diez.

4.9K 501 130
                                    

Quizá debería estar sonriendo como una idiota, ya que Paul soltó una pequeña risa.


—Ve al granero no quiero que pesques un resfriado, iré en seguida —añadió, sin contestar nada me gire caminando de nuevo al granero.


Quizá necesitaba un momento a solas, y yo por lo menos, no quería arruinar lo que hace momentos me había dicho. —Lo cual me hacía demasiado feliz—



Al entrar al granero, una fogata estaba en medio del lugar mientras que todos se acomodaban en lugares distintos, muy cerca de ella estaba se encontraba el castaño junto con la bebé.


Tratando de no hacer ruido, me senté enfrente de la fogata.


—Gracias por darnos una oportunidad —comenta sin verme, su vista estaba en la pequeña bebe, con un rostro serio. —Te lo agradezco por mi hermana, ella merece un lugar seguro.

—Al igual que tú —respondo con una sonrisa haciendo que me mirara —también mereces un lugar seguro.

—Gracias, soy Carl, Carl Grimes —me extendió la mano, la acepte en forma de saludo.

Carl levantándose del lugar con su hermana, se marchó hacia un montón de paja que se encontraba en el lugar y así se recostó junto con su hermana. Quitando mi vista de él, observe algunas chispas de fuego.




—Hola —saluda el líder, Rick, se sentó a mi lado izquierdo—Gracias por contener a Ruben. No se que hubiera hecho si no hubieras estado.


—¿Por qué te seguían? —pregunte abrazando mis rodillas.


—Esas personas nos atacaron a mi y al grupo, llegamos a su refugio pero todo era mentira comían gente —explico —logramos destruirlos para que nadie cayera en esa mentira de nuevo, pensamos que los habíamos matado pero están aquí.


—Hey todo estará bien —le tome él hombro haciendo que me mirara fijamente —Te ayudare a superar esto, cuando lleguemos a casa descansaras hasta estar bien. Y nos encargaremos de ellos.

—Muchas gracias —contesto mientras apretaba los labios.


Un escalofrío invadió mi cuerpo haciéndome quitar mi mano abrazandome a mi misma. Rick se quitó su chamarra dándomela a mi. Haciendo que quedáramos a una distancia inapropiada.


—Yo lo siento, solo queria que no pescaras un resfriado —se excusó Rick alejándose un poco de mi mientras tragaba saliva.


Dispuesta a contestarle, unas pisadas se hicieron presentes.


—¿Qué esta pasando aquí?—pregunto Jesús haciéndome girar de golpe al mismo tiempo que Rick.

承诺一个Donde viven las historias. Descúbrelo ahora