20.- Malas noticias

1.2K 105 50
                                    

Narra Alicia:

Estudiar, estudiar, estudiar. Es lo único que debía hacer. Si quería ponerme al corriente con todos, debía hacerlo.

Cerraba mi nuevo casillero cuando escuché mi apellido.

-Parks, ven aquí -me llamó Duncan por segunda vez

-¿Pasa algo? -Pregunte

-¿Cómo estás? -Pasó su brazo por detrás de mi cabeza, apoyándolo en mi hombro.

-Sí, bien por el momento -Comenzamos a caminar

-Me alegro, me alegro. -Asintió pensativo. ¿A qué se debía esto? ¿Puedo hacerte una pregunta?

-Claro -respondí

-¿Cuál crees que sería un buen regalo de aniversario?

-¿Aniversario? ¿Lo dices por Clarissa y tú?

Asintió

-Vaya -sonreí -Eso es estupendo, felicidades

-Gracias. ¿Y bien? ...

-¿Por qué no le preguntas a Taylor o a Joy?

-Taylor no tiene los mismos gustos que Clari. Y Joy haría algo muy empalagoso. Así que tú eres el término medio. Tú me ayudarás ¿Verdad?

-Yo conozco a Clarissa, a ti y a las chicas solo hace unos cuantos días ¿cómo podría ayudar?

-Fácil ¿Que te gustaría de regalo de aniversario?

Me detuve a pensar un minuto.

¿Que querría yo?

-Me gustaría que mi novio y yo fuéramos a la playa. O que nos quedáramos en casa haciendo tonterías. Solo recordar el por qué seguimos juntos; que me enamore aún más con pequeños detalles.

El timbre sonó.

-Me gusta. Es muy lindo lo que dices. -dijo sonriendo -Ahora tengo Filosofía ¿y tú?

-Química

-Bueno, nos vemos al rato Alicia -Me despedí también de él.

Entré en el salón con mi cuaderno y estuche.

Aún no llegaba nadie, así que me senté en el tercer asiento frente al escritorio del profesor. Poco a poco se fue llenando, no había nadie que conociera en la clase. Mejor, así me concentraría un poco más.

El profesor llegó, dejó sus grandes libros sobre la mesa y encendió de inmediato el proyector.

-Muy bien alumnos, vamos a avanzar rápido esta clase, quiero obviamente que aprendan, pero por favor tratemos de no desviarnos del tema central... -la puerta se abrió - McAllen, tarde. Pasa, pasa.

Había tres espacios vacíos.

Se sentó a mi lado.

Oh Dios mío.

Mirándolo de reojo durante unos segundos, pude notar lo casual que vestía. Al abrir su cuaderno, además noté, la increíble cantidad de apuntes que tenía escritos.

Seguí escuchando al profesor.

Apunté cada cosa importante que decía, todos parecían estar bastante relajados, pero yo no. El profesor no dejaba de hablar y mi mano se estaba acalambrando. Dylan por otro lado, escribía tanto como yo, pero con mucha más calma.

¿Cómo es que retiene tanta información?

De la nada mi lápiz dejó de escribir.

Rayos.

La Princesa De The Vamps ©Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora