Capitulo 3

97 4 0
                                    

- Espera. - Grité. No se giró - ¡Disculpa! - Salió por la puerta - ¡Niall! No conseguí nada de ti.

Se dio la vuelta y caminó hacia mí. Tomando mi mano, garabateó algo en ella antes de que se me ocurriera apartarme. Bajé la vista a los siete números en tinta roja sobre mi palma e hice un puño a su alrededor.

Quería decirle que de ningún modo iba a sonar su teléfono esta noche. Quería decirle que era culpa suya por gastar todo el tiempo interrogándome a mí. Quería un montón de cosas, pero me limité a quedarme allí de pie como si no supiera cómo abrir la boca.

Al final dije: - Esta noche estoy ocupada.

- Yo también. - Sonrió de oreja a oreja y se fue. Me quedé clavada en el sitio, digiriendo lo que acababa de pasar.

¿Se comió todo el tiempo interrogándome a propósito? ¿Para que yo suspendiera? ¿Creía que una sonrisa brillante lo redimiría? Sí, pensé. Sí, lo creía.

- ¡No llamaré! - Grité detrás de él - ¡Nunca!

- ¿Has terminado tu columna para el plazo de entrega de mañana? - Era Laura.

Vino a mi lado, apuntando notas en la libretita que llevaba a todas partes.

- Estoy pensando en escribir la mía sobre la injusticia de las asignaciones de asientos. Estoy de pareja con una chica que dijo que acabó el tratamiento contra los piojos esta misma mañana.

- Mi nuevo compañero. - Dije, apuntando al pasillo, a la espalda de Niall. Tenía una forma de andar irritantemente confiada, del tipo que encuentras acompañada de camisetas gastadas y un sombrero de cowboy. Niall no llevaba ni la una ni el otro. Era más bien un chico de Levi’s oscuros, cazadora oscura, botas oscuras.

- ¿El nuevo de último curso? Supongo que no estudió lo bastante la primera vez. O la segunda. - Me lanzó una mirada cómplice - A la tercera va la vencida.

- Me da escalofríos. Sabía mi música. Sin ninguna pista en absoluto, dijo "Barroco". - Imité bastante mal su voz grave.

- ¿Suposición afortunada?

- Sabía... otras cosas.

- ¿Cómo qué?

Solté un suspiro. Sabía más de lo que quería contemplar cómodamente.

- Cómo meterse debajo de mi piel. - Dije al fin - Voy a decirle al profesor que tiene que volver a cambiarnos.

- Ve a por ello. Podría usar un gancho para mi próximo artículo del periodico del insti, "Alumna de décimo devuelve el golpe." Aún mejor, "Asignación de asientos recibe una bofetada en la cara." Mmm. Me gusta.

Al final del día, fui yo la que recibió una bofetada en la cara. El profesor rechazó mi súplica de volver a pensarse la asignación de asientos. Parecía que estaba atascada con Niall.

Por ahora.... 

El beso del angelWhere stories live. Discover now