Haikyuu x lector - Fanfics - Pausada

Derrota - Aoba Johsai

Lamento no haber subido nada en este rato. Realmente estaba ocupada con exámenes, pero trataré de ser más constante. Gracias a todos los que leen estos humildes fics.

Ahora bien, quería hacer este pequeño escrito por el equipo de Aoba Johsai, que es de mis favoritos. Todos amamos a Karasuno pero debemos admitir que el Seijou es un gran equipo (más allá de si les cae bien o no Oikawa).

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[_______] siempre observó todos los partidos de Aoba Johsai, no por el hecho de tener jugadores atractivos o por ser un equipo fuerte; simplemente disfrutaba observar los deportes y animar el equipo de su escuela. Su opinión cambió poco a poco luego de analizar cada partido y ver el esfuerzo inmejorable que hacía el conjunto por alcanzar la victoria. La joven terminó por hacerse una fan asidua del voleibol.

Al ser una alumna de tercer grado, conocía muy bien el historial de la escuela y todas esas batallas perdidas en contra de Shiratorizawa. Así mismo, conocía de lejos a los jugadores de tercero y los admiraba a todos por igual. Siendo ese el último torneo de aquellos compañeros, deseaba de todo corazón que consiguieran la victoria.

El día de la semifinal, [_______] vistió el uniforme deportivo de la escuela, para ir a juego con sus compañeros que siempre estaban en las gradas, apoyando. En su mochila se encargó de guardar comida y su tesoro; un megáfono de papel, muy casero y rústico que hizo un año atrás. Desde que lo elaboró, siempre lo llevó a todos los partidos por igual. Posiblemente todos la confundían con una fan loca de Oikawa, pero a ella le importaba muy poco lo que pensaran.

La joven se dirigió hacia el gimnasio donde se llevaría a cabo el partido, llegando a temprana hora. Se acomodó en la tribuna, del lado donde siempre estaba la porra de la escuela. Al poco tiempo llegaron más compañeros que la saludaron cordialmente al verla portar el uniforme del equipo. Conocía a algunos, pero en su mayoría las personas que estaba ahí, apoyando, eran desconocidas. De todas formas, [_______] entabló conversación fácilmente, enardecida por el partido que se aproximaba.

Una hora más tarde, por fin el juego inició. [_______] gritaba a todo pulmón desde las gradas, usando su megáfono casero para intensificar su voz.

- ¡Vamos, vamos, Seijou! – gritó durante todo el primer y segundo set. Estaba segura que se quedaría afónica, pero aún tenía energías de sobra cuando el tercer set llegó. Debía de aceptar que Karasuno era un adversario fuerte, no obstante la dedicación puesta por sus compañeros era de admirar. No podían perder tan fácilmente.

Durante todo el tercer set [_______] sintió que su vida se acortaba. Era un juego de tirar y jalar en contra de Karasuno, quienes tampoco se daban por vencidos. Llegados al final del set, justo cuando los equipos entraron a una parte crítica, la chica estaba por estallar.

- ¡Ustedes pueden! ¡Matsukawa, Hanamaki, Iwaizumi, Oikawa! ¡Vamos! – vociferó con más fuerza la fémina. Su voz resonaba estruendosa, acompañada por la de todos los que apoyaban al Seijou.

Luego de un corto tiempo fuera, los dos equipos salieron para terminar con el partido. Aoba Johsai con un pie en el abismo. Tras una increíble recepción de Hanamaki, una larga y majestuosa colocación de Oikawa y un fuerte y feroz remate de Iwaizumi, todo acabó. En cuestión de instantes, el sueño terminó.

Los silbatos resoplaron y anunciaron el final de la contienda. Karasuno había vencido y los jugadores de los respectivos equipos se acercaron para estrecharse las manos.

[_______] sentía sus lágrimas a punto de caer. Durante tres años vio a aquellos chicos crecer, entrenar y esforzarse más que nadie, y aun así no habían podido llegar a las nacionales. Afortunadamente, no era la única en las tribunas que lloraba por el resultado.

Cuando los integrantes del equipo se acercaron a las gradas para agradecer el apoyo de sus compañeros, [_______] gritó con más fuerza.

- ¡Lo hicieron muy bien chicos! ¡Pelearon con todo! – añadió [_______] en medio de los aplausos de la gente.

Lamentablemente ninguno de los jugadores prestó atención a las palabras de la chica, que estaba en medio del mar de personas. Todos estaban cabizbajos, con los ojos hinchados y el alma herida tras la derrota.