Capítulo 5

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Zazu y Luciano decidieron acompañarnos a Madrid. Zazu, que, porque quería ir a un centro comercial de compras, y Luciano, que porque quería conocer a la prima de Koen.

Yo dudé de la razón de Luciano, estaba segura de que Luciano se puso celoso, y quería vigilar, o no, no lo sabía. Además, Zazu ya lo había condicionado que él la acompañaría de compras. Sabía que Zazu me estaba ayudando, ella sabía que iba a conocer a los padres de Koen.

Digo, también todos, nos quedaríamos en casa de Koen el fin de semana. Pero, Koen deseaba presentarme primero, por alguna extraña razón, la cual yo no quería pensar, y tener pensamientos. ¿Qué?

¡No! Nada importaba, ¿cierto? Solo éramos una aventura, no había razón para que Koen me presentara a sus padres a solas, además, éramos amigos, ¿no? Debía ser eso, sí, seguro era eso. Solo amigos, amigos que se besaban. Ugh.

¿Por qué estaba nerviosa?

Después que él lo propuso, para que me dijera de su pasado, ya no volvió a tocar el tema, hasta que compro los boletos del tren. Y yo no quería pensar en el tema, si le daba vueltas al asunto, solo volvía a cuestionar lo de la beca universitaria que surgió. Digo, si llegue a pensarlo, estudiar en alguna universidad en España, pero, era complicado, los permisos, la visa, el dinero..., todo.

Cuando desbordamos del tren, quise aventarme a las vías y morir. Quizá estaba siendo dramática, pero, no quería conocer a los padres de Koen, o pensar en mi futuro, quería disfrutar mi presente, y no indagar en lo demás.

Koen me tomó la mano al salir de la estación―. Nosotros iremos por allá ― señaló con la cabeza―. El centro comercial está caminado unos quince minutos por aquel lado.

Zazu volteó a donde Koen señalaba, luego vio su teléfono con la ubicación―. De acuerdo, cuando acabe, les llamo para que vayamos a comer.

―Está bien ― respondí.

―Cuídense ― Luciano se despidió, mientras era arrastrado por Zazu.

Koen soltó una pequeña risa, y comenzamos a caminar a nuestro destino. La verdad es que esperaba que Koen me dijera algo de él, que me diera detalles de su vida, pero no lo hizo. Solo me dio un beso, y comenzó a caminar. Lo seguí, para insistir, y él solo dijo que hablaría hasta que conociera a sus padres.

Nos detuvimos, sacó su teléfono, entonces, un carro estacionó frente a nosotros. Koen saludó al chofer y me abrió la puerta, entré. Él seguía en llamada, cuando terminó, también entró, y el carro se puso en movimiento.

― ¿Alguna noticia nueva, Joseph? ―Koen preguntó al hombre.

Me sentía incómoda, ya, sabía que Koen tenía dinero, pero, no pensé que fuera de los ricos que tiene chofer. Ese no era mi mundo, ya, tampoco no negaba que yo fuera una niña privilegiada, estaba pasando el verano en España, aun así, me sentía descolocada.

―Nada nuevo, sus padres están contentos de que no se haya metido en problemas estas semanas― respondió Joseph, Koen volteó a verme y sonrió, no podía imaginar a Koen siendo problemático―. Solo sea cuidadoso con su madre, se ha peleado con su hermana por lo mismo de siempre.

―Está bien, gracias, Joseph.

―De que, joven Reyes.

― ¿Qué no eras Parra? ―pregunté bajito.

―Aquí también tenemos dos apellidos, nosotros los conquistamos.

Quise pegarle, pegarle muy fuerte, y con una silla de metal.

― ¿Así es como me ves? ―pregunté molesta―. Pensé que éramos amigos.

La sonrisa de Koen se esfumó, se dio cuanta rápido que la había cagado. Dejé de verlo, y me alejé hasta chocar con la puerta, me puse a ver por la ventana. Joseph también se dio cuenta de que Koen había dicho algo que no debía.

Summer Trip ©Where stories live. Discover now