Saga Elementos y Sombras III: Fuego Unificador

Capítulo 8

Devanny POV

Me desperté cansada, pero no sentía esa fatiga física, no, al contrario, me sentía mentalmente cansada, me sentía abrumada, he tenido que asimilar muchas cosas últimamente y ni hablar de mi hermano, sé que él está nervioso y triste por la noticia que nos dieron los Mythis esos.

Levanté un poco el cobertor negro para poder girar mi cuerpo sobre la cama. A mi derecha se encontraba mi hermanito, su rostro no denotaba ningún signo de paz a pesar de estar durmiendo, su cabello blanco caía sobre su frente y sus labios estaban separados, él siempre había dormido con la boca abierta.

Desde que el chico de ojos violetas y el de ojos amarillos nos habían ayudado a acceder a mi memoria, los recuerdos han ido regresando poco a poco, no me refiero a recuerdos de "vidas pasadas, poderes" y esas cosas sobrenaturales, no, me refiero a los recuerdos de esta vida con mi hermano, pequeños flashes de lo que hemos vivido juntos. Ahora sé que mi hermano es un minuto menor que yo, sé que le encanta y lo que odia, he recordado muchas cosas, cosas que seguro deba compartir con él.

Sarek se movió en la cama, enrolló el cobertor alrededor de él, dejándome a mí expuesta al frío. Sigo preguntándome si realmente nosotros podemos solucionar lo que sucede, es decir, afuera no hay luz solar, la única iluminación son los rayos que se estrellan contra el pavimento, y el clima es demasiado frío a pesar de estar en Primavera, y no podemos olvidar esa bruma tóxica que asesina a quien la respire; y eso, solamente hablando de esta región del planeta, la central, no quiero imaginar cómo estarán las demás. Yo simplemente no sé si podremos solucionar esto, ¡Hace unos días creía que era un fenómeno junto a mi hermano! Ahora vienen estos chicos y me dicen que soy la Reina de los sentimientos, bueno en realidad SOMOS o mejor dicho aún no, según ellos debo hacer una especie de juramento después de la fusión. "la fusión..."

¿Estoy dispuesta a sacrificarme o sacrificar a mi hermano? ¡Joder, se debe ser muy sádico para habernos puesto a mi hermano y a mí en esta situación! Yo no quiero que él muera y tampoco quiero morir, ¡Tan sólo tengo 17 años, yo no debería tener que decidir esto, debería estar en el instituto y viviendo un romance juvenil! No quiero hacerlo, no aún, tengo miedo de ser yo quien gane y sentirme la asesina de mi hermano, tener que vivir una vida en la cual no pueda observar a esa copia masculina mía, le prometí que lo cuidaría de todo mal y ahora resulta que yo pueda ser su asesina.

-Buenos días- Sarek se talló los ojos y acomodó su cabello blanco para observarme

-Buenos días- susurré mientras salía de mis pensamientos.

-¿Sucede algo? ¿Estás bien?- Sarek se puso en pie rápidamente para examinarme, a veces creo que él parece el hermano mayor.

-¿En serio, preguntas si todo está bien?- Lo miré con incredulidad en mi rostro mientras él me tomaba el pulso- ¡Deja eso, Sarek!- Le arrebaté mi mano con la cual intentaba medir mi pulso cardiaco- ¿Crees que estoy bien con todo esto que nos soltaron? ¿Debería estarlo? ¡Joder, según ellos somos Dioses o mejor dicho cada uno de nosotros dos somos un Dios!, ¡Se supone que debe morir uno de nosotros para armar de nuevo al Dios! ¡Yo no quiero morir y tampoco quiero asesinarte!- Las lágrimas empezaron a brotar de mis ojos. Sarek me tomó de mi brazo y me acercó a él

Sarek me abrazaba tan fuerte y me hacía sentir tan segura que no pude evitar romperme ante él, mi llanto se intensificó mientras ocultaba mi rostro en el espacio entre su cuello y hombro.

-Ya, ya...- Susurró él- Todo estará bien. Sabes que yo estaría contento de ser parte de ti.- Levanté mi rostro para observarlo incrédula- ¿Qué?- preguntó Sarek hacia mí.