Saga Elementos y Sombras III: Fuego Unificador

Capítulo 2

Elliot POV

-¡Osito, sííííí!- Tracy gimió fuertemente justo en el momento exacto en el que nos aproximábamos al orgasmo.

La rubia se encontraba desnuda entre mi cuerpo y la cama, sus piernas se cernían alrededor de mi cintura intentando profundizar la penetración, yo simplemente me encontraba sobre ella, aumentando la velocidad, con los ojos cerrados y el cuerpo sudado, simplemente satisfaciendo mis necesidades. La rubia se estremecía bajo mí, me sentía genial, joder, ¡era sexo!, pero extrañamente también me sentía un vil traidor, sentía que no estaba bien lo que hacía, sentía algo fuera de lugar al tener relaciones con Tracy.

Mientras estaba sumido en mis pensamientos, de repente Tracy, se levantó, apoyó sus codos en la cama y alcanzó mis labios, ella me besó, tal como lo hace cada día desde que somos novios, pero hay algo que está mal en este momento...

La empujé contra la cama, mi miembro salió de ella abruptamente exactamente en el momento en el que la empuje y me alejé de ella. La furia me invadía mientras me alejaba lo más posible de la cama donde ella se encontraba ahora.

-¡No, sabes que no!- Le grité con furia, sin dirigir mi mirada a ella.

-Deja el escándalo, cariño- se río la rubia mientras palmeaba la colcha de la cama invitándome a continuar

-¡NO!- Grité con todas mis fuerzas- ¡SABES QUE NUNCA ME PUEDES BESAR MIENTRAS ESTEMOS TENIENDO RELACIONES SEXUALES!- me acerqué con furia a ella y la miré con asco- ¡NO LO TIENES PERMITIDO!

-Pero, ¿Qué coño tienes con esa regla? Se supone que estás locamente enamorado de mí.-dijo mientras intentó abrazarme.

Me alejé de su contacto, lo que menos quería ahora era tenerla cerca y obviamente ahora no quería continuar, había perdida la erección, como si nunca hubiera estado cerca de llegar al orgasmo.

-Vete...- Le susurré dándole la espalda y dirigiéndome al baño.

-Pero sabes que no puedo salir sin ti. El mundo se fue a la mierda, ¿Lo recuerdas? Si salgo ahora moriré electrocutada por esos rayos o terminaré loca o envenenada por esa maldita bruma que cubre toda esta zona.

-Pues quédate en la habitación de visitas, en el sillón, incluso sobre la mesa de la cocina, ahora me da igual, tan sólo quiero que te alejes de mi vista, no quiero que estés cerca por ahora.- Tracy seguía en la cama cubierta por las sábanas, indecisa de si debía irse.- ¡AHORA!, ¡VETE!- No esperó un segundo más, la rubia enrolló las sábanas en su cuerpo, recogió su ropa del suelo y salió corriendo por la puerta dando un fuerte portazo.

En cuento ella estuvo lejos, pude liberar mi furia, no sé qué la causa, es como si hubiera una parte de mí que no quisiese estar con Tracy, que incluso la odiase, pero eso es estúpido, ella es mi pareja, no puedo odiarla.

Corrí tan rápido como pude en dirección a la ducha, abrí la puerta de vidrio de la bañera y me introduje tan rápido como pude, en cuanto estuve en su interior y el agua me cubría hasta el cuello, tomé la esponja e inicié a tallar mi cuerpo, pero no, no era un tallado de baño normal, lo hacía tan fuerte que incluso en algunas partes me lastimaba.

No me percaté que estaba llorando hasta que el repiqueteo de las lágrimas cayendo contra el agua de la bañera se hizo lo suficientemente fuerte para interrumpirme en mi proceso de tenerme lástima y asco a mí mismo.

Pasé quizás dos horas, llorando y rompiendo mi piel con la esponja de baño, los sonidos de los rayos cayendo afuera amortiguaban el sonido de mi suave llanto. En cuanto decidí que ya había sido suficiente me levanté y salí de la bañera.