Capítulo XXIII

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—Y me llamas cuando llegues a el colegio— dijo mi mamá luego de desabrocharme el cinturón.

—Si ma— dije mientras acomodaba mi cabello. Ella se acercó, y me dio un beso en la frente. Me baje del auto y empecé a caminar hacia la entrada. Hacia frio, y no llevaba suéter.

Empezaba a frotar mis manos contra mis brazos, para generar calor en dichas áreas.

—Vicky— dijo alguien detrás de mí, mientras con sus dedos pinchaba de mi cintura. Me asuste y mucho. –Natalia— dijo sin ánimos mi amiga de infancia.

La salude con un beso de mejilla.

—¿Ensayo?— dijo mientras acomodaba su pantalón enfrente de mí. Llevaba un pantalón que a simple vista se miraba más pequeño de lo que debería ser.

—¿Y eso?— dije mientras reía por lo bajo.

—Uniforme de baile— dijo con una mueca.

—¿Así de pequeño?— pregunte mientras intentaba esconder mi sonrisa.

—Y eso que no has visto la blusa— dijo con desagrado.

A ese comentario me fue imposible evitar la risa.

—No te rías— dijo mientras me daba un pequeño golpe en el cráneo.

Iba a responder pero una voz, me interrumpió.

—Hey Vicky ¿Nos vamos?— Dijo Evelio mientras se acercaba. Voltee a ver a Natalia y esta estaba molesta. Sonreí incomoda ante la situación.

—¿A dónde van?— dijo Natalia con una ceja arqueada.

Evelio se paró cerca de mí y coloco su mano en mi cintura, haciendo que su brazo la rodeara. Y con su brazo jalo de su cuerpo para pegarlo más al suyo. Todo fue tan rápido.

¡Qué está pasando? Volteo nerviosa hacia la mano de Evelio. Y este la quita en un estruendo.

Volteo a ver a Evelio, y este se miraba nervioso. Estaba rojo, tenía la boca abierta y los ojos muy abiertos.

Y me imagino que yo estaba igual. Luego de que intentara decir algo, dijo:

—El bus esta afuera— y se fue corriendo por el pasillo de entrada, hasta que no lo vi más.

—¿Qué fue eso?— dijo Natalia mientras sacudía de mis hombros para intentar que reaccionara.

—No— empecé a tartamudear —no, no lo sé— dije confundida de lo que acababa de pasar.

—Vicky, ya nos vamos— Pude oír a Miss Alisson gritar desde lejos.

Mire una última vez a Natalia, y me di la vuelta.

Camine por el pasillo de salida, llegue al jardín, y me encontré con Evelio y Miss Alisson. Juntos caminamos hacia el portón.

Había un bus grande, demasiado grande para un grupo menor a  10 personas.

—Fue lo único que conseguí— dijo en decepción Miss Alisson.

Detrás del bus, se encontraban el resto de el club de teatro esperando subir.

—Suban— dijo Miss Alisson mientras las puertas se abrían.

Todos subieron impacientes. Al ser los mayores dejamos que los más pequeños subieran, y en un acto de caballerosidad, Evelio deje que la maestra subiera primero. Solo quedábamos los dos esperando subir, y eso era muy incómodo.

—Tu primero— dijo mientras se alejaba de la puerta.

—Gracias— dije suavemente mientras me subía en las gradas. Pude ver a el conductor, y un bus relativamente vacío.

Amor no correspondidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora