-Listo -Interrumpió Christian. Voltee a verlo. Me puso una gasa y empezó a vendar mi pierna. Me senté en la cama.

-¿Estás bien? -Me preguntó

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-¿Estás bien? -Me preguntó. Sus manos se habían manchado de mi sangre

-Mierda Christian, me acabas de coser la pierna.

-Si, nada de esto hubiera pasado si no hubieras hecho aquella estupidez. -Se puso de pie. Agarró todos los materiales que habia ocupado y se dirigió al baño a limpiar todo.

Me tapé los ojos con las palmas de las manos y los apreté con fuerza hasta que empecé a ver pequeñas luces que me recordaron a las estrellas del cielo en la noche.

Cuando terminó salió del baño y abrió el ropero. Se quitó la ropa que traía. Se puso unos pantalones de pijama de Jake. Me miró. De la cintura para arriba estaba desnudo.

Tragué saliva. Tenía que hacerlo. Tenía que disculparme. Por mi bien y el bien de mi prometido.

-Lo siento -Susurré.

-¿Qué? -Se acercó a mí.

Señalé la gasa que estaba situada entre su hombro y su pecho y la venda que rodeaba su brazo.

-Lo siento -Repetí más fuerte.

-No lo sientes -Aseguró. Empezó a caminar hacía la puerta.

-¡Te juro que lo siento Chris! -Mis lágrimas estaban por escapar de mis ojos.

Se detuvo. -¿Si lo sientes por qué lo hiciste?

-Ven... -Tragué saliva, no podía creer lo que estaba a punto de hacer -Acuestate a mi lado... Te explicaré todo.

Dudó un segundo. Pero se puso a mi lado. Pasó sus brazos por detrás de mi espalda y rodillas y me cargó para ponerme del lado en el que siempre se ponía Jake.

Se acostó a mi lado, en el lugar en el que siempre me acostaba yo. Con todo el asco del mundo me acerqué a él y dejé que me abrazara por la espalda.

-¿Y? ¿Vas a explicarme qué es todo esto?

-Pensé que querías saber por que te encajé las tijeras...

-No se si es más extraño que me pidas que me acueste a tu lado y dejes que te abrace o que me apuñales... -Reí.

-Yo... En realidad no quería apuñalarte...

-Bueno... Normalmente si no quieres apuñalar a alguien, o lo haces por accidente, no lo apuñalas dos veces...

-La primera vez... -Me acomodé para quedar un poco recargada en sus costillas del lado derecho. Puse un brazo sobre su pecho y recargué mi barbilla en el antebrazo. Deslicé mis dedos tocando su piel hasta llegar a la gasa que estaba entre su pecho y hombro izquierdo. -Lo hice porque no estaba pensando... Y el segundo... -Deslicé mis dedos hasta la venda que rodeaba su bicep izquierdo. -Lo hice porque tenía miedo...

-¿De qué?

Lo miré directo a los ojos -De ti...

-¿De mí? -Se rió -Si tú eras quien tenía las tijeras en la mano, no yo.

-Lo sé pero... Tenía miedo... De lo que me harías por apuñalarte la primera vez... No estaba pensando...

-¿Creíste que matarme sería más sencillo que sufrir lo que te haría por apuñalarme? -Asentí -¡Oh cariño! -Me abrazó con más fuerza y me dio un beso en la frente -Tú no tienes porqué temerme, siempre y cuando no me apuñales. -Reí sabiendo que mis lágrimas caerían en su pecho.

-¿Me perdonas?

-¿En verdad quieres que te perdone? -Asentí. Se movió de tal manera que ahora yo estaba acostada boca arriba y él tenía un poco de su peso recargado en mí. Me besó. No cerró los ojos, me miraba directamente mientras sentía su lengua intentando meterse en mi boca. Sabía lo que quería que hiciera, lo hice, tenía que complacerlo. Cerré los ojos y abrí la boca permitiendo que su lengua recorriera toda mi boca. Cuando se separó se me quedó viendo. Me lamí los labios, y por la expresión en su rostro supe que ese acto le encantó. -Bien, te perdono.

Sonreí -¿Podrías darle un poco de beber a Jake?

Se paró de la cama furioso -¡Sabía que no lo lamentabas de verdad! ¡Sólo quieres que no me desquite con ese idiota!

Me senté en la cama. -¡No Chris! Realmente lo siento mucho... Y... Si... No quiero que te desquites con ese idiota, porque ese idiota fue el que estuvo a mi lado cuando me abandonaste.

Me miró.

Lo estaba logrando. En realidad creía todo lo que le estaba diciendo.

Secuestrada por el pasado #3Where stories live. Discover now