Extra 2

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—Amor ¿Ya vienes?— pregunto Camila desde el otro lado de la línea telefónica. Sonaba preocupada.

—Si, ya voy— respondí algo irritado, pues era la quinta vez que me lo preguntaba.

Oki, te espero— dijo luego de soltar un beso. Camila ha sido mi novia los últimos 6 años. Estaba presionándome para casarnos y formalizar nuestra relación, pero yo solo quiero disfrutar el momento.

Estacioné enfrente de él gran edificio, y sin salir de mi automóvil, subí la mirada. Era grande el edificio, muy moderno. Desconecte mi celular, y baje con cuidado de no abrir la puerta demasiado pues era una calle muy transcurrida.

Entre al lobby, y me dirigí hacia recepción. Una chica muy linda y sexy, estaba atendiendo. Ese era mi día de suerte.

—Buen día caballero, ¿puedo ayudarle? — pregunto muy amable.

—Vengo a la oficina de la Srita. Camila Padilla— dije intentando recordar el número de oficina.

—¿Numero de oficina? — pregunto muy coqueta. Le sonreí intentando mostrar mi lado más seductor. Saque mi celular y revise en mi buzón de entrada, un mensaje donde decía la dirección.

—907— dije sin apartar la vista de sus labios.

—Documento de identificación— pidió mientras acercaba más su torso al mostrador. Saque mi billetera, y se lo entregue.

Al momento de rozar nuestras manos, puede notar que algo pasaba. Apoye mis codos enfrente del mostrador, y observe delicadamente a la señorita. Era muy hermosa, con un cuerpo perfecto. Se inclinó, para sacar un pisa-papeles, y pude obtener mejor vista de su escote. Ligeramente pude notar el color negro de su ropa interior. Ella solo sonrió seductoramente.

Anotó mi número de identificación y pregunto:

—¿Algo más en lo que pueda servirle?

—Si, tu número de teléfono y una noche a solas— dije sonriendo. Ella solo jugo con su cabello seductoramente, y se volteo. Arranco una hoja de una libreta, apunto algo y me la entrego.

—Llámame— dijo mientras dejaba la hoja doblada en mis manos. Le guiñe el ojo, y me fui directo a el ascensor. Presione el botón de subida, y espere unos segundos a que este se abriera. Presione el botón del piso nueve, y en cuestión de 30 segundos, había llegado.

El ascensor se abrió, y yo salí de este. Junto a las puertas del asesor, había un bote de basura. Saque de mi bolsillo el papel que me había entregado la recepcionista. Camine por el largo pasillo, buscando entre las puertas el número 907 y lo encontré. Toque dos veces, y entre.

Había un pasillo, con una secretaria en un escritorio, y cerca, había una puerta donde decía lo siguiente "Lic. Camila Padilla"

La secretaria me observo de pies a cabeza, y me dejo pasar. Toque la puerta y abrí.

Me encontré con Camila, caminando de un lado al otro de su oficina, se veía angustiada.

—¡Al fin llegas! — dijo preocupada.

—Tranquila, había tráfico— dije como pretexto —¿Qué paso?

Se sentó rendida en su silla, y soltó con un poco de tristeza:

—Me trasladaron— soltó luego.

—¿A un mejor cargo? — pregunte miedoso a la respuesta.

—A las oficinas de New York— dijo luego de cubrir su rostro con sus manos.

—¿Y cómo te despidieron? — pregunte enojado.

—No lo hicieron, por que acepte— Dijo con la mirada agachada.

—¿Cuándo te vas? — pregunte triste.

—En dos semanas—

—¿Eso te urgía decirme? — pregunte mientras me daba la vuelta.

—¿No estas molesto? — dijo luego de acercarse hacia donde yo estaba.

—Es tu sueño, tu eres mi orgullo— dije luego de sujetar sus mejillas, y depositar un ligero beso en su frente.

Las cosas con Camila, no estaban bien últimamente, pero aun así, la amaba.

Ella representaba mi primera novia, mi primer beso, tantos años de relación. La amaba, y lamento no habérselo demostrado cuando pude.

Camila se fue, dos semanas después tal y como lo había dicho. Se llevó casi nada, pues solo llevaba tres maletas grandes con un montón de ropa. Lo que ella no sabe, es que, entre ese montón de ropa, se llevó una parte de mi corazón.

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Amor no correspondidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora