―Sí, y yo los tomé. Gané. Míos. Solo míos, así que te callas. ―Lo regañé, arrebatándole la bolsita. Él sabía perfectamente que aún no le perdonaba el incidente de las gomitas así que me miró, estupefacto.

― Pero a mi también...―

―No, nada de peros. ― Lo corté, dejando mis preciosos osos en el carrito de nuevo. ― Sé que te gustan pero son mías, busca tus propias gomitas. ― Arrugó la frente y se cruzó de brazos, mientras dirigía el chupete de un lado de su boca al otro, sin decir nada y sin abrir la boca. Se molestó. ¿Dije que hacía berrinches también? Era todo un caso ese muchacho.

Namjoon apareció en escena con un carro repleto de carne, ramen, licor y otras cosas saladas. Solían hacer parrilladas y cosas por ese estilo. Se posiciono junto a nosotros y negó con la cabeza varias veces, decepcionado del bobo y pareciendo en verdad estresado. Éste último, bajo la mirada hasta sus botas militares, preparado para el regaño del mayor.

TaeHyung podía actuar como un niño a veces, en realidad, era así casi todo el tiempo. Exceptuando los momentos cuando debía comportarse como un hermano mayor, en eso, era muy bueno. Su lado malicioso salía a flote cada cierto tiempo y solo lo conocía yo, seguía buscando una explicación a eso.

―Ese dulce me salió caro, tienes que comenzar a comportarte V. ¿Por qué siempre tienes que actuar así, tan impulsivamente? .―Comenzó el discurso y lo tomé como la oportunidad para echar a correr y me dirigí a la primera caja que encontré.

Admito que quería huir de él.

No quería a TaeHyung cerca de mí.

Comencé a pasar los productos con rapidez hacia el lector de códigos pero la cajera, que calculaba que tenía mi edad, mascaba goma de mascar ruidosamente y pasaba las bolsas por la barra con lentitud impresionante.

―¿Podría apresurarse, por favor?.― Pregunté, ansiosa por irme a casa y esconderme del mundo de nuevo.

―¿Por qué, tienes algo que hacer?.―Esa voz demasiado ronca sonó tras de mí y envió estremecimientos a mi cuerpo porque era tan grave que me hacía recordar a esos asesinos seriales de los dramas policiales que veía.

Apreté los labios y no me moví, de reojo vi esos cabellos extraños y llamativos, Namjoon infló sus mejillas con aire y lo dejó salir lentamente. Ellos en serio le tenían paciencia a TaeHyung pese a que el resto era extra, él era caso aparte. Siempre le seguían los juegos, especialmente los menores. Jin y Yoongi, en cambio, lo hacían callar y lo enviaban a un rincón a pensar en lo que había hecho cuando hacía algo malo.

―Tal vez. ―Respondí con desdén. Sentí su chaqueta de cuero chocando con el dorso de mi mano y cerré los ojos, pidiendo paciencia a Buda, Aláh, Goku y todos los Dioses existentes en la tierra. ¿Qué no entendía que no lo quería cerca?.― Agh, ¿Por qué vienen aquí? ¡Hay más cajas!

Apunté hacia la derecha e izquierda, echa una furia, todas vacías, todas disponibles, con cajeros y cajeras aburridos que nos miraban como si fuésemos de otro planeta. Pero, el raro era él.

― Yo quería venir a esta. ―Susurró, viéndome con una extraña expresión y desviando la mirada cuando volví a tensarme porque estaba actuando diferente.

― ¿Por qué? .―Cuestioné, a punto de lanzarme a morderle alguna parte del cuerpo, ¿Siempre iba a jugar con mis nervios así? Era el novio de MinHa, por Dios, tenía que dejar de acercarse así a mi.

― Porque tú estás aquí. ― Mierda, en serio. ¿Eso era coqueteo? ¿No? ¿Sí? ¿Por qué? No pude ocultar mi confusión y Namjoon alzó una ceja, tan confundido como yo al escuchar su elección de palabras. ―Y no te preocupes, te acompañaré hasta tu casa.― Me informó, apoyando su mentón en mi hombro cuando le di la espalda, ignorándolo.―Te mantendré a salvo.― Me removí, incomoda, tratando de mantenerlo lejos pero se mantuvo en su sitio.

Dorkable.| Kim TaeHyung;BTS.Where stories live. Discover now