#30

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La clase de tango empieza y todas las parejas nos ponemos a bailar. Ya estamos ensayando el segundo baile que vamos a presentar en el festival, así que vuelvo a ser torpe e inexperta, porque todavía no me desenvuelvo con los pasos. Sin embargo, Stiles me guía con su propio cuerpo y, a diferencia de las primeras veces, ahora nos complementamos muchísimo mejor.

Anoche, tras escuchar la conversación de los dos chicos hablando sobre la chica que había dormido en la cama con Stiles, cambié de opinión y no fui a verle. Mi intención era preguntarle qué hay entre nosotros, aunque solo fuera una explicación que me ayudara a aclarar los pensamientos en mi cabeza. Pero, al oír que se referían a mí como la chica que había pasado la noche con Stiles, no tuve el valor de hacerlo. Y es que, de repente, me entró miedo de la respuesta que me pudiera dar Stiles.

-Lyds -me llama Stiles mientras bailamos y yo alzo la mirada de nuestras manos a sus ojos. -Lyds, ¿te pasa algo? Parece que estás en otro sitio.

Intento pensar rápidamente algo que decirle, algo que no tenga que ver con el hecho de que me está entrando miedo por momentos de lo que el chico que me gusta pueda pensar de mí ahora que sabe lo que es tenerme. Escondo la mirada, nerviosa, cuando una cosa me viene a la cabeza.

-Estoy bien -digo en voz baja. -Por cierto, ayer quería hablar contigo pero no te vi por ningún lado.

Stiles hace una mueca y puedo notar la mano que tiene en mi cintura tensarse ligeramente sobre mi piel.

-Lo siento, pero te vi hablando con Jackson y sé que a él le gustas... no me hizo mucha gracia, la verdad -repone mientras me da una vuelta sobre mí misma hasta quedar detrás de mí, mi espalda pegada contra su pecho y sus manos rodeándome el cuerpo y sobre mi vientre. Se me corta el aire en ese mismo instante. Vuelve a tirar de mi brazo para que retorne a mi posición de cara a él. -Y luego me dijeron que había ido a recogerte para dar una vuelta, así que solo quería estar solo.

-Stiles, yo... -empiezo. -Te lo querría haber dicho antes de irme con él, pero desapareciste. Te quería explicar que había aceptado a salir con él porque no sabía cómo negarme sin decepcionar a Malia.

Ante la mención de su hermana, Stiles aprieta la mandíbula y respira hondo.

-¿Decepcionar a Malia? -pregunta arrastrando cada una de las sílabas. -¿Eso es lo único que te preocupaba?

En seguida me doy cuenta de mi mala elección de palabras.

-Mierda, no es eso, Stiles -me apresuro a explicarle. Los pasos del baile se vuelven más intensos por momentos, al igual que nuestra conversación. -Por supuesto que en primer lugar estabas tú. De hecho, iba a rechazar su plan desde un primer momento, pero Malia...

-Ya estás otra vez nombrándola, Lyds -me interrumpe, e intenta que su comentario no suene brusco, pero la verdad es que no puede esconder la decepción en su voz, lo que solo hace que yo me sienta todavía peor.

Aprieto los labios para dejar de hablar, porque sé que si continúo, aún hay posibilidad de que meta más la pata. Lo cierto es que tiene razón, ya que solo acepté para que Malia dejara de insistir, y no pensé -o al menos, no tanto- en cómo le podía sentar eso a Stiles.

-Lo siento, ¿vale? -digo al fin tras unos tensos segundos de baile y silencio. -Lo siento mucho. Pero ya no volverá a pasar.

Dicho esto, me salto todos los pasos de baile y llevo mis manos a su mandíbula para tomarla entre ellas, las yemas de mis dedos rozando su suave y cálida piel. Stiles me mira sorprendido por haber roto la secuencia del tango, pero no opone resistencia y me mira profundamente a los ojos. Sus manos se posan sobre mi cintura y, de repente, ambos dejamos de movernos.

This is our summer || Stydia Donde viven las historias. Descúbrelo ahora