"Piper, no." Soltó, esperando que ella entendiera. Al ver la expresión de sus ojos, comprendió que lo hizo. 

"Annabeth, tienes que hablar de esto. Guardarte todo eso te lastima, ¿Crees que no puedo verlo en tus ojos?" Bajó el tono de su voz. "Cada vez que él pasa de la mano con ella, ¿Crees que no veo tu expresión?" Tomó sus manos. "Con cada beso, cada vez que alguien los menciona... Con cada gesto veo cómo te rompes un poco más. Y no quiero eso para ti."

Annabeth sonrió débilmente.

"Te veo con James, y veo que lo intentas. Joder, ¿Cómo no vas a intentarlo? Es guapo, inteligente... Es todo lo que has deseado desde que te conozco. Lo intentas, pero dudo que lo logres, Anne. Esto no es un acertijo, no es un problema matemático ni una ecuación algebraica; Esto es tu vida. Y es mil veces más complicada que eso." La nariz de Piper se tornó ligeramente roja, lo que pasaba cuando intentaba guardarse algunas lágrimas. 

"Está bien." Respondió en un susurro. "Lo sé."

Piper sonrió. 


Luego de media hora, Jason llegó. Ver cómo los ojos de Piper se iluminaban cuando lo veía la hacía sentir tan bien; Adoraba que su mejor amiga fuera feliz. 

Annabeth trataba de no salirse de la conversación, aunque la verdad es que ser la tercera rueda la hacía sentirse incómoda. 

Quince minutos después, vio a Sally entrar por la puertecilla del jardín con un pastel en las manos. La madre de Annabeth la ayudó con el pequeño pastel azul, la saludó y le agradeció por el gesto. Detrás de ella, Percy entraba con dos pasteles en las manos. Annabeth se esforzaba por no reír; era evidente que le estaba tomando mucho esfuerzo, y un movimiento equivocado podría ocasionar un desastre. 

Sin embargo, logró llegar a la mesa de bocaditos sin ningún problema. Annabeth se dirigía a saludar, lo que no fue necesario, pues Sally se acercó a ella en medio camino. 

"¡Annabeth!" Sally se alegró sinceramente de ver a la chica. La rodeo con los brazos, y ella respondió al fraternal abrazo que la madre de su mejor amigo le ofrecía. Olía a vainilla y a varias cosas dulces que no pudo identificar. El sencillo vestido rojo que llevaba la hacía ver definitivamente más joven e inocente y contrastaba perfectamente con las flores que habían crecido por primavera.

"Te ves hermosa, Sally." Ella le regaló una dulce sonrisa. A la chica se le había dificultado nombrarla por su nombre de pila al inicio, pero luego de algunos meses se había acostumbrado. 

"Gracias. Igualmente, Annie. Espero que te guste lo que preparé para ti y tus padres." Respondió. 

Cada una de sus palabras la hacía sentir tan en calma. Ella realmente esperaba poder desarrollar esa habilidad. 

"¡Mis padres están locos por probarlo! Aman lo que haces, y yo también, lo sabes. Deberías abrir una pastelería." 

Sally sonrió, pero negó con la cabeza. 

"Eso es más difícil de lo que crees, querida Annabeth. Pero ya veremos. Tal vez el destino me tiene preparado algo." 

Annabeth no creía en el destino, pero calló. 

Percy se acercó y abrazó a su amiga fuertemente, como siempre. 

"¡Annaaaaaaaaaaaaaaaabeth!" Susurró, sin embargo se sintió como si gritara para ella. Annabeth sonrió, y Sally los dejó solos. 

"Hey, pensé que traerías a tu novia." Bromeó. O al menos esperó que se escuchara como una broma.

Él negó con la cabeza. 

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