punto sólo quería encontrar a Niall y salir de allí.

El cajero me siguió, gritando:

- !Eh!

Segura de que Niall no estaba en el piso principal, corrí abajo, siguiendo señales para la Sala de Billar de Ozz.

Al final de las escaleras, una luz tenue iluminaba varias mesas de poker, todas en uso. Humo de puro casi tan espeso como la niebla envolviendo mi casa nublaba el techo bajo. Situadas entre las mesas de poker y el bar había una fila de mesas de billar. 

Niall estaba estirado a través de la que estaba más lejos de mí, intentando un tiro complicado.

- !Niall! - Grité.

Justo cuando hablé, disparó hacia delante su palo de billar clavándolo en el tapete. Su cabeza se levantó de repente.

Se me quedó mirando con una mezcla de sorpresa y curiosidad.

El cajero bajó ruidosamente por las escaleras, detrás de mí, atrapando mi hombro en su mano.

- Arriba. Ahora.

La boca de Niall se movió formando otra sonrisa que apenas estaba ahí. Difícil decir si era burlona o amistosa.

- Ella está conmigo.

Esto pareció tener algún poder con el cajero, que aflojó su agarre. Antes de que pudiera cambiar de idea, me sacudí su mano y zigzagueé entre las mesas hacia Niall. Di los primeros pasos amplios y seguros, pero encontré que mi confianza desaparecía a medida que me acercaba a él. Fui consciente de inmediato de que había algo diferente en él. No podía captar exactamente qué, pero podía sentirlo como electricidad. ¿Más animosidad?

Más confianza. Más libertad para ser él mismo. Y esos ojos azules me estaban llegando.

El beso del angelWhere stories live. Discover now