Capítulo 7 - "Un antiguo sumiso y el contrato"

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-Oh vaya Mikaela... ¿Te has excitado con un simple beso?

-Le susurraba al oído el cabellos peliplata al menor mientras paseaba su mano entre la entrepierna de este.

-E-Espera...F-Ferid n-... -El ojiazul no podía hablar claramente. Estaba tan nervioso, tan asustado, lo deseaba, pero le temía.

-Vamos... No se siente bien... ¿Aquí? -Resaltó el "Aquí" cuando metió su mano derecha entre la ropa interior del rubio. -Vaya...Está muy caliente. Haremos algo más divertido. -Fue lo último que dijo antes de tomar ambas muñecas del ojiazul y amarrarlas al respaldar de la cama con otras dos vendas negras.

-¿P-Pero qué haces? -El pequeño ya estaba comenzando a subir el tono de voz. Por lo que el mayor calló sus palabras con otro beso húmedo.

-No importa cuánto te muevas...Te amarré fuerte.

-Dijo, Mientras apretaba aún más las muñecas de este.

-Ahora, Déjame explorar aquella parte. -Se acabó la conversación. Desabrochando la camisa del rubio, comenzó a dar pequeños pero mojados besos desde el cuello hasta llegar a la cintura. Al casi tocar aquella parte tan sensible, Mikaela suelta un pequeño gemido. Por lo que decidió apretar sus labios para no dejarlo salir.

-Vamos, gime todo lo que quieras. No podrás aguantarlo. -Ahora tenía el miembro del menor entre sus manos. Moviéndolo de arriba hacia abajo lentamente, Las mejillas del menor estaban bañadas en un color escarlata. Un poco de saliva contorneaba sus labios y gotas de sudor caían de su cabeza. -Quieres más...Mikaela...

-Ngh...Yo...Y-....ah....

-Te haré sentir mejor, si me dices amo.-Volvió a hablar mientras aumentaba la velocidad en sus manos. Haciendo temblar las piernas del ojiazul. -¿Quieres venirte, verdad?... -S-Sí... -Respondió entre gemidos ahogados.

-Entonces dilo, Por favor, Amo. -El peliplata acercó su boca al miembro de este. Aun sin dejar de masturbarlo, solo hacía sentir su respiración cerca de este, cosa que hacía poner su miembro más erecto...

-Mikaela...Dilo. Vamos...

-P-por favor...ah...a-amo... -Al escuchar esas palabras una pequeña sonrisa picarona se forma en el rostro del mayor. Comenzó a provocarlo lamiendo la punta con su lengua, para terminar introduciéndolo por completo en su propia boca. El pequeño se estremecía de placer, su cabeza daba vueltas, se sentía tan caliente, temblaba y forcejeaba las vendas que se encontraban en sus muñecas.

-F-F....A-Amo...ngh...Me v-vengo...ah....-En aquella habitación solo se escuchaban los gemidos del menor más el sonido de la saliva que derramaba Ferid al lamer el miembro de este. Estaba llegando al límite. Ni la misma lluvia podía tapar aquellos gemidos tan afeminados, Los primeros gemidos de un niño entrado al mundo adulto por primera vez. Así era. El mayor con la mano derecha aun con su boca devorando aquella parte sensualmente, continuaba masturbándolo. -¡¡A-Amo!! -Fue lo último que gritó Mikaela. Se vino por completo en la boca de este. Recostó su cabeza en la almohada, aún con la venda tapando sus ojos y las otras dos amarrando sus muñecas hacia atrás. Sólo se notaban sus cabellos despeinados más sus mejillas sonrojadas. Se escuchaba su respiración entre cortada. - ¿Te gustó? Le susurró al oído después de darle un pequeño beso en aquellos labios carnosos. Pero antes de que el menor respondiera, Se oyeron golpes en la puerta. -Ferid, Mika, ¿Están ahí? -Era el padre de Mikaela. El mayor saliendo de aquel momento erótico y volviendo al mundo real, se quitó de encima y comenzó a quitarle las vendas. -Finge estar dormido. -Fue lo que le ordenó al menor antes de salir de la habitación a recibir al padre.

-Oh Ferid, Cuando comenzó la tormenta salí a buscarlos, Pero hubo un accidente de autos y tuve que volver y tomar otra ruta demasiado larga...Llamé muchas veces, creí que les había sucedió algo en el camino. ¿Mika, dónde está? -Es que nos quedamos sin señal, no te preocupes. Llegamos bien a la cabaña, él tomó un baño caliente, le hice la cena y ahora se encuentra durmiendo. Yo me encontraba leyendo uno de los libros allí también en la misma habitación. Le conté algunos cuentos y se desmayó. -Ríe- Los niños juegan tanto que al llegar la noche caen por completo.

Cincuenta sombras de MikaМесто, где живут истории. Откройте их для себя